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Viernes, 22 de noviembre de 2024

ServiciosSociales

Los Hogares de mayores del IASS han realizado más de 54.000 atenciones a sus socios durante la pandemia

El objetivo ha sido comprobar el estado de salud de los usuarios, darles apoyo emocional y derivarlos a los recursos en función de sus necesidades

En algunos centros se han preparado comidas para llevar o repartir a domicilio, ascendiendo a más de 3.200 los servicios efectuados en todo Aragón

Los mayores que acudían asiduamente a los Hogares que el IASS tiene repartidos por la Comunidad Autónoma han estado un poco más acompañados durante la pandemia gracias a la labor de los empleados de los centros, que han realizado seguimiento a distancia de sus socios según un protocolo elaborado el 16 de marzo para toda la red de Hogares del IASS. Con ello, se ha podido comprobar si los usuarios se encontraban bien y cubrir las necesidades que iban surgiendo a raíz del confinamiento. En total, se han efectuado más de 54.000 comunicaciones, entre llamadas de teléfono y correos electrónicos. Las atenciones se han realizado por parte del personal de los centros, de cualquier perfil profesional, con el objetivo de localizar situaciones de especial vulnerabilidad, dar apoyo emocional o proporcionar recursos sociales, ayudando en lo posible a descargar los teléfonos generales de información habilitados durante la pandemia.   Las comunicaciones se agrupan en tres bloques: llamadas y correos electrónicos de seguimiento que se han enviado a personas socias de los Hogares que no participan en servicios ni programas (45.422 atenciones); llamadas realizadas a socios que pueden encontrarse en situación de riesgo o vulnerabilidad, con o sin intervención social (4.003 atenciones); y llamadas a personas participantes en programas y servicios de los centros, como el Programa de Autonomía Personal (PAP) (5.014 atenciones).   Además, algunos centros que disponen de cocina han preparado menús para llevar o han organizado repartos a domicilio, como el Hogar de San José en Zaragoza, el Hogar Turia de Teruel o el Hogar de Gallur. En este último se contó con la colaboración del Ayuntamiento de la localidad para realizar el reparto. En el Hogar Turia, fue la propia directora y una trabajadora social del centro quienes se encargaron de hacerlos llegar a los domicilios.   En el caso del Hogar de San José, su directora, Carlota Menéndez, apunta a las “4.000 llamadas realizadas a los socios del barrio y los 1.307 menús que hemos preparado durante la pandemia”. Desde el 4 de junio, han reabierto sus servicios de podología y peluquería de caballeros y señoras. Un servicio que ya se encuentra disponible en la mayoría de Hogares de la red del IASS bajo un sistema de cita previa y teniendo en cuenta las precauciones sanitarias pertinentes para evitar contagios.   Desde el Hogar de mayores de Picarral, con cerca de 4.000 socios, se han hecho casi 3.000 llamadas de seguimiento y han tenido que atender situaciones de ansiedad en cuidadores con personas dependientes a su cargo. “Nuestros centros son de socialización y, cuando están aquí, están bien, pero cuando se van a su casa, hay un tanto por cien que viven solos o con su pareja, en algunos casos, dependiente”, explica la directora del centro, Rosario Jorcano. Este es uno de los supuestos que se han seguido más de cerca, así como los de personas que seguían el programa de Promoción de la Autonomía Personal (PAP), quienes utilizaban el comedor habitualmente (por si presentaban dificultades para realizar la compra o preparar menús en sus hogares) y los mayores de 80 años. Por otro lado, en el Hogar Picarral han contado con la ayuda de los voluntarios que forman los grupos dedicados a actividades lúdicas de distinto tipo (baile, jota, pintura, costura, informática, etc.); estos voluntarios, también usuarios del centro, han sido muy útiles para reflejar y comunicar situaciones de riesgo que se dieran entre sus propios compañeros.   “Nuestro objetivo es cuidar y proteger a las personas mayores como grupo de especial riesgo”, esgrime Jorcano. Asegura que la situación se hizo “más cuesta arriba” después de la Semana Santa pero que, aun así, “la gente se apañó bastante bien y siempre nos cogió el teléfono”. Al otro lado, había cuatro personas (tres ordenanzas y la dirección) preguntando si se encontraban bien o necesitaban algo. Y mantener este canal de comunicación fluido y constante ha hecho que muchos de los socios se hayan pasado en los últimos días por el Hogar simplemente para agradecer las llamadas: “Estamos muy orgullosos de haberles acompañado en estos días y haber sido su ventana al mundo”, cuenta emocionada su directora.   En el Hogar Balsas de Ebro Viejo, con 4.800 socios, -también en El Rabal zaragozano- fueron la trabajadora de servicios auxiliares y la directora, Belén Plaza, quienes estuvieron al mando de las dos líneas telefónicas que se utilizaron para establecer contacto con los mayores. Aquí se hicieron más de 2.700 llamadas, en algunas de las cuales participó la enfermera, que incluso proporcionó tablas de ejercicios a algunos socios para que no vieran mermada su movilidad debido a la falta de actividad física durante el confinamiento.   Plaza cuenta con qué situaciones se encontraban: “Había gente que estaba triste, porque había fallecido algún familiar y no habían podido despedirlo. Hemos ofrecido compañía en el duelo, sobre todo, pero también les hemos dado instrucciones sanitarias, repitiéndoles insistentemente que se lavasen las manos y que cogieran la mascarilla si iban a salir a la calle”. Las personas que hacían uso diario del comedor en este centro fueron derivadas a la Fundación La Caridad, que se ocupaba de ofrecer comidas. Además, en el Hogar Balsas de Ebro Viejo no han parado ni un momento de la cuarentena. Como muestra, un botón: el blog http://hogarbalsasebro.blogspot.com/ se ha llenado de las manualidades, grabados, encuadernaciones, tallas, poemas y cuentos que los socios han elaborado durante el confinamiento y que han querido compartir con todo el mundo.   Los Centros de mayores del Gobierno de Aragón cerraron sus puertas el 13 de marzo. Estos centros tienen como usuarios a personas mayores de 60 años, que son válidas y suelen llegar a estas instalaciones por sus propios medios. Los servicios de los que se benefician son: podología, peluquería, cafetería, talleres físicos y psíquicos, talleres de artesanía, musicales, teatro, club de lectura, actividades de ocio colectivo como cartas, billar o petanca y grupos de viaje que organizan excursiones o visitas culturales. Progresivamente, los Hogares se van preparando para ampliar servicios en función de la demanda y de las características particulares de cada centro, medidas que se irán aplicando poco a poco siempre y cuando lo permitan las condiciones sanitarias.   La red de hogares del IASS está integrada por siete centros situados en la provincia de Huesca (Barbastro, Monzón, Binéfar, Fraga, Jaca, Sabiñánigo y Huesca), con 23.041 socios; ocho hogares en la provincia de Teruel (Andorra, Calanda, Alcañiz, Torrecilla de Alcañiz, Utrillas, Ojos Negros, Calamocha y Teruel), con 17.271 socios; y 16 hogares en la provincia de Zaragoza (Calatayud, Illueca, Tarazona, Borja, Ejea de los Caballeros, Gallur, Casetas y Boterón, San Blas, Balsas, Picarral, Las Fuentes, San José, Delicias, Valdefierro y Torrero en Zaragoza ciudad) con 69.442 socios.

Carlota Menéndez cuenta la experiencia del Hogar San José durante la pandemia

Rosario Jorcano, directora del Hogar Picarral, explica cómo procedieron durante la pandemia