Medio Ambiente
Aprobado el proceso de Declaración de la Reserva de la Biosfera Valle del Cabriel
El Museo Paleontológico de Castilla la Mancha, en Cuenca, ha acogido este viernes la presentación oficial del espacio natural
Este reconocimiento internacional tiene 421.756 hectáreas repartidas entre las provincias de Teruel, Valencia y Cuenca. De ellas, un 5% corresponde a Aragón
El último Consejo de Gobierno dio luz verde al acuerdo por el que se aprueba el proceso de Declaración de la Reserva de la Biosfera Valle del Cabriel. Este viernes, el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, y el director general de Medio Natural y Gestión Forestal, Diego Bayona, han participado en la presentación oficial del espacio, en el Museo Paleontológico de Castilla La Mancha (Cuenca).
La Reserva de la Biosfera del Cabriel es una figura auspiciada por la Unesco y que en esta ocasión ha sido promovida a iniciativa de distintos grupos de fondos LEADER de las comunidades vecinas, pues el nuevo espacio natural abarca mayoritariamente a la Comunidad Valenciana y a Castilla-La Mancha, siendo los territorios implicados los verdaderos gestores de las acciones de investigación, conservación, inversión y apoyo a los proyectos de desarrollo sostenible, no existiendo nuevas o añadidas limitaciones.
La Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel, repartida entre tres comunidades autónomas, tiene un total de 421.756 hectáreas, de las que 23.600 ha corresponden a Aragón, concretamente a los municipios turolenses de Albarracín, Frías de Albarracín, Jabaloyas, Masegoso y Toril, lo cual representa el 5,55 % de la superficie total de la Reserva.
El Valle del río Cabriel desde su nacimiento en la Sierra de Albarracín (Teruel) hasta su desembocadura en el río Júcar en Cofrentes (Valencia) alberga unos valores naturales de primer orden -flora, vegetación, fauna, elementos geomorfológicos-, incluido el propio río Cabriel que está considerado como uno de los ríos mejor conservados de Europa.
Los pobladores del Valle del Cabriel han dejado su impronta en este territorio desde tiempos pretéritos, siendo la expresión de este legado el excepcional patrimonio cultural tangible -patrimonio histórico artístico, etnográfico, histórico-industrial- e intangible -folklore, tradiciones-, que es preciso conservar y poner en valor. Reservas de la Biosfera en Aragón y en España.
En Aragón existen dos Reservas de la Biosfera: la de “Ordesa-Viñamala” -creada de forma pionera en el año 1977- y la reciente del “Valle del Cabriel”, ambas incluidas dentro del Programa MaB (Man and Biosphere) de la Unesco, dependiente de las Naciones Unidas (ONU).
Una Reserva de la Biosfera es una zona compuesta por ecosistemas terrestres, marinos y costeros, donde se fomentan soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con su uso sostenible, donde el hombre con sus actividades tradicionales forma parte de un paisaje de alto valor natural y cultural que se trata de proteger, incentivando el desarrollo económico y social de los municipios que le acogen.
Estas reservas se encuentran bajo la jurisdicción soberana de los países en los que se encuentran y gozan de reconocimiento internacional, constituyendo “sitios de apoyo a la ciencia al servicio de la sostenibilidad”.
Actualmente existen en el mundo 726 reservas de la biosfera en 123 países diferentes, de las cuales una veintena son transfronterizas. La Red Española de Reservas de la Biosfera está integrada por 52 reservas de la biosfera distribuidas por 15 de las 17 comunidades autónomas, siendo tres de ellas transfronterizas, de las cuales una es intercontinental.
En Aragón, la Reserva de la Biosfera “Ordesa Viñamala” fue la segunda declarada en España tras la de la Sierra de Grazalema, ambas en 1977. En el año 2017 celebró en la localidad de Torla-Ordesa su 40 aniversario con un Congreso Nacional al que acudieron técnicos y expertos de toda España para exponer los trabajos que se están desarrollando, y poner en valor todos los conceptos u objetivos que emanan del Programa MaB de la UNESCO.
La experiencia aportada por las Reservas de la Biosfera pone de manifiesto que la gestión de estos espacios puede generar importantes beneficios relacionados con la conservación los recursos naturales, la diversidad biológica y el patrimonio cultural de los mismos. Pero además ha demostrado que se pueden generar importantes beneficios relacionados con la valorización de productos locales, el aumento del empleo, diversificación y estabilización de la economía local.