Medio Ambiente
La celebración del Centenario de Ordesa ayudará a situar el parque mundialmente, beneficiar al Sobrarbe y homenajear a sus habitantes
El Presidente de Aragón anuncia la declaración del centenario de Acontecimiento de Interés Público con desgravaciones del 95% a los patrocinadores
El Presidente de Aragón, Javier Lambán, ha explicado durante la constitución de la comisión del centenario del Parque de Ordesa a celebrar en 2018, que es fundamental aprovechar esta efeméride para situar mundialmente esta potente marca Aragón, beneficiar al Sobrarbe, combatir la despoblación y permitir a sus habitantes poder vivir en su medio natural, a partir de economías sostenibles que sepan aprovechar inteligentemente los recursos naturales.
Lambán-Ordesa-futuro del Sobrarbe
Lambán-Ordesa-mapa de los parques naturales
Lambán-Ordesa declaración acontecimiento de interés público y desgravaciones
Lambán: el centenario pondrá en valor el santuario del parque
En este sentido, ha explicado que la declaración el evento como acontecimiento de interés público ayudará precisamente desgravaciones del 95% a las entidades que quieran colaborar con las actividades que se están a punto de presentar “pudiendo estimular conciencias empresariales e implicarse en una causa tan noble como esta”.
El Presidente ha explicado que la celebración del centenario es indisoluble de la atención que el gobierno presta al Pirineo como marca de Aragón y espacio natural de primer nivel. “Hoy mismo –ha explicado-se está firmando un convenio para desatascar los usos urbanísticos de Cerler, en un acuerdo entre Aramón y el Ayuntamiento de Benasque”, ha avanzado.
El Presidente de Aragón, Javier Lambán ha explicado las razones que le indujeron a nombrar a José María Mur como vicepresidente de la comisión del centenario “porque es un hombre del Pirineo, del Sobrarbe, profundo conocedor de lo que hablamos, con notable trayectoria pública cargada de servicios que lo hacen muy útil para este cometido”.
Igualmente, ha recordado como curioso el momento en que se declara parque nacional a Ordesa, en un contexto de regeneracionismo de España y en 1901 se declaran algunas zonas de interés público. Según ha argumentado, las gentes más innovadoras parten de un patriotismo basado en nuevos valores como la relación entre el hombre y la naturaleza y eso es lo que ocurrió entonces y 15 años después surgen las declaraciones de parques nacionales.
“En el momento presente buscamos preservar este tipo de espacios porque la toma conciencia del cambio climático se produce tanto desde la política como desde la propia sociedad civil. Tenemos que corregir la visión de los ingenieros de montes de principios de siglo XX que tuvieron aquella visión de futuro y hay que rendir homenaje a la memoria de aquellas gentes que cuidaron del parque”, ha defendido.
Especial hincapié ha hecho sobre la incidencia de esta efemérides a la hora de combatir la despoblación, a través de economías sostenibles y aprovechado los recursos de los que disponemos, sacando provecho de ellos con inteligencia y obtener economías que permitan a las gentes seguir viviendo aquí.
Lambán ha defendido la promoción del parque dentro pero sobre todo fuera de Aragón, en el resto de España y el mundo porque estamos ante un santuario natural como pocos” y cree que no hay tiempo que perder, “hay que desplegar todo nuestro talento e imaginación, buscar dinero y estoy convencido de que todo ello saldrá un magnífico centenario que se beneficiará el Sobrarbe y los municipios que conforman esta comarca”.
País de montañas
Una quinta parte de territorio español de montañas está en Aragón, por eso no resulta extraño que Aragón sea considerado un país de de montañas. Y el Pirineo, y en particular Ordesa y Monte Perdido, es un tesoro colectivo, un patrimonio que se debe seguir preservando como han hecho generaciones y generaciones
El origen de la preservación del paisaje está precisamente en este encalve. De hecho, los albores de la protección de la naturaleza y de los espacios protegidos en nuestro país comienzan en dos parajes del norte: en la Montaña de Covadonga –espacio hoy llamado de los Picos de Europa- y en el valle altoaragonés de Ordesa.
Han transcurrido 100 años desde la pionera declaración de estos dos Parques Nacionales y en sus paisajes se acumulan los hechos, los instantes, las vivencias… que día a día, años a año, década a década, van forjando la historia de una protección que suma y sigue para nuestros más bellos paraísos naturales.
El Parque Nacional de Ordesa ha contribuido a eso que hemos venido a denominar desarrollo sostenible. Por eso, el Centenario que vamos a conmemorar debe servir en primer lugar como homenaje a todos los que han contribuido con su esfuerzo a preservar esta joya, y entre ellos, obviamente a los habitantes de este territorio.
En segundo lugar nos debe ayudar a promocionar el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en España y en el mundo. Ordesa es hoy el segundo lugar más visitado de Aragón con una media de 600.000 personas al año, sólo por detrás de El Pilar, que lo visitan más de dos millones de personas cada año.
El Centenario debe ser un elemento más para profundizar más y mejor en el desarrollo socioeconómico de la zona, en especial el papel de los agricultores, de los ganaderos, de todo el sector primario, siendo la ganadería extensiva fundamental a la hora de mantener este ecosistema.
El Gobierno también trabaja desde hace tiempo en lograr que los aprovechamientos hidráulicos, las denominadas minicentrales, reviertan realmente al territorio, a sus municipios y así se lo ha hecho llegar al Gobierno central en la última Comisión Bilateral porque los municipios deben ser compensados por contar en sus territorios con aprovechamientos hidráulicos, tal y como ocurre en otros lugares como en Francia.
El año pasado Aragón batió el récord de turistas con más de tres millones. El objetivo es seguir contando de forma paulatina con más turistas, que valoran y respetan nuestro patrimonio. A cambio, nosotros debemos mejorar los servicios y elevar la calidad de los mismos.
El Sobrarbe es un territorio natural único, no solo por contar con tres espacios naturales protegidos en su entorno, Ordesa y Monte Perdido, Posets-Maladeta y el Parque de Guara. Estos tres paisajes son un lujo natural al alcance de muy pocos.
Además cuenta con el potencial del Geoparque del Sobrarbe. Con este entorno cree que hay que lograr que el amplio programa del Centenario sirva para relanzar Ordesa con el impulso de las infraestructuras pendientes y colocar en el mapa mundial al Sobrarbe y a la marca Aragón.
Y en este camino es necesaria también la implicación del Gobierno central en inversiones pendientes desde hace tiempo; mejorando las infraestructuras, comprometiéndose de una vez con los tramos pendientes de la N-260, entre ellos los 14 kilómetros de la Balupor-Fiscal, o sumándose a invertir en el Plan de Restitución de Jánovas.
Antecedentes y desarrollo del Parque
Antes del siglo XX, previamente a la protección
Los pirineístas fueron y son a los Pirineos como los alpinistas a los Alpes. Mucho antes de la protección del Parque Nacional ellos ya estaban allí, ensalzando el valor natural de estos valles y montañas. El gran impulsor de la protección fue Lucien Briet. Pero hubo muchos más pioneros, como el barón Bertrand de Lassus, Ramond o Schrader.
Años 20, se declara el Parque Nacional de Ordesa o del río Ara
El 16 de agosto de 1918 se promulga la declaración de 2.088 hectáreas “del valle de Ordesa o del río Ara” como Parque Nacional, mediante un Real Decreto firmado por Alfonso XIII desde su residencia veraniega del Palacio de la Magdalena en Santander. Dos años más tarde, el 14 de agosto de 1920 se inaugura oficialmente el Parque Nacional con la asistencia en nombre del rey de Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa de Asturias y Comisario de Parques Nacionales.
Años 30, irrumpe la Guerra Civil
En los años 30 el Parque Nacional dispone de tres guardas forestales que vigilan por el incumplimiento de la normativa de protección y realizan informes sobre el número de sarrios y bucardos observados, o sobre el estado de los caminos, puentes y paseos que utilizan los turistas. Pero toda labor se interrumpe con el estallido de la Guerra Civil. Los sosegados paisajes de Ordesa son testigos del enfrentamiento entre los dos bandos guerrilleros, los nacionales y los republicanos.
Años 40, van llegando los turistas
En la postguerra vuelven los turistas. La Pradera de Ordesa, punto de partida de numerosas excursiones, ve llegar en 1935 los primeros coches. Pero en esa época llegar a estos valles y alturas tenía otras dificultades añadidas: era necesaria la tramitación de un salvoconducto para desplazarse, muy especialmente estando en una zona fronteriza con otro país.
El Distrito Forestal de Huesca reclama presupuesto para reparar la red de caminos de este lugar visitado por turistas extranjeros y españoles.
Años 50 y 60, se construye el nuevo refugio de Góriz
Corren otros aires: maniobras militares, misas en la cumbre de Monte Perdido, un nuevo restaurante en la Pradera de Ordesa… y cada vez más gente dispuesta a caminar ladera arriba. En el año 1963, rodeado de tiendas de campaña, se inaugura el nuevo y actual Refugio de Góriz, que llevará el nombre del entonces presidente de la Federación Española de Montañismo, Julián Delgado Úbeda. Fueron necesarios dos años de trabajo para su construcción, y para tal fin se trazó el camino en zig-zag desde el Circo de Soaso hasta los llanos de Góriz con el fin de facilitar el transporte de los materiales de construcción.
Años 70 y 80. Llega más protección, el Parque se amplía a otros valles y al macizo.
En 1974 comienza un fervor popular que se opone al proyecto de crear una presa hidroeléctrica en el río Bellós, inundando parte del Cañón de Añisclo. Se inicia, a partir de ese año, el proceso de ampliación del Parque que no culminará hasta ocho años después.
En 1982 el Parque Nacional pasa a denominarse de “Ordesa y Monte Perdido”, y se extiende hacia los valles vecinos de Añisclo, Escuaín, Pineta y abarca la vertiente española del macizo calizo de Monte Perdido. El nuevo espacio linda en la muga con Francia con el Parc Nacional des Pyrenées en la vertiente norte.
Los más de 15 kilómetros limítrofes ofrecen la oportunidad de suscribir en septiembre de 1988 una Carta de Cooperación internacional. Es el deseo de trabajar por un destino común, más allá de las fronteras impuestas por el hombre.
Años 90 y siglo XXI, El parque goza de un estado de salud sobresaliente
A los títulos de protección de Reserva de la Biosfera y del Diploma Europeo a la conservación, se suma la inclusión del macizo montañoso dentro de la lista de Sitios Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
En 2006 la gestión del Parque es transferida por parte del Estado Español al Gobierno de Aragón. Cien años más tarde de la declaración del Parque Nacional del Valle de Ordesa estas montañas todavía se mantienen vitales.
Junto con Covadonga, Ordesa constituyó en el año 1918 el arranque de una bonita historia de protección de la naturaleza en nuestro país: la de los Parques Nacionales y, por ende, la de los espacios naturales protegidos. El viajero parisino Lucien Briet, y el marqués de Villaviciosa, Pedro Pidal, impulsarían en los albores del siglo XX su definitiva conservación como legado a las generaciones venideras.
Hoy el Parque Nacional se extiende por una superficie de 15.608 hectáreas, incluyendo además del Cañón de Ordesa, los valles de Añisclo, Escuaín, la cabecera del circo de Pineta y el corazón del macizo montañoso de Monte Perdido.
Colindando con la vecina Francia, el Monte Perdido ostenta la categoría de ser la tercera montaña en altura de los Pirineos.
Más de 1.400 especies de plantas vasculares encuentran su medio natural en este espacio del Alto Aragón, con 64 especies endémicas de la cordillera. El pastoreo tradicional ha contribuido a su preservación. Y aunque los árboles ocupan tan sólo un 21 % de la superficie total, hay de todo un poco.
El Parque Nacional constituye un ecosistema vivo, maduro, inalterado por la acción destructora del hombre. Por eso las leyes lo han recogido con la máxima distinción que puede obtener un espacio natural. Los Parques Nacionales son, por tanto, la mejor expresión de la naturaleza de cada país, respondiendo en España a los criterios de representatividad de los sistemas naturales, extensión adecuada para permitir la evolución natural, predominio de un buen estado de conservación, escasa intervención humana, continuidad territorial y protección exterior.
Ordesa y Monte Perdido es uno de los trece existentes en la actualidad. Por si fuera poco sus sellos y distinciones a la conservación de la naturaleza poseen renombre internacional, tal y como lo atestigua la obtención reiterada del Diploma Europeo, la Reserva de Biosfera de la Unesco y el ingreso en el año 1997 dentro de la Lista de Patrimonio de la Humanidad.