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Lunes, 25 de noviembre de 2024

Caza al rececho del sarrio en las Reservas de Caza de Aragón

Agentes de Protección de la Naturaleza y vigilantes de Sodemasa acompañan a los cazadores en las distintas Reservas de Caza de Aragón para localizar y elegir la pieza asignada.

En Aragón existen ocho Reservas de Caza, declaradas como tales, para promover y conservar determinadas especies cinegéticas como el sarrio o rebeco, el ciervo, el corzo o la cabra montés. En ellas, la gestión cinegética corresponde al Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, y por ello, en estos terrenos, el Gobierno de Aragón dedica esfuerzos especiales para la protección, la investigación y la vigilancia de la fauna.

A lo largo de estos meses de otoño e inverno –hasta la 3º semana de septiembre-, por ejemplo, en la Reserva de Caza de Benasque (Pirineo de Huesca), de 23.500 hectáreas de superficie y creada en 1966, cuatro Agentes de Protección de la Naturaleza y un vigilante de caza de la empresa Sodemasa se encargan de acompañar a los cazadores en el rececho del sarrio o rebeco, determinando el ejemplar a abatir, además de vigilar y controlar la captura de otras especies de interés.

El personal del Gobierno de Aragón para las Reservas, durante el resto del año, realiza distintas tareas como el censo de poblaciones, con el que luego los técnicos determinan una estima del número de animales existentes y el cupo anual de caza permitido. Pero en estas fechas, una vez en el campo, los guardas que acompañan al cazador indican cual es el individuo que deben abatir, según lo indicado en el permiso que porta el cazador. Una vez muerto, se recogen datos biométricos y muestras de sangre, de bazo, testículos, pelo e hisopo ocular -para comprobar la  presencia de la bacteria de la queratoconjuntivitis-, que se guardan en arcones, para ser enviadas a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y así conocer el estado sanitario de las poblaciones.

Este año, en la Reserva de Caza de Benasque, se ha establecido un cupo de caza de 30 corzos -15 machos y 15 hembras-, y de 60 sarrios –52 machos para trofeo, y 8 machos y hembras de caza selectiva-.

El 40% de los permisos de trofeo se los quedan los propietarios –mayormente ayuntamientos- de los terrenos de la Reserva (Benasque y Sahún), subastándose públicamente y siendo un ingreso económico para los ayuntamientos. El 60% restante se adjudican por sorteo desde el Gobierno de Aragón, estableciendo las categorías de locales, autonómicos y nacionales. Además de la cuota de entrada, se paga una cuota complementaria y según la puntuación del interés cinegético del animal abatido. Este dinero lo recaudan los Agentes de Protección de la Naturaleza y vigilantes y se ingresa en una cuenta del Gobierno de Aragón, para su posterior distribución entre la propiedad.

El personal de las reservas además de censar, acompañar y vigilar, también debe estar presente en las batidas de caza de jabalí que se organizan los fines de semana o festivos autorizados.

Las Reservas de Caza de Aragón

Las Reservas de Caza de Aragón son terrenos así declarados, para promover, conservar y fomentar determinadas especies cinegéticas debido a sus valores y excepcionales posibilidades venatorias, subordinando a esta finalidad su posible aprovechamiento cinegético.

En Aragón existen ocho Reservas de Caza: Los Valles, Viñamala, Los Circos, Benasque, Garcipollera, Montes Universales, Beceite y Masías de Ejulve, donde las principales especies cinegéticas son el sarrio, corzo, jabalí, ciervo, gamo y cabra montés, además de la becada.

Reglamentariamente se establece la organización y el funcionamiento de las Reservas de Caza, que incorpora una Junta Consultiva en la que están representados de forma equilibrada todos los intereses implicados.

Para cazar en las Reservas se debe de solicitar un permiso específico, que es personal e intransferible, y que autoriza al poseedor a cazar las piezas indicadas en él. Si no se pueden disfrutar los permisos durante su periodo de validez, no se puede hacer cesión de sus derechos a otra persona ni cuadrilla, ni reclamar la devolución del importe del permiso.

En los municipios implicados, la repercusión socioeconómica tiene una relación directa con el personal encargado de la vigilancia y gestión cinegética, las subvenciones y las partidas dedicadas al funcionamiento de las reservas A esta repercusión económica directa hay que sumar los ingresos obtenidos de las subastas de los permisos asignados a los propietarios y los ingresos por cuota complementaria por pieza cazada. Además, el turismo asociado a la caza origina otros impactos económicos directos e indirectos.

El sarrio o rebeco y su gestión cinegética.

El sarrio o rebeco (Rupicapra rupicapra) es el herbívoro más característico y representativo de la cordillera pirenaica. De hábitos diurnos, y muy ligado a la alta montaña, su aspecto es inconfundible gracias a esos cuernos en forma de gancho que presentan ambos sexos. Machos y hembras sólo se diferencian en el peso, o en la separación y grosor de los cuernos. El crecimiento de éstos es de tipo secundario, pues está muy condicionado por el nivel de energía adquirido por el individuo en la nutrición, lo que les convierte en indicadores de la calidad de la alimentación.

La distribución pirenaica del sarrio va desde Anielarra al Canigó. Ocupa un rango altitudinal que varía entre los 2.000 y los 2.900 m en verano, situándose en otoño entre los 1.700 y 2.000 m. Su número es elevado, hasta el punto de que se calcula que en los Pirineos hay unos 35.000 individuos, 15.000 de los cuales ocupan la vertiente aragonesa con máximos en la zona de Monte Perdido, Viñamala y Bisaurín.

La especie sufrió en el año 2008 un brote de queratoconjuntivitis que mermó la población de sarrios considerablemente, y que condicionó a la baja la determinación de los cupos de caza. Actualmente se calcula que en el Pirineo Aragonés hay una población que ronda los 12.000 ejemplares, la mayor parte de ellos incluidos en los terrenos de las Reservas.

En el Pirineo Aragonés existen cuatro Reservas para el sarrio (Los Valles, Viñamala, Los Circos y Benasque), creadas en 1966 por sus “posibilidades excepcionales cinegéticas”. En conjunto abarcan 131.804 hectáreas de superficie.

La gestión cinegética del sarrio en las Reservas comprende el seguimiento demográfico, sanitario y biométrico que se viene realizando desde el año 1997, los censos de verano -cuando se ven las hembras con los cabritos- y de otoño, -cuando están los machos en celo-, y la determinación variable del cupo medio de extracción –en torno al 5% del censo-.

El cupo global del sarrio para esta temporada es de 268 ejemplares (155 de trofeo y 113 de caza selectiva).