title.site title.site

Viernes, 22 de noviembre de 2024

Tecnología e Innovación

El Parque Tecnológico Walqa lanza un concurso para poner nombre de mujer científica a un edificio del parque

Se podrá participar del 2 al 12 de noviembre a través de la página https://concursoedificio.ptwalqa.com/

El Parque Tecnológico Walqa lanza hoy, 2 de noviembre, un concurso virtual con el objetivo de renombrar con nombre de mujer un edificio del parque, concretamente el llamado edificio 3 que, actualmente, carece de él. Así, completarían los otros edificios que gestiona la sociedad dentro del Parque, que dispone en total de 14 edificios, y que se denominan Félix de Azara, Miguel Servet y Ramón y Cajal.

Jenara Vicenta Arnal, María Andrea Casamayor y María Josefa Izuel son las tres mujeres científicas aragonesas que optan a nombrar este edificio de Walqa. “El objetivo de esta acción es visibilizar el papel de la mujer en la ciencia y la tecnología durante la historia, poniendo en valor nombres de mujeres que han investigado, y alguna continúa haciéndolo, abriendo el camino a otras mujeres en estos ámbitos”, explica la directora del Parque Tecnológico Walqa, Celia García.

Serán los propios ciudadanos los que puedan elegir el nombre de este edificio entre estas tres candidatas, y la ganadora se dará a conocer el próximo 15 de noviembre, día en el que Walqa cumple 16 años de historia y dentro de los actos de la Semana de la Ciencia organizados por el Parque del 8 al 17 de noviembre.

Para participar en el concurso, simplemente hay que votar en la página web del parque ptwalqa.com. Entre todos los participantes, se sorteará un reloj inteligente.

El concurso está abierto hasta el próximo 11 de noviembre, domingo.

Tres mujeres científicas con historia

Jenara Vicenta Arnal Yarza (Zaragoza, 1902) se tituló en la Escuela de Magisterio en 1922 y prosiguió sus estudios de Química obteniendo la licenciatura en Ciencias Químicas en la Universidad de Zaragoza en 1926 con sobresaliente.

Defendió su tesis doctoral “Estudio potenciométrico del ácido hipocloroso y de sus sales” el día 6 de octubre de 1929, siendo la primera doctora en Ciencias Químicas de España. Obtuvo el Premio extraordinario de Doctorado en 1930. Realizó estancias de investigación en Suiza y Alemania. Aprobó la oposición a cátedras de instituto de Física y Química en 1930. Trabajó en el Instituto de Calatayud y en el Velázquez y Beatriz Galindo de Madrid. Visitó distintos centros de enseñanza de Suiza, Francia, Bélgica, Inglaterra y Holanda. En 1947 se trasladó a Japón donde residió dos años. Es autora de numerosas publicaciones científicas y libros. Falleció a los 57 años en Madrid.

María Josefa Yzuel (Jaca, Huesca, 1940). Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Zaragoza (1957-1962) y se doctoró en 1966, simultáneamente estudio también Magisterio como alternativa a la falta de salidas para su vocación.

Amplió su formación con una estancia postdoctoral en la Universidad de Reading (Reino Unido). De vuelta a la Universidad de Zaragoza, en 1971 obtuvo la plaza de Profesora Agregada de Óptica y Estructura de la Materia, y en 1982, logra la Cátedra de Óptica de la Universidad Granada. En 1983, se incorporó a la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) como Catedrática de Óptica, lugar donde desarrolló su carrera profesional.

Entre sus méritos está haber sido galardonada con la Medalla de Física de la Real Sociedad Española de Física (RSEF) y la Fundación BBVA en 2014, por ser la primera mujer española con plaza estable en la universidad en el área de Física, en 1971. Su investigación en procesado de imágenes y cristales líquidos es reconocida a escala mundial.

María Andrea Casamayor y de la Coma (Zaragoza, siglo XVIII, no hay exactitud de su fecha de nacimiento) matemática y escritora que destacó en el manejo de los números y en la aritmética, áreas que en aquella época eran habituales de hombres.

A lo largo de su trayectoria escribió dos obras sobre aritmética, ambas publicadas bajo el pseudónimo masculino Casandro Manes de la Marca y Arioa: la primera se tituló Tyrocinio Arithmetico y mostraba las reglas básicas de la aritmética, además de contener una tabla con pesos, medidas y monedas de la época con distintas equivalencias; la segunda llevó por título El para sí solo y en ella demuestra sus profundos conocimientos matemáticos al mostrar diversas aplicaciones en la vida cotidiana (esta obra en la actualidad se considera perdida).

Se trata de la única científica española del siglo XVIII de la que hoy en día se conservan sus libros. El Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (en su sede de Alcobendas en Madrid) cuenta con un aula dedicada a su figura.