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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Economía

Sestrica quiere sacar provecho a su corcho

En el extremo sur de la Sierra de la Virgen, una prolongación de las tierras del Moncayo, entre Sestrica y el núcleo de Viver de la Sierra, se encuentra el único bosque de alcornoques de la Comunidad Autónoma de Aragón, una especie típicamente mediterránea que se extiende, sobre todo, por el cuadrante suroeste de la Península y por algunos puntos de Cataluña.

El alcalde de Sestrica, Miguel Pinilla, quiere sacarle partido a esta singularidad, quizás no tanto desde la perspectiva de su explotación y extracción de corcho como de divulgar la presencia de estos bosques entre los senderistas y aficionados a recorrer estas estribaciones de la comarca del Aranda, cuyo presidente, Miguel Angel Garcés, también es conocedor de la existencia de estos bosques.

Los alcornoques se encuentran repartidos entre dos bosques. El primero de ellos se encuentra en una finca particular denominada “La Sierra”, con una extensión aproximada de 300 hectáreas, no muy lejos del casco urbano de Sestrica, una masa arbórea a la que se puede acceder a través de una pista forestal en regular estado, a una altura entre los 780 y 1.000 metros.

Más complicado es el acceso a la finca de propiedad municipal, de unas 100 hectáreas, en Viver de la Sierra.

Estos bosques fueron visitados por Roque Vicente, director general de Gestión Forestal. “Es evidente que se trata de un recurso pero para recuperar su explotación hay que dar algunos pasos, además de mejorar tanto los accesos como la limpieza de los propios bosques. Pero estamos abiertos a colaborar si hay alguna propuesta en el sentido de recuperar posibilidades y recursos en el medio rural y, además, en relación con aspectos forestales”.

Miguel Pinilla recuerda que el últimos descorche o extracción de corcho, conocida como “saca” en el argot corchero, se llevó a cabo en torno a 2006. Esta operación se practica a través de una incisión vertical en la corteza, dos circulares en la base y sobre el tronco, con una longitud igual a la pieza a descorchar o múltiplo de ella.

Todo ha de hacerse de forma muy cuidadosa para no producir heridas al árbol en su capa. Para producir el menor daño posible al árbol el descorche ha de efectuarse en pleno periodo vegetativo y en días de cierta humedad para evitar la insolación del árbol una vez que se le ha desprovisto de su protección, la corteza.

El corcho obtenido en Sestrica, de 2 ó 3 centímetros de espesor, es de buena calidad. Los expertos puntualizan que, debido a lo duro del clima, su crecimiento es más lento y esta circunstancia puede de alguna forma compensar lo limitado de la explotación.

En el pueblo recuerdan, efectivamente, que el último descorche tuvo lugar hace aproximadamente 10 años. “Son empresas  que se dedican únicamente a la extracción de corcho, empresas especializadas en esta industria. El corcho se vende en el árbol y su precio puede estar en el entorno de los 1.500 euros la tonelada”.

En el estudio realizado en 2013 con el título “Análisis y recomendaciones en la gestión del alcornocal en el monte de titularidad del Ayuntamiento de Sestrica”, realizado en 2013 por  la Asociación Forestal Aragonesa y la firma Proyectos y Gestión Medioambiental, recogía como recomendación inicial la redacción de un Plan Técnico de Gestión Forestal que “permita la distribución en el espacio y en el tiempo de la producción de la totalidad de bienes y servicios que puede proporcionar el monte de Sestrica”.

Una vez redactado el documento de planificación forestal, se recomendaba en este mismo trabajo certificar la gestión forestal sostenible, es decir, “un compromiso con la sostenibilidad del monte, que responde a la capacidad de crear puestos de trabajo y estimular la economía local”.

Hay que recordar en este sentido que el Gobierno de Aragón, a través de la entidad solicitante de la certificación (ARACERT) facilita la adhesión de los montes aragoneses ordenados a la certificación regional mediante un proceso sencillo y sin coste alguno para el titular del monte.

El descorche o “saca” se suele producir cada 10 años y el corcho con más grosor o calibre tiene más valor. A partir de los 12 ó 13 años, si el corcho no se extrae, empieza a perder su propiedad más valiosa, la elasticidad, y entonces solo es utilizado para moler o para tapones de garrafas.

En España, la campaña de extracción suele comenzar a primeros de junio y se prolonga hasta finales de agosto, dos meses en donde en zonas de Andalucía o Extremadura esta labor genera abundantes puestos de trabajo.

Hoy, aproximadamente el 75% de las botellas se tapan con corcho, un producto que tiene en España el segundo productor mundial, tras Portugal. Ya a más distancia se encuentra Italia y los países del norte de África.