Medio Ambiente
600.000 euros para sacarle más partido a La Alfranca
El Espacio Alfranca, en el término municipal de Pastriz (Zaragoza), será escenario de una importante renovación a lo largo de 2015 a través de una inversión de 600.000 euros procedentes de una de las operaciones del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) correspondientes al periodo 2007-2013, fondos sobre los cuales existe un margen de dos años más para culminar su ejecución, regla que permite la continuidad de estos fondos, que serán invertidos en esta ocasión en el Area de la Reserva Natural de los Sotos y Galachos del Ebro.
Se trata de fondos que han de ser destinados, en todo caso, a la creación y mejora de infraestructuras para la gestión del uso público en los espacios protegidos de la Comunidad Autónoma. La suma total de esta cuantía, de la que se verán favorecida estos espacios protegidos, gira en torno a los 3 millones de euros, de los cuales 600.000 se han previsto para el Espacio La Alfranca
Pablo Munilla explica la inversión en La Alfranca
En una primera aproximación, según explica el director de Conservación del Medio Natural del Gobierno de Aragón, Pablo Munilla, esta cuantía económica se va a distribuir entre mejoras en el camino Natural Zaragoza-La Alfranca y la propia finca de La Alfranca.
Las actuaciones se van a orientar, igualmente, a la actualización del discurso expositivo sobre los espacios naturales protegidos y la biodiversidad de la Comunidad Autónoma de Aragón que, en estos momentos, se muestra a los visitantes en el Centro de Interpretación ubicado en el Convento de La Alfranca.
La intención es mejorar también de forma sensible todo lo relacionado con el concepto de biodiversidad en el Jardín de Rocas y crear una nueva área expositiva sobre la historia de La Alfranca en el Palacio de los Marqueses de Ayerbe, más conocida como Casa Palafox, que de esta forma volvería a quedar abierta al público.
Una parte de los 600.000 euros se destinará a diseñar un programa educativo que complemente el actual, con nuevas aulas y actividades, con un mayor contenido científico. Se acondicionaría, de la misma forma, la balsa, además de incorporar sistemas tanto para el control de vehículos como de visitantes, señalética exterior, ordenación de los accesos y diseñar una reordenación de todo lo relacionado con las visitas.
La Alfranca inició su andadura como centro de visitantes en torno al año 2000. “Es cierto que es un espacio conocido pero estamos convencidos de que necesita de un impulso para que sea conocido todavía más como una alternativa de ocio relacionado con la naturaleza lo que servirá para conseguir una mayor sensibilización ambiental. Creemos que hay capacidad para recibir, de forma compatible, a un mayor número de visitantes de Zaragoza capital”.
Este año, la finca de La Alfranca recibió a unas 20.000 personas, de las cuales 9.000 visitaron el recinto integrados en el programa educativo.
También el presupuesto ordinario del Patronato que gestiona la Reserva Natural de los Sotos y Galachos del Ebro experimentará en 2015 un incremento importante y se situará en el entorno de los 400.000 euros.
La Reserva Natural Dirigida de los Sotos y Galachos del Ebro
El Camino Natural de La Alfranca es un corredor verde que transcurre paralelo al Ebro a lo largo de 15,6 kilómetros y que culmina en La Alfranca. Como colofón a este recorrido se creó un Jardín de Rocas, heredero del antiguo jardín de la finca.
Ubicada en el tramo medio del río Ebro, aguas abajo de la ciudad de Zaragoza, este espacio natural protegido se creó con el fin de ayudar en la conservación de la dinámica del río, sus ecosistemas y las especies que albergan, con especial relevancia en las comunidades de aves.
Es un paisaje cambiante, donde las crecidas naturales del río, unidas a los usos e infraestructuras del hombre y la propia vegetación hacen que su silueta esté en continua transformación. En este devenir, el río conforma nuevos meandros a la vez que abandona otros más antiguos, llamados galachos, y en la Reserva Natural se protege una excelente representación, entre los que destacan el galacho de La Alfranca, el galacho de La Cartuja y El Burgo de Ebro.
Aunque están separados del cauce, reciben aportes de agua de las crecidas, de la lluvia y de filtraciones del nivel freático. La mayor parte proviene de estas filtraciones, por lo que sus aguas suelen ser de mejor calidad que la del cauce principal, con una alta concentración de nutrientes. La dinámica de los galachos es relativamente rápida, poco a poco van siendo ocupados por la vegetación, y se van colmatando con el aporte de sedimentos.