Medio Ambiente
El Consejo de Gobierno aprueba una inversión plurianual de 1,3 millones de euros para la depuradora de Castelserás
Se trata de un filtro de gravas y arena sobre los que se realiza una plantación de juncos, logrando una perfecta adecuación medioambiental del entorno
El Consejo de Gobierno ha aprobado un gasto de 1,3 millones de euros, con una distribución plurianual de 2016 a 2019, para la redacción del proyecto, construcción y funcionamiento inicial de la estación depuradora piloto para el tratamiento extensivo de aguas residuales de Castelserás (Teruel).
Esta era una de las actuaciones previstas dentro de la zona 10B del Plan Especial de Depuración, zona cuya licitación concesional fue paralizada por el actual equipo de gobierno debido a los altos costes del sistema concesional y a la escasa participación municipal que suponía este sistema y que había generado malestar social en el territorio.
La nueva depuradora que se va a construir en Casteleserás será de tipo extensivo y con unos costes de explotación inferiores al sistema de fangos activos anteriormente previsto, ya que el consumo eléctrico necesario se reduce notablemente. El sistema extensivo consiste básicamente en un filtro de gravas y arenas sobre los que se realiza una plantación de juncos, logrando una perfecta adecuación medioambiental del entorno. La estación estará diseñada para unos 1300 habitantes equivalentes, ajustando su dimensión a una demanda real para un futuro cercano.
El coste de la propia estación depuradora es de unos 400 000 euros, pero es necesaria una inversión mayor para cubrir el de las instalaciones exteriores (bombeo, pretratamiento y colectores) por la situación del punto de vertido y la necesidad de salvar el cauce del río Mezquín mediante una tubería autoportante. Además el presupuesto final incluye dos años de explotación dado que este sistema necesita un tiempo razonable para el desarrollo de la plantación y del proceso biológico que se genera en el filtro.
La obra se realizara mediante un encargo directo a Tragsa, que deberá realizar el proyecto constructivo en 2016 y construir la instalación durante el año 2017, para explotarla durante los años 2018 y 2019. A partir de entonces, y siempre según el convenio acordado con el ayuntamiento, será la futura Dirección General del Agua del Gobierno de Aragón, la responsable de su mantenimiento.