El Museo de Huesca se suma a la celebración del Día Europeo de la Conservación-Restauración 2019

Con motivo de la celebración del Día Europeo de la Conservación-Restauración, que se celebra el próximo domingo, 13 de octubre, el Museo de Huesca se ha sumado a la propuesta que ha realizado la Asociación Profesional de Conservadores Restauradores de España (ACRE) para llevar a cabo durante toda esta semana una serie de actividades de difusión relacionadas con esta profesión. Las cuestiones programadas van dirigidas a todo tipo de público y están realizadas por profesionales, instituciones, empresas y estudiantes que deseen aumentar la visibilidad del conservador-restaurador, dar visibilidad al trabajo de los profesionales que participen en la propuesta o poner en valor proyectos concretos, próximos a los participantes en el evento.

En este contexto, el Museo de Huesca ha querido dar relieve a las últimas actuaciones de conservación-restauración que se han realizado en el centro para que, además de poder ser contempladas por el público, sirvan para dar a conocer la labor de los profesionales de la restauración.

Una de las principales iniciativas que el Museo ha querido poner en valor es la actividad “El museo restaura. Prohibido no mirar”, que tuvo lugar con motivo del Día Internacional de los Museos, y en la que durante dos semanas una de las salas se convirtió en un laboratorio de restauración en el que los visitantes pudieron conocer el trabajo que la restauradora Ana Belén Serrano realizó sobre una de las obras más emblemáticas del Museo: Pedro Abarca de Bolea, Conde de Aranda, en el año en que se cumplen 300 años de su nacimiento.

Asimismo, la sección “Obra destacada” del Museo expone en la actualidad cuatro tablas de pequeño formato realizadas al óleo por Fray Manuel Bayeu, hacia 1793, que sirvieron de estudios preparatorios para las pinturas murales de la capilla de la Asunción de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes. Dichas tablas, pertenecientes a la colección del Palacio de Valdeolivos, en Fonz, fueron restauradas por Ana Belén Serrano con motivo de la exposición “Fray Manuel Bayeu. Cartujo, pintor y testigo de su tiempo”.

Por último, hay que destacar también la exposición temporal “Labitolosa. Una ciudad romana en el Pirineo oscense”, en la que el Museo ha trabajado durante más de un año y en la que la restauradora Mª José Arbués ha tratado las casi doscientas piezas que la conforman. Es importante destacar el trabajo que se ha realizado en las inscripciones de gran formato que conserva el centro, para las que además se han diseñado unos soportes adecuados que permiten su conservación y su posterior movimiento sin afectar a la estabilidad de las mismas, como ya han podido comprobar los más de 30.000 visitantes que ha recibido la exposición desde el mes de marzo.

Con motivo del Día Europeo de la Conservación-Restauración, los visitantes del Museo de Huesca dispondrán esta semana de la posibilidad de acceder a esta iniciativa a través de unos códigos QR dispuestos en sala junto a las obras restauradas.