Medio Ambiente
El Instituto Aragonés del Agua llama a la sensatez en el uso y la gestión de este recurso
Durante la jornada informativa celebrada hoy en Huesca sobre innovación para mejorar los abastecimientos de agua potable
Jaca ha acogido este miércoles, 11 de junio, una jornada informativa sobre innovación para mejorar los abastecimientos de agua potable. Ha sido un evento organizado por el Instituto Aragonés del Agua (IAA), organismo dependiente del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, y ha servido para incidir en la importancia de usar y gestionar con sensatez el agua de boca.
Se trata de un servicio básico para la población aragonesa y, por ello, se debe seguir por el camino de la eficacia en prestar el servicio; no obstante, por tratarse de un recurso escaso, hay que trabajar también en la eficiencia.
Alfredo Cajal, director del Instituto Aragonés del Agua, recuerda que estamos hablando de un asunto que es competencia municipal, y que los ayuntamientos han contado con un apoyo de este organismo que se cifra en 250 millones de euros de subvenciones en diez años.
Apunta que se debe trabajar tanto en sistemas de medición como en conservación de las redes. Por poner el ejemplo de Jaca, todavía no tiene contadores de agua, los cuales van a ser instalados en el futuro inmediato. Por otra parte, los ayuntamientos deben afrontar la renovación periódica de sus redes de abastecimiento.
El Instituto Aragonés del Agua considera que se ha prestado muy poca atención por parte de los municipios al estado de las tuberías. Añade que los ayuntamientos deben plantearse una gestión patrimonial de las mismas, ya que estamos ante el mayor patrimonio que puede tener cualquier población.
En la jornada celebrada en Jaca, que se suma a la celebrada en Huesca el pasado 28 de mayo, se ha presentado el “visor” diseñado por el Instituto Aragonés del Agua, una herramienta que va a permitir a los ayuntamientos tener cartografiada su red de abastecimiento de agua potable.
Se ha hablado igualmente del Plan de Depuración de los Pirineos, cuyas obras dependen de la negociación que se está llevando a cabo con el Banco Europeo de Inversiones y con entidades financieras españolas. El Plan se dividía en cuatro zonas (coincidentes en la práctica con las cuatro comarcas pirenaicas: Jacetania, Alto Gállego, Sobrarbe y Ribagorza); y pretendía la construcción de 296 instalaciones, de las cuales 97 son depuradoras (el resto son fosas sépticas o tanques Imhoff).
Alfredo Cajal ha recordado que el Impuesto sobre la Contaminación de las Aguas (ICA) quedaba aprobado por unanimidad en las Cortes de Aragón en 1997, poniéndose en marcha en 2002. Se ha querido dejar claro que es un impuesto y no una tasa. El hecho imponible es la generación de aguas residuales. Además, es un impuesto que tiene un fin: La propia depuración de las aguas residuales.
Por tanto y en palabras del director del Instituto Aragonés del Agua, “todos contaminamos y todos contribuimos a la depuración” sobre la base del principio “quien contamina paga”. Alfredo Cajal concluye que la depuración es una obligación normativa pero también moral, de cara a dejar el agua en las mejores condiciones a las generaciones venideras.