Industria
Schindler Iberia abre sus puertas a compañías aspirantes tras integrarse, a través del IAF, en la Red de la Excelencia Aragonesa
Gran parte de los ascensores instalados en España llevan impresa la marca Schindler, una de las más experimentadas de sector. Zaragoza alberga una de sus plantas de producción más importantes, ubicada en el polígono Empresarium de La Cartuja, que forma parte de la Red de Excelencia Empresarial de Aragón, tras haber sido galardonada con el Sello de Oro del Instituto Aragonés de Fomento, galardón que recibió definitivamente esta mañana de la mano de Jesús Arnau, director general de Mejora y Desarrollo Empresarial del Instituto Aragonés de Fomento (IAF).
Schindler ha cerrado noviembre con una jornada de puertas abiertas para mostrar a otras compañías aspirantes a la excelencia sus buenas prácticas empresariales. Su director general, Javier Catalina, ha revelado que, debido a la crisis económica, la compañía llegó a perder casi el 90% de producción. Fue entonces cuando Schindler reforzó su cultura empresarial, cimentándola en el concepto de la “mejora continua”, y adscribiéndose genéticamente a valores perfectamente definidos: la vocación por el cliente, la seguridad, la integridad, la formación y la apuesta por el futuro.
FORMACIÓN DE ALTO RIESGO PARA LA COMUNIDAD SCHINDLER
Montar un ascensor implica un riesgo muy alto, ha explicado el director, por ello, la cultura preventiva y la conciencia del peligro son dos de las variables que más en cuenta han de tener a la hora de crear cualquiera de sus productos. Para ello, Schindler Iberia habilitó un centro de formación de montaje dentro de sus propias instalaciones, cuyo objetivo es proporcionar la mejor calidad a y desde cada uno de los eslabones de la cadena de suministro.
El director de nuevas instalaciones, Alfredo Lillo, ha desvelado otra de las claves del éxito empresarial de la compañía: “La descentralización centralizada y especializada”. A pesar de la ubicuidad de la marca –presente en los cinco continentes-, y la variedad de sectores en los que opera –desde el transporte marítimo, al sanitario o residencial-, Schindler ha apostado por una variable transversal indiscutible. Se trata del posicionamiento dentro de su propia industria, así como en la mente del consumidor.
En esa línea, la compañía ha ideado la “Comunidad Schindler”, una estrategia de fidelización, a través de la cual el cliente puede optar a un portal de descuentos en, por ejemplo, viajes, restauración y ocio, al contratar con la compañía el servicio de mantenimiento de sus propios ascensores o escaleras mecánicas, como fórmula de devolución del devengo del diferencial que los clientes pagan por “un Schindler”. Para ello, la compañía ha cerrado acuerdos con más de 300 marcas.
ASCENSORES DIGNOS DE UNA SMART CITY
El digital strategist de la compañía, Juan Ramón Fernández, ha puesto de manifiesto que la creciente urbanización y los cambios demográficos devenidos están motivando un “incremento de demanda” en productos “elevadores” por las ciudades. Urbes que, además, aspiran a ser Smart Cities, y que exigen cada vez más enérgicamente elementos modernos e inteligentes. Bajo esta máxima trabaja hoy en día Schindler, centrando sus producciones en la eficiencia energética y el “Internet of Things”.
Los últimos grandes avances de la compañía, de hecho, llevan el apellido “digitalización”. Así, Schindler ha firmado un acuerdo con General Electric y Huawei, para ofrecer un servicio telemétrico capaz de analizar a tiempo real cada uno de los procesos interventores en la actividad del ascensor o escalera mecánica de marca. Gracias a ello, según explicó Juan Ramón Fernández, el sistema monitoriza “todos los movimientos o sintomatología de cualquiera de nuestros productos del mundo”. De manera simultánea, el sistema genera una serie de detallados informes donde se informa al cliente, a través de una aplicación online, las causas de la anomalía, los componentes afectados del aparato, y su exacta localización.