La Presidenta fija la protección de los mayores y la educación como factores clave en el desarrollo de Aragón

Las Escuelas Pías llevan más de cuatro siglos dedicados a la educación. Por eso, resulta plausible que los integrantes de la Orden, después de dedicar toda su vida a la educación de los más jóvenes, puedan ser atendidos en esta etapa de serena reflexión de la vida adulta por los que después de tantos años se han convertido en su segunda familia, la familia calasancia. Con ese objetivo se ha creado la Residencia Betania en Zaragoza. Espacio que hoy ha sido inaugurado por la Presidenta de Aragón.   Luisa Fernanda Rudi, acompañada por el consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia, Ricardo Oliván, ha visitado las instalaciones de esta residencia y, en este entorno, ha reiterado el compromiso “firme y permanente” del Gobierno de Aragón “con la protección de nuestros mayores y con la educación como factor clave para el desarrollo presente y para el futuro de nuestra Comunidad”.   Es, precisamente, en la educación, donde confluyen las Instituciones y organizaciones privadas y las Administraciones Públicas.  El objetivo de todos debe ser el mismo: una educación de calidad basada en la libertad y comprometida con la excelencia. Es la clave del progreso personal y de una auténtica sociedad de oportunidades para todos. “Desde las administraciones públicas estamos obligados a crear las condiciones que permitan el máximo desarrollo del potencial que cada persona posee. Conseguir una verdadera igualdad de oportunidades para los niños y los jóvenes de Aragón es el objetivo de mi gobierno” ha asegurado Rudi.   ESCUELAS PÍAS EN ARAGÓN   La vinculación de la Orden religiosa de los Escolapios con Aragón se remonta al siglo XVII, dada la procedencia de su fundador, San José de Calasanz, nacido en Peralta de la Sal, Huesca. Fue un adelantado a su época. Ya entonces, su principal preocupación fue la educación de todos los niños, especialmente, la de los más desfavorecidos.   Desde entonces su expansión ha sido constante, y actualmente están presentes en cuatro continentes formando una comunidad de más de 1.300 religiosos, con una importante presencia en la Comunidad Autónoma de Aragón.