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El consejero Javier Velasco ha anunciado hoy el acuerdo adoptado por el Consejo de Administración de PLAZA para la adquisición, a través de la Fundación PLAZA, del cuadro de Francisco de Goya 'Retrato de Luis María de Borbón y Vallabriga'
El consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Javier Velasco, ha anunciado hoy el acuerdo adoptado por el Consejo de Administración de PLAZA para la adquisición, a través de la Fundación PLAZA, del cuadro de Francisco de Goya "Retrato de Luis María de Borbón y Vallabriga", realizado en 1783.
El Consejo de Administración de PLAZA ha aprobado hoy la adquisición, a través de la Fundación PLAZA, del ¿Retrato de Luís María de Borbón y Vallabriga¿ realizado por Francisco de Goya y Lucientes en 1783 por un importe total de 10 millones de euros.
El retrato, que mide 133x 114,7 centímetros, es un óleo sobre lienzo que goza de un excelente estado de conservación y que, tras ser sometido a un proceso de limpieza, será expuesto en el Museo Provincial de Zaragoza.
A la vista del indudable valor artístico e histórico de la obra y de acuerdo con la voluntad museológica del Gobierno de Aragón de reforzar la figura de Goya, esta obra apoyaría de forma extraordinaria la presencia del genio de Fuendetodos en el Museo de Zaragoza.
La importancia de su adquisición ha sido puesta en valor por el Ministerio de Cultura y por el Museo del Prado, así como por los expertos en la obra de Goya Manuela Mena y Nigel Glendinning, quienes concluyen que la excepcionalidad y el gran valor artístico del ¿Retrato de Luis María de Borbón y Vallabriga¿ permiten abundar en el conocimiento de la obra de Goya y aconsejan su adquisición por parte de las instituciones del estado.
Desde el punto de vista histórico, la figura de María Teresa de Vallabriga, madre del infante Luís María de Borbón está estrechamente relacionada con Zaragoza, ciudad en la que nació y murió y sus restos están sepultados en la Basílica del Pilar.
DESCRICPCIÓN DE LA OBRA
Descripción del cuadro. Este retrato, que forma pareja con el de su hermana mayor, María Teresa de Borbón, condesa de Chinchón y futura esposa de Don Manuel Godoy, nunca ha formado parte de una exposición, pero aparece en la bibliografía temprana sobre el artista. Se trata de un retrato de cuerpo entero y de pie. El niño se presenta vestido con casaca, chaleco y calzón corto en azul-añil destacando con los colores de su pertenencia a la casa de Borbón. Sostiene con la mano izquierda un compás que revela sin duda la afición del joven por la cartografía y la geografía. Con la mano derecha muestra una pieza de rompecabezas geográfico que descansa sobre una mesa tallada y dorada.
A la derecha del espectador hay una silla sobre la que se apoya un mapa de la geografía europea. Todos estos elementos recrean las Artes Liberales que debe conocer un noble.
El protagonista. El infante Don Luis contaba en el momento en el que fue retratado con la edad de seis años, dato que concuerda con su fecha de nacimiento el 22 de mayo de 1777. Fue hijo del infante Don Luis de Borbón, hermano de Carlos III y de María Teresa de Vallabriga, consagrado obispo en 1799, ocupó la sede de Sevilla y un año más tarde tomó los hábitos del Cardenalato de manos de Pío VII. Fue presidente de la Regencia de Cádiz y abolió la Inquisición. En 1819 tras la vuelta de su sobrino, Fernando VII, fue desterrado a su diócesis y privado de sus bienes ante los recelos del monarca por sus ideas liberales. En el Trienio Liberal (1820-1823) fue presidente de la Junta Provisional y vocal del consejo de Estado, hasta su muerte en 1823.
Importancia del retrato. El retrato goza de un muy buen estado de conservación y es uno de los más destacados retratos pintados por el genio aragonés de la familia del infante Don Luís y su esposa María Teresa de Vallabriga. Fue realizado entre agosto y septiembre de 1783, durante el mes que pasó en Arenas de San Pedro (Ávila), en el palacio del infante Don Luis de Borbón. No existe copia alguna y su autenticidad nunca ha sido cuestionada. La efigie del Infante Don Luis está muy poco idealizada y es al mismo tiempo una imagen principesca del niño que resalta su futuro destino de gran señor.
El lienzo abunda en rasgos muy característicos de los mejores retratos de niños pintados por Goya y apunta ya alguna influencia de Velázquez.