Intervención del Presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, en la firma del Acuerdo Económico y Social para el Progreso de Aragón (AESPA)
Los aragoneses, en los últimos años, hemos sabido generar confianza en nuestras posibilidades, y hemos trabajado por abrir oportunidades, apoyándonos en los importantes activos que esta Comunidad posee.
El diálogo social, es uno de nuestros mayores activos. Si el diálogo es la base de la democracia, el diálogo social es el instrumento que democratiza la formulación de las políticas económicas y sociales.
Su calidad legitima las decisiones adoptadas y garantiza su desarrollo por la participación de los agentes sociales en su seguimiento.
Hace poco más de un año en las Cortes de Aragón, adquirí el compromiso de trabajar para proponer un nuevo acuerdo económico y social. Era una de las propuesta recogidas en el documento 100 Medidas del Gobierno de Aragón.
Sé que este Acuerdo no sólo era, y es, una aspiración compartida por las organizaciones empresariales y por las organizaciones sindicales, sino que ha servido de impulso para abrir un nuevo proceso de concertación social.
En Aragón hemos aprendido a apreciar el acuerdo porque nos hace más fuertes.
Hoy presentamos el resultado de las numerosas sesiones de trabajo y de las fructíferas discusiones que se han dado a lo largo de ocho meses. Presentamos el Acuerdo Económico y Social Para el Progreso de Aragón 2008-2011.
El tercero de estas características en la etapa de estabilidad política de nuestro Gobierno.
Este tercer Acuerdo es una señal inequívoca de la voluntad, que todos tenemos, de permanencia y constancia en el diálogo social y de su importancia para el futuro de los aragoneses.
Por ello, quiero manifestar el reconocimiento que desde el Gobierno hacemos de la actitud responsable de los cuatro agentes sociales (CREA, CEPYME, UGT y CCOO), por acometer un proceso de concertación social en este momento.
Hemos sido capaces de ponernos de acuerdo en el diagnóstico de la situación.
Saber lo que nos pasa es imprescindible para actuar con inteligencia, rigor y efectividad. Un análisis certero de nuestra realidad socioeconómica, es la base sobre la que se han articulado las propuestas que nos permitan afrontar, con garantía, la situación actual y favorezcan, en su momento, una rápida recuperación económica.
Y si importante es ser conscientes de la realidad del presente, más importante es saber hacia dónde se quiere ir.
Estamos recorriendo el camino apropiado en el que adecuamos, de manera equilibrada, desarrollo económico y progreso.
Un camino que nos ha permitido ocupar los lugares de cabeza en el crecimiento económico de España en los últimos años y converger en renta per capita por encima de la media de la Unión Europea.
Un camino que nos ha permitido diversificar nuestra economía y que nos permite afrontar los retos del presente.
Un camino en el que estamos mostrando que la riqueza de un país no se mide sólo por índices cuantificables, sino que también se calcula por el bienestar y calidad de vida de sus ciudadanos.
La inclusión, la solidaridad, la participación ciudadana, la calidad medioambiental, la atención sanitaria o el nivel educativo de nuestros ciudadanos, son elementos sustanciales en el Aragón de hoy a los que no estamos disgustos a renunciar.
En este camino, el Acuerdo se articula en tres ejes dedicados al desarrollo y crecimiento económico, al empleo y trabajo, y a las políticas sociales.
Su contenido entraña una visión global de carácter socioeconómico de nuestra comunidad autónoma, en el que se ha sabido articular un conjunto de medidas estructurales, cuyos efectos se reflejarán a medio y largo plazo, con otras más coyunturales, más pegadas a la situación concreta que pretenden dar respuestas a corto plazo.
Tenemos que seguir creando empleo por que es el principal factor de inclusión y de integración social.
Las empresas deben ser conscientes de la dimensión social de su actividad creando riqueza y creando empleo.
La política económica debe servir para crecer y para mejorar la cohesión social y la calidad de vida del conjunto de la población aragonesa. La incorporación de la dimensión social al conjunto de medidas socioeconómicas que aparecen en el Acuerdo va a favorecer el progreso económico y social de Aragón.
Todas en su conjunto deben servir para que nuestra economía siga creciendo y la pongamos al servicio de la ciudadanía.
La firma del Acuerdo no es el final del proceso, es un jalón que establece por escrito el consenso socioeconómico alcanzado entre los representantes de los trabajadores, la representación empresarial y el Gobierno de Aragón.
A partir de hoy, los trabajos de la Comisión de Seguimiento, tripartita y paritaria, va a evaluar la ejecución de lo acordado y será el agente dinamizador del propio Acuerdo.
Quiero que este Acuerdo económico y social para el progreso de Aragón 2008-2011 que acabamos de suscribir, emita señales suficientemente nítidas que transmitan confianza.
El diálogo social por sí mismo da una señal de confianza.
Confianza, en primer lugar, a los aragoneses. Hoy nos estamos demostrando, una vez más, que no actuamos sobre promesas, sino sobre realidades con proyección. Sabemos dónde queremos ir y estamos poniendo los medios para lograrlo. Este Acuerdo es un ejemplo más de nuestro buen hacer.
En segundo lugar, sé que esas señales de confianza tendrán la intensidad suficiente para ser percibidas por aquellos que, teniendo un proyecto serio, estén estudiando dónde ubicarlo. Hoy, Aragón es la mejor opción.
Aragón es un territorio sin contraindicaciones. Todo proyecto serio encontrará entre nosotros ventajas competitivas tangibles en un entorno de estabilidad política y de paz social al que este Acuerdo, sin duda, contribuye.