Agricutura
El Programa LEADER también apoya a la trufa
Un regadío social cercano a las 1.000 hectáreas parece recorrer sus últimos pasos antes de su ejecución.
Este fin semana se ha celebrado en Sarrión la XIV Feria Monográgica de la Trufa, sin duda alguna el recurso que ha situado a esta población turolense, de unos 1.300 habitantes, en el mapa.
Manuel Doñate es socio, junto a Juan María Estrada, de una de las empresas que ha recibido apoyo a través del Programa LEADER, Inotruf, dedicada a la producción de planta microrrizada de trufa negra, trufa de verano y tuber uncinatum.
Inotruf es uno de los viveros de trufa más importantes de Sarrión. Arrancó en 1995 y en los últimos años han realizado una inversión de 90.000 euros, que han destinado, sobre todo, a la habilitación de un laboratorio, oficinas y una sala multiusos para organizar en ellos presentaciones, conferencias y otras actividades realizadas con la trufa. Trabajan en el vivero 5 personas aunque en momentos puntuales la plantilla llega a rondar los 20 trabajadores, en su mayoría mujeres.
“La trufa es delicada y complicada. Es muy fácil fracasar y por eso hay que ser muy riguroso en el trabajo y, sobre todo de cara al cliente. Nosotros tenemos una singularidad que consiste en que antes de vender la planta analizamos la tierra del cliente y le aconsejamos. Si vemos que el suelo no sirve, no le vendemos. Igualmente, respondemos de la marras o fallos al año siguiente de haberlas plantado”, cuenta Manuel Doñate, que de niño ya buscaba trufas silvestres en los montes de la comarca.
Los tiempos han cambiado. Hoy una planta de trufa cuesta 6 euros, 7 en España y hasta 8 u 8,5 euros en Francia o en Italia, donde en algunas zonas también se explotan parcelas truferas.
“Este año, en septiembre, teníamos en el vivero 130.000 plantas”, asegura Juan María Estrada. Este volumen da idea de cómo se ha extendido la trufa tanto en la comarca como en otras zonas del país.
Manuel Doñate conoce muy bien la historia de la trufa en Sarrión. Desde un curso a finales de los 80 que impartieron en Sarrión a finales de los 80 Francisco Edo Navarrete y el propio Juan María Estrada para promocionar este hongo sobre el que gira buen parte de la economía de la comarca. “Luego hicimos un viaje a Francia para ver algunas explotaciones y a la vuelta ya hubo pedidos de casi 5.500 plantas”.
Hoy las cosas han cambiado. Algunas de las explotaciones cuentan con riego por goteo y parece encarrilado el proyecto de un regadío social en torno a 1.000 hectáreas con el que ya se han comprometido unos 160 comuneros. Sería un empujón definitivo para este tipo de explotaciones.
Luis Marruelo, director general de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón, es un defensor de este proyecto y entiende que puede ser un salto importante en la economía de la zona ya que el agua asegura, obviamente, una mayor producción.
Entiende que las explotaciones truferas no son fáciles. “Hay que trabajarlas desde el primer día. No sirve plantar y olvidarse. Hay que estar muy pendiente. Además este tipo de explotaciones son muy importantes para el medio ambiente ya que en algunos casos puede hacer de cortafuegos, como ocurrió con una explotación en el incendio del Moncayo de hace unos años con una parcela en Talamantes”.