Medio Ambiente
El Gobierno de Aragón refuerza su compromiso por la conservación del águila azor perdicera y sus hábitats
El comportamiento incívico de algunos ciudadanos pone el jaque el gran esfuerzo que Aragón está dedicando en los últimos años a la conservación de esta especie “en peligro de extinción”.
En la última semana un ejemplar adulto ha aparecido tiroteado en Calanda (Teruel) y otro más muerto en Estadilla (Huesca).
Hace un año, el Gobierno de Aragón aprobó mediante el Decreto 326/2001, de 27 de septiembre, el Plan de Recuperación del Águila-azor perdicera (Hieraaetus fasciatus) en Aragón, una herramienta legal que es fundamental para tratar de garantizar la supervivencia de las últimas parejas reproductoras de este ave rapaz, que durante las últimas décadas está sufriendo un generalizado retroceso poblacional en toda España.
En estos últimos doce meses, el Gobierno de Aragón, a través de la Dirección General de Conservación del Medio Natural del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, ha reforzado aún más los trabajos que desde hace mucho tiempo se llevan a cabo para la conservación de esta especie animal silvestre catalogada como “En peligro de extinción”, dada la presencia en nuestra comunidad autónoma de tan sólo 26 parejas reproductoras.
Dentro del marco del Plan de Recuperación del Águila-azor perdicera, el Gobierno de Aragón trata de actuar con especial interés para revertir la grave situación que atraviesa esta especie prioritaria, adoptando medidas de conservación como son la corrección de tendidos eléctricos peligrosos en áreas de cría, distribución y expansión, incrementando la vigilancia para evitar el uso de venenos o de prácticas ilegales de caza, colaborando con algunos cotos cinegéticos para potenciar la disponibilidad de especies-presa como el conejo… o realizando análisis veterinarios en puestas fracasadas frente la posible existencia de agentes contaminantes dentro de la estructura biológica de los huevos.
A todo ello se añade un completo programa de seguimiento e investigación científica de la especie, que por décimo sexto año consecutivo se ha llevado a cabo en todas las áreas de reproducción, marcando ejemplares adultos con emisores satélites o anillando pollos en nido –ya van 150 en total en Aragón-. Actuaciones de control que desgraciadamente en este año 2012 han vuelto a poner de manifiesto que el águila-azor perdicera sufre, a lo largo de este lustro, un continuado descenso reproductivo, especialmente notable en las parejas de la provincia de Zaragoza.
Dos ejemplares reproductores menos en la última semana
La explicación a este descenso reproductor preocupante se halla en el elevado número de fracasos por parte de las parejas nidificantes, y en la desaparición de alguno de los progenitores por causas como los disparos o las electrocuciones.
De hecho, en la última semana han llegado malas noticias al Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, que apuntillan la delicada situación de esta noble rapaz, y que evidencian que el comportamiento incívico de algunos ciudadanos puede mermar el gran esfuerzo humano y económico que el Gobierno de Aragón está realizando para la conservación del águila azor perdicera: un macho adulto ha aparecido tiroteado en Calanda (Teruel), con una fractura en el ala que le ha convertido en un ejemplar irrecuperable, y otro ejemplar adulto que estaba marcado y que era una nueva esperanza para la provincia de Huesca –donde tan sólo hay 3 parejas- ha muerto en Estadilla.
A esta información de triste actualidad se suma el hecho de durante esta semana pasada ha tenido lugar la vista oral del juicio al que se enfrentan tres personas acusadas del uso de venenos ilegales a principios de 2011 en los montes de Valmadrid (Zaragoza), y lo que pudo dar lugar a la muerte de los dos ejemplares adultos de una pareja reproductora de águila-azor perdicera en la zona. A este proceso judicial por un delito penal contra la flora, la fauna y los animales domésticos, se ha personado como acusación particular el Gobierno de Aragón –junto a tres organizaciones conservacionistas-, aportando la declaración y los informes de de diversos biólogos, técnicos y agentes de protección de la naturaleza que pueden contribuir decididamente a que el juez esclarezca los hechos investigados objeto de delito.