Medio Ambiente
Un ejemplar de águila-azor perdicera, especie en peligro de extinción, aparece muerta de un disparo en el término de Nonaspe
En estos momentos sólo hay catalogadas 30 parejas en la Comunidad Autónoma de Aragón
Agentes para la Protección de la Naturaleza (APN) del Gobierno de Aragón han confirmado la muerte de un macho de águila-azor perdicera, especie catalogada “en peligro de extinción”, tras un aviso inicial de técnicos del Instituto Catalán para la Conservación de las Rapaces (ICRA)
El ave, portadora de un emisor vía satélite, no se movía de un punto del término municipal de Nonaspe (Zaragoza) desde hacía unos días. De manera inmediata, los APN se desplazaron a las últimas coordenadas recibidas y, tras una larga búsqueda, encontraron el ejemplar muerto en el interior de un arbusto.
El ejemplar muerto se encontraba marcado con un emisor satelital ya que había sido capturado durante la pasada primavera dentro de un programa de conservación y seguimiento de esta especie que está realizando la Generalitat de Catalunya. Este macho adulto regentaba un territorio a caballo entre Aragón y Cataluña en el cual han muerto varias hembras electrocutadas en postes de tendidos eléctricos hasta que, finalmente, han sido modificados, aislados y protegidos.
Los restos del ejemplar tiroteado fueron trasladados al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) del CIAMA-La Alfranca para realizar una necropsia y conocer la causa de la muerte. Los resultados indicaron que la causa de la muerte fue un disparo realizado de frente y a corta distancia matando a la rapaz en el acto. En su cuerpo se encontraron, al menos, cuatro perdigones provenientes de cartucho de caza. Este disparo puede suponer un delito contra la fauna castigado por el Código Penal.
Fuentes de la Dirección General de Conservación del Medio Natural manifestaron que “en los últimos meses se han encontrado muertos por diferentes causas no naturales seis ejemplares más de águila-azor perdicera en Aragón: en septiembre de 2010 un macho en Alcorisa (Teruel); en marzo de 2011 una pareja de Valmadrid, (Zaragoza) y, días después, un macho adulto en Grisel (Zaragoza); en abril otro macho adulto en Rafales (Teruel) y una hembra en Illueca (Zaragoza). Las causas de la muerte de los ejemplares fueron de disparos en los casos de Alcorisa, Illueca y Nonaspe, envenenamiento en el caso de Valmadrid y sendas electrocuciones en Grisel y Ráfales. Además, varios de ellos estaban marcados con emisores satelitales para su seguimiento y estudio.
Estos trabajos forman parte de las acciones de conservación de la especie que desarrolla el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. Durante varios años, estos ejemplares han estado aportando información muy valiosa sobre la biología de esta especie, complementaria a los seguimientos que sobre el terreno realizan los APN y que ha permitido definir de manera ajustada las áreas críticas para la especie.
Desde la Dirección General de Conservación del Medio Natural reiteraron que “de poco han servido los esfuerzos de las administraciones aragonesas y catalanas, así como de las compañías eléctricas que modifican los tendidos, y de otros estamentos sociales, que día a día demuestran su preocupación por las especies, ante la acción individual de quien delictivamente descarga un tiro sobre una especie en extinción”.
El águila-azor perdicera es el ave rapaz más amenazada de Aragón, donde cuenta con una treintena de parejas. La tendencia de su población es claramente regresiva, especialmente en las provincias de Huesca y Teruel, donde en 2010 sólo se han contabilizado 3 y 10 parejas, respectivamente, de las 30 mencionadas. Por esta razón está catalogada como “en peligro de extinción” en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón, la máxima categoría de amenaza contemplada por la legislación autonómica.
En Europa, es una rapaz restringida a las regiones mediterráneas, donde ocupa terrenos de media y baja montaña. En Aragón, está presente en las tres provincias, si bien la inmensa mayoría de la población se encuentra ligada al Sistema Ibérico, siendo pocas las parejas que se localizan en el Prepirineo de Huesca y en la Depresión Central. Prueba de esta reducción es que se ha pasado de 43-48 parejas conocidas en 1990, a las 30 en 2010, un descenso de más del 35%.
Técnicos de Conservación del Medio natural explicaron que “la muerte de individuos adultos reproductores por causas no naturales es especialmente preocupante para la conservación de esta emblemática rapaz mediterránea, ya que se corre serio riesgo de que el territorio sea abandonado y perdido definitivamente para la conservación de la especie. Las principales amenazas para el águila-azor perdicera son, básicamente, los accidentes con tendidos eléctricos, las modificaciones de sus hábitat de reproducción y de alimentación, las molestias durante la época reproductora así como el envenenamiento o la persecución directa de los ejemplares”.
(El autor de la fotografía es Alberto Portero, Agente de Protección de la Naturaleza (APN) del Gobierno de Aragón).