Patrimonio Cultural
Cultura termina las obras en la cubierta que protege la villa romana Villa Fortunatus de Fraga
El Gobierno de Aragón ha sustituido la cubierta de policarbonato por una de chapa grecada de acero precalado para proteger el yacimiento de las filtraciones
El Departamento de Educación, Cultura y Deporte ha finalizado hoy las obras de la cubierta que protege el yacimiento de Villa Fortunatus en el término municipal de Fraga. Los trabajos han tenido un importe de 57.983,37 euros y han consistido en la sustitución de la cubierta. Esta estaba construida con policarbonatos y presentaba filtraciones. Se ha sustituido por una cubierta de chapa grecada de acero precalado que soluciona los problemas de goteras que podían producirse en la villa romana.
Nacho Escuín comenta la intervención en Villa Fortunatus
El mantenimiento del yacimiento se realiza con las brigadas municipales gracias a la colaboración con el Ayuntamiento de Fraga. Esta cooperación se extiende a las visitas, que se gestionan a través de la oficina de turismo de la localidad.
El yacimiento de Villa Fortunatus, descubierto y estudiado entre 1930 y 1940 y catalogado como BIC, se encuentra a unos 5 kilómetros al norte de Fraga (Huesca) en el término de "Pilaret de Santa Quiteria". Se trata de una villa romana cuya construcción data del siglo II, aunque a finales del siglo III o principios del IV d.C. fue ampliada y se construyó la nueva villa, decorada con ricos pavimentos de mosaico. Las investigaciones arqueológicas han demostrado que, tras el abandono de la vivienda, una parte fue reaprovechada y transformada en basílica para el culto cristiano a finales del siglo IV o comienzos del siglo V. También se han encontrado en el yacimiento evidencias de ocupación visigoda.
Por las grandes dimensiones de la villa y por la riqueza de su decoración se sabe que Villa Fortunatus fue la vivienda de una rica familia romana y su denominación no es fruto de la casualidad, sino que se debe a una inscripción en mosaico, que alude a su propietario. Presenta la habitual distribución de las viviendas privadas romanas, con estancias dispuestas alrededor de un patio abierto porticado de unos 300 m2. Se han conservado restos de su decoración mural y de sus pavimentos teselados de diferentes calidades. Algunos de estos mosaicos se conservan en el propio yacimiento, aunque los más importantes se trasladaron al Museo de Zaragoza.
Destaca el mosaico encontrado en una de sus estancias que posee la inscripción con el nombre del propietario, otros representan un calendario, al modo romano, del que se conservan seis meses, diversas deidades como Venus, Eros y Psiqué y algunos motivos cristianos como el crismón. Otra de las estancias, el aquarium, se decoraba con motivos marinos.