Patrimonio Cultural
Concluye la restauración del claustro de la catedral de Roda de Isábena con la recuperación del necrologio
Los trabajos se han centrado en recuperar el estado original de toda la parte septentrional del claustro románico del BIC
La inversión, de 78.759,11 euros, ha sido cofinanciada con fondos europeos, dentro del Programa Operativo FEDER
El Gobierno de Aragón ha finalizado ya los trabajos de restauración de la arquería y de los paramentos del lado norte del claustro de la antigua catedral de San Vicente de Roda de Isábena. Se trata de una actuación propuesta para ser cofinanciada con fondos europeos, dentro del Programa Operativo FEDER Aragón 2014-2020, bajo el lema "Construyendo Europa desde Aragón".
Nacho Escuín valora los trabajos de restauración del claustro
El paso del tiempo y las sucesivas intervenciones llevaron a su deterioro, afectando especialmente a los sillares con epigrafías que componen el necrologio que decora todo el claustro y que lo convierte en un espacio histórico y cultural excepcional.
La intervención ha durado casi 3 meses y ha sido efectuada por la empresa Arte, Conservación y Restauración SL. (ARTYCO). La actuación se ha ejecutado siguiendo un proyecto redactado por el arquitecto y restaurador Fernando Guerra-Librero en marzo de 2014.
Los trabajos de restauración han consistido en la restauración de toda la parte septentrional de este excepcional claustro románico. Gracias a ella se han recuperado las singulares epigrafías que componen el deteriorado necrologio que decora tanto este lateral del claustro como los tres restantes. La inversión ha sido de 78.759,11 euros.
Desde el Departamento de Educación, Cultura y Deporte se mantiene la intención de continuar interviniendo durante los dos próximos años en este claustro, que constituye una de las partes más emblemáticas de este edificio declarado Bien de Interés Cultural desde 1924, para conseguir su total restauración y puesta en valor.
Estado de conservación
El estado de conservación en el que se encontraba el claustro se debe al deterioro sufrido por el paso del tiempo, expuesto a los agentes atmosféricos, pero también a las sucesivas intervenciones experimentadas por el mismo desde el siglo XVII y, sobre todo, a partir de 1942 y no siempre acertadas, que conllevaron la sustitución de algunas de las piezas que lo constituyen y el tratamiento de muchas otras con materiales y productos inadecuados.
De hecho, la degradación de su estado de conservación se vio acelerada en los últimos años debido a las filtraciones de agua a través de la cubierta, un problema que no fue resuelto hasta el año 2011.
*Se adjunta audio del director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín.