El IAACC Pablo Serrano muestra a un Víctor Mira inédito en “Viaje de una generación”

Un Víctor Mira inédito, con obras fotográficas, un gran mural y hasta un trabajo que terminó el mismo día de su muerte. El IAACC Pablo Serrano rinde homenaje a uno de los grandes artistas aragoneses contemporáneos con su última exposición, inaugurada esta tarde coincidiendo con el decimoquinto aniversario de su fallecimiento y que reúne un conjunto de obras realizada en sus últimos diez años de vida. Un trabajo que corresponde con su plena madurez como artista y que, como ha destacado el director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín, permite descubrir “nuevos recovecos en su poética”. “En esta ocasión –ha dicho Escuín- podemos contemplar desde fotografías hasta un gran mural que demuestra la enorme entidad de nuestro artista”.

Así, esta exhibición, que podrá verse  hasta el 9 de enero de 2019 en la planta cuarta del IAACC Pablo Serrano, reúne bajo el nombre “Viaje de una generación” un recorrido a través de 23 óleos y 14 fotografías intervenidas por el artista, que conforman 4 conjuntos de obras fundamentales en la última etapa de Mira, la mayoría de ellas no vistas antes en Zaragoza, o mostradas de forma efímera; incluso alguna de ellas no ha sido nunca mostrada al público.

En los quince años desde el fallecimiento de Mira (Zaragoza, 1949 – Seefeld, Alemania, 2003) el Legado Víctor Mira ha promovido otras tantas exposiciones; en esta ocasión, se reúne un conjunto de trabajos prácticamente inédito, en un “viaje” que comienza a través de un Autorretrato (1990) que se ha elegido como presentación de la exposición y que continúa con los siguientes conjuntos de obras:

Los Golpeados (1993)

Se trata de una carpeta con 12 fotografías en blanco y negro manipuladas. Las protagonizan artistas del siglo XX, desde Jean Rendir a James Joyce, Sylvia Plath o Marilyn Monroe, a los que representa sujetos por cadenas de gruesos eslabones. En los retratos queda oculto uno de los extremos de la cadena, pero resulta obvio que quien les amarra es la sociedad que les admira... pero no les soporta. Y es evidente, también, que la cadena de esos personajes es en parte también su cordón umbilical, que les mantiene unidos a aquello que les proporciona su alimento. Víctor Mira fantaseó con incluirse en la lista, pero al final su retrato se lo guardó para él y se expone en el IAACC Pablo Serrano con el resto de la carpeta. “Los Golpeados” tan solo se ha expuesto al público un día, veinte años después de su creación, cuando se inauguró el Espacio Víctor Mira en Zaragoza.

La Última Cena (1998-1999)

Políptico de 16 metros compuesto por 13 óleos, con una visión personal del artista sobre el tema del Evangelio, tan reproducido en la historia de la pintura, desde Leonardo da Vinci a artistas del siglo XX como Nolde, Dalí o Warhol. Mira interpreta la iconografía de la Última Cena en una pintura de grandes dimensiones. Según narra Ester Romero, el artista no enmarca a los personajes dentro de un cenáculo ante una mesa, sino que representa a los discípulos sentados sobre unos austeros asientos de madera unidos entre sí y soportados por Jesús, que grita de dolor ante el peso del pecado en el mundo. Este grito de sacrificio, que nos recuerda a Munch, es el reflejo del horror ante la frágil fortaleza de la virtud y la muestra de lo sencillo que resultará la corrupción del alma. Ese Jesús que aúlla es, en buena parte, un autorretrato de Víctor Mira; y los apóstoles son antihéroes enfrentados a la miseria humana, contemplando escenas como la explosión de la bomba atómica o un convoy de soldados españoles de la División Azul. La Última Cena solo ha podido verse en Barcelona en 2002.

Mood. El cielo de las mujeres (2001-2003)

Se exponen un cartón y un lienzo vinculados con ‘El cielo de las mujeres’ (Himmel der Frauen), pieza teatral que Víctor Mira terminó en 2002 y cuyos estrenos en Alemania y España no llegó a ver, aunque participara activamente en su preparación. Se estrenó el 28 de agosto de 2004 en el Guggenheim de Berlín. La obra, que reflexiona sobre la incomunicación fundiendo lo simbólico, lo existencial y lo grotesco, se vio en España un año más tarde. Sin abandonar la pintura, había sucumbido a los encantos del teatro. El lienzo se quemó parcialmente el día 18 de noviembre de 2003 en el taller de Víctor Mira, unas horas antes de su muerte.

Moods (2003)

Precedida por una serie de ‘Imágenes Binoculares’ sobre cartón (1997-2003), Mira pinta su última obra, dos lienzos de 2 x 4 m. cada uno, que acabó el mismo día de su muerte y que nunca hasta ahora ha sido mostrada al público: ‘Moods’ (literalmente, estados de ánimo). Como relata Ester Romero, Mira, tanto en la serie ‘Imágenes binoculares’ como en ‘Moods’ recupera el sueño de los mundos posibles, se aleja de las tinieblas y del tormento existencial, a los que tan acostumbrado nos tenía. Se sumerge en un mundo onírico sin pesadillas, tan sólo el cuerpo abandonado a un placentero descanso donde lo cotidiano resurge como algo hermoso, un lugar donde el pasado no atormenta sino que forma parte de nuestra existencia. Serenidad, siempre anhelada y por fin conseguida. Los sueños son posibles, pinta Mira, aleja el negro alcanzando la lujuria del color. Ha tomado otra vía, otro camino a explorar dentro del alma.

*Se adjunta audio del director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín