Agricutura
Díaz destaca la importancia de los procesos participativos en el mundo de la ciencia y anima a construir entre todos el futuro del CITA
La consejera de Ciencia ha abierto la sesión online para elaborar el nuevo plan estratégico 2021-2026 del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón
La futura hoja de ruta persigue hacer de las instalaciones y sus equipos un “centro de investigación agroalimentaria y medioambiental de excelencia a nivel nacional e internacional” y liderar la divulgación sobre OneHealth, cambio climático o agroecología
“La ciencia es la mayor empresa colectiva de la humanidad”. Con esta frase, y citando a la UNESCO, la consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz, ha abierto hoy la sesión informativa sobre el proceso participativo para elaborar el nuevo plan estratégico 2021-2026 del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón, que ha tenido que desarrollarse de manera virtual debido a las restricciones sanitarias.
Díaz ha destacado como el fin último de la ciencia es mejorar el mundo y la calidad de vida de la sociedad. Y para ello –ha defendido- es fundamental detectar las demandas de la ciudadanía a través de “una escucha activa”, la forma “más eficaz” de lograr un “diálogo fructífero entre ciencia y ciudadanía”.
En este sentido, ha celebrado el proceso abierto, lanzado con apoyo de la Dirección General de Gobierno Abierto e Innovación Social del Gobierno de Aragón, y del que ha destacado su transparencia. Y ha animado a la sociedad y al sector más cercano a la labor del centro de investigación, el agroalimentario y forestal, a participar activamente en el foro de debate y reflexión abierto para “diseñar entre todos la hoja de ruta del CITA del futuro”.
“Queremos escucharos para adaptar la actividad del centro a las necesidades actuales de investigación e integrar las demandas de la sociedad y del sector”, ha concluido.
Tras la consejera, han intervenido tanto la directora gerente del centro, Lucía Soriano, como el director general de Gobierno Abierto, Raúl Oliván. Este último se ha centrado en el proceso participativo, mientras que Soriano ha explicitado los objetivos del nuevo plan estratégico, cuya finalidad última es situar al CITA como “centro de investigación agroalimentaria y medioambiental de excelencia a nivel nacional e internacional”.
Para ello, y partiendo de un diagnóstico interno que ha revelado los puntos fuertes y las debilidades del centro, el plan se desarrollará en cinco ejes: innovación e investigación; oferta tecnológica, comunicación y organización interna y personas.
En el primero, se trabajará con cuatro líneas clave, como son la sostenibilidad de los sistemas agrarios y forestales (cambio climático, biodiversidad, cambios socioculturales y económicos), el cambio y la salud globales (análisis integrados de estrategias de salud pública, incluyendo ecosistemas, plantas y animales, con especial atención a las zoonosis bajo el enfoque ‘One Healht’) y los sistemas agroalimentarios de futuro, incluyendo valoración de los residuos desde el punto de vista de su transición hacia la agroecología y la economía circular.
El segundo eje es la oferta tecnológica, que no ha sido actualizada en los últimos años. Las cuatro áreas de trabajo en este apartado son el conocimiento al servicio del sector, las infraestructuras singulares, los laboratorios para la innovación y la calidad, y la capacidad de servicio público. A este respecto, hay que destacar que el CITA dispone de personal científico y técnico altamente cualificado en materia agroalimentaria y ambiental, que puede aportar el conocimiento, el saber hacer y la experiencia para asesorar tanto al sector público como al privado en el desarrollo de nuevos productos, procesos o servicios. Esta capacidad también permite facilitar y dinamizar la incorporación de procesos innovadores.
Además, las instalaciones cuentan con laboratorios, equipamiento y personal experto y con infraestructuras especiales, como La Garcillopera, que representa el espacio de alta montaña para el desarrollo del pastoreo y la ganadería extensiva; el Vedao que representa las zonas marginales y secanos áridos y la finca Soto Lezcano como espacio para el desarrollo experimental de cultivos y frutales en regadío.
El Centro también dispone de un banco de germoplasma de productos hortícolas y frutales de gran valor y de una planta piloto para la extracción de aceites esenciales. Y como medio propio del Gobierno de Aragón, constituye una herramienta de apoyo de la administración pública para desarrollar servicios públicos específicos en el ámbito agroalimentario y ambiental.
El tercer y cuarto eje pasan por la organización interna y las personas; y el quinto se centra en la comunicación del Centro, tanto interna como externa. Una cuestión clave, ha subrayado Soriano, para divulgar la importancia de las investigación o conceptos actuales como One Health, agroecología, resiliencia del sistema agroalimentario o mitigación y adaptación al cambio climático, ámbitos que el CITA quiere liderar en la Comunidad autónoma.