Medio Ambiente
La sensibilización y la educación ambiental claves en la conservación de los humedales
El consejero Olona vistita la reserva natural de los Galachos de La Alfranca
Cada año en estos días se recuerda a la sociedad la importancia de los humedales para la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento del ecosistema. Este año han participado en esta conmemoración las reservas naturales de los Sotos y Galachos del Ebro y la Laguna de Gallocanta con visitas guiadas especiales durante todo el fin de semana, bajo el tema “Humedales para un futuro urbano sostenible”.
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El consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, y la directora general de Sostenibilidad, Pilar Gómez, han asistido a una de estas visitas organizada por la Red Natural de Aragón. “Los humedales son ecosistemas vitales, también para el desarrollo urbano sostenible. La acción humana sigue siendo el principal factor de deterioro de estos espacios, que también están gravemente amenazados por el cambio climático”, ha señalado el consejero.
Los humedales, además de ser una reserva de biodiversidad de primer orden, ejercen otros muchos servicios ambientales relacionados directamente con el ciclo del agua y el clima. Su estado es un importante reflejo de la calidad y salud ecológica de nuestras masas de agua. Aragón cuenta con cuatro humedales de importancia internacional (Laguna de Gallocanta, Saladas de Chiprana, Saladas de Sastago-Bujaraloz y Humedales de Orihuela) y 239 humedales singulares que totalizan 16.870 hectáreas.
“La sensibilización de la población con respecto al valor de los humedales y de los servicios ecosistémicos que nos prestan sigue siendo un reto y una obligación para la política pública ambiental”, ha manifestado Olona, quien ha recordado la importancia que desde el Gobierno de Aragón se da a la sensibilización y educación ambiental. “Esta es la finalidad de los centros de interpretación que gestionamos y, en particular, de las actividades que estamos llevando a cabo durante este fin de semana con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales”.
Reserva Natural de los Galachos de La Alfranca, La Cartuja y el Burgo de Ebro
Es un espacio de 800 hectáreas, aguas abajo de la ciudad de Zaragoza y a unos 12 kilómetros de ésta. Comprende un tramo del río Ebro y terrenos en las dos márgenes del río, así como meandros abandonados, llamados galachos en Aragón. Comprende terrenos de 3 términos municipales de la provincia de Zaragoza: Pastriz, El Burgo de Ebro y Zaragoza (Barrio de La Cartuja).
El galacho de La Alfranca es el más importante y el mejor conservado. Presenta una zona de aguas libres, pero la mayor parte está ocupado por un carrizal de gran extensión que sirve de refugio a una gran cantidad de aves. Además del galacho de La Alfranca, existen los pequeños galachos de La Cartuja y El Burgo de Ebro y varias masas de bosques de ribera en buen estado de conservación. La Reserva Natural de los Galachos de La Alfranca de Pastriz, La Cartuja y El Burgo de Ebro se declaró por la Ley 5/19911, de 8 de abril, de las Cortes de Aragón y fue reclasificada como Reserva Natural Dirigida mediante la Ley 6/1998.
En la época invernal, los patos cucharas, ánades frisos y silbones o cercetas comunes se refugian en los remansos del río o en los galachos, hasta la llegada de la primavera.
En las orillas se localizan céspedes de Paspalum paspaloides que las fijan y estabilizan protegiéndolas de la erosión mediante sus rizomas. Por ello, también favorecen el desarrollo de rodales de tamariz al proteger sus raíces de la excavación del lecho, permitiendo así la evolución hacia comunidades vegetales más complejas.
El carrizal también es una comunidad vegetal importante en los galachos. Los aportes de materia el escaso movimiento de las masas de agua, hacen y que ésta se deposite en los fondos de los galachos aumentando así la capa de sedimentos y reduciendo su profundidad. De esta manera, algunas plantas como la anea y el carrizo van colonizando poco a poco la lámina de agua. Los carrizales tienen una importante función en este ecosistema ya que contribuyen a la depuración de las aguas y sirven de refugio para la cría e invernada de numerosas aves. El carrizal de La Alfranca se considera uno de los más extensos de Aragón. Durante el periodo estival, en él se encuentra una numerosa colonia de garzas formada por garcetas comunes, martinetes, garcillas bueyeras, garzas imperiales y de forma dispersa, avetorillos.
Durante el invierno escribanos palustres, bisbitas, lavanderas y estorninos lo utilizan como dormidero. Además de las aves, los carrizales son ocupados por el sapo corredor, rana común, culebra de agua y los amenazados galápagos europeos y leprosos, así como por el galápago de orejas rojas, especie introducida originaria de Florida. También mamíferos como el jabalí lo usan durante el día para protegerse de las altas temperaturas del verano.