Patrimonio Cultural
Concluye la 4ª campaña de excavaciones arqueológicas del Museo de Huesca en el yacimiento de Marcuello
"Uno de los yacimientos arqueológicos aragoneses más prometedores de las últimas décadas": así define el conservador de Arqueología del Museo de Huesca y director del proyecto de investigación, José Fabre Murillo, al conocido como yacimiento de Marcuello, en las cercanías de la población de Linás de Marcuello (Loarre).
Su interés reside en dos aspectos fundamentales: la excepcionalidad de los restos que en él aparecen y la inédita, y potencialmente encajable, pieza de puzzle que supone en el conocimiento de la protohistoria de la actual provincia de Huesca.
Un ciudad de la Edad del Hierro
A la espera de que el análisis exhaustivo de los materiales obtenidos en la excavación y de las novedades que aporten futuras campañas de excavación, ya es posible adelantar que se trata de un asentamiento o pequeña ciudad, encuadrable en la fase protohistórica conocida como Edad del Hierro Europea.
La magnitud de este asentamiento, ubicado en las faldas de una pequeña colina desgajada de la sierra de Loarre todavía no es desconocida, y si de momento solamente se han rescatado los restos de al menos dos casas, sí se han localizado los restos de una calle perfectamente empedrada que apunta a una proyección urbanística propia de ciudades de cierta envergadura.
La singularidad de este yacimiento arqueológico viene dado no solo por su continente, es decir, las casas y calles que un día fueron habitadas por los hombres y mujeres del valle medio del río Gállego hacia mediados del I Milenio antes de Cristo, si no fundamentalmente por su contenido. Una intervención arqueológica preventiva asociada a la concentración parcelaria del término municipal de Loarre en 2010 alumbró un descubrimiento que nadie sospechaba, y en el que el equipo del Museo centró sus esfuerzos por esclarecer: decenas de vasijas ricamente ornamentadas y moldes de orfebrería para la fabricación de joyas de variada iconografía que recuerdan en fondo y forma más a las culturas del mediterráneo central que a las propias del entorno histórico que conocíamos. Todo ello bajo un potente nivel de destrucción, la parte de la ciudad que se conoce fue incendiada, pero el azar reservó la suficiente información para saber que la gente que la habitó, de forma más o menos estable, trajo hasta estas latitudes oscenses influencias, ideas y enseres - probablemente de mano en mano y de boca en boca - de las culturas más avanzadas del momento.
I Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés
Muchas son las incógnitas que todavía esconde, pese a ello, y con el objetivo de dar a conocer el yacimiento un primer avance de los resultados serán presentados a la comunidad científica el próximo otoño en el I Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés que tendrá lugar en Zaragoza los días 24 y 25 de noviembre de 2015.
Pese a la merma de recursos generalizada que ha afectado a los proyectos de investigación de índole arqueológica en particular, e histórica en general, el Museo de Huesca, dependiente de la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, ha realizado desde 2012 un importante esfuerzo humano y presupuestario por afianzarlo.
Algunas piezas se mostrarán en el Museo de Huesca
En el yacimiento no solo se están abordando las labores propias de descubrir nuevos restos y documentarlos metodológicamente, sino que además se están tomando las medidas de conservación adecuadas para que las áreas descubiertas estén protegidas de posibles daños derivados de su exhumación. De forma reversible se reserva el yacimiento para posibles musealizaciones in situ que podrían facilitar, en un futuro, su interpretación a pie de campo. Paralelamente, el Museo tiene prevista la inclusión de las piezas más destacadas, tras pasar por los estudios, análisis y restauraciones pertinentes en la exposición de su sede oscense para su disfrute.
En el equipo de trabajo de este proyecto de investigación acompañan al director la restauradora de Arqueología del mismo museo, abordando los aspectos relacionados con la conservación del propio yacimiento y de forma destacada en los tratamientos de restauración aplicables a los objetos recuperados tras más de dos mil años de su último uso. Además se cuenta con la colaboración de estudiantes y graduados en prácticas de la rama arqueológica de los estudios universitarios de Historia de la Universidad de Zaragoza y la UNED. Por último se completa el equipo de trabajo con personal auxiliar del propio Museo de Huesca.
El proyecto cuenta con el respaldo institucional de su centro promotor, el Museo de Huesca, pero además se halla inserto en el Grupo de Investigación “Primeros Pobladores del Valle del Ebro”, del Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza, del que su director es miembro investigador y del que recibe un esforzado apoyo académico y presupuestario. Por último, también es apoyado logísticamente por el Servicio Provincial de Desarrollo Rural y Sostenibilidad de Huesca, la Comarca de la Hoya de Huesca y el Ayuntamiento de Loarre.