Consumo recomienda comprar de forma meditada en el periodo de rebajas
Las rebajas implican una disminución del precio de los productos, pero nunca de su calidad, ni tampoco una reducción de los derechos que amparan a los consumidores
El pasado 21 de junio se iniciaron las rebajas estivales, que finalizarán el 21 de septiembre. Junto a las ventajas económicas que comporta la obtención de productos a un menor precio, esta faceta comercial respaldada habitualmente por fuertes campañas publicitarias puede conducir en algunos casos a comprar de forma compulsiva, lo que provoca en ocasiones la adquisición de bienes no necesarios. El director general de Consumo, Florencio García, ha explicado que en algunos casos "las rebajas se perciben como un entretenimiento, incluso como una especie de competición entre los consumidores para ver quién compra antes, más barato, más cosas o halla la ganga más ventajosa". Por ello, Florencio García ha recordado que "el consumidor ha de racionalizar sus compras y afrontar las rebajas de forma meditada y responsable". El director general de Consumo ha recordado que en la denominación de rebajas se incluyen los productos que se venden por fin de estación, "y por tanto son productos que se han estado vendiendo durante la temporada y que ahora se reduce su precio". Los productos deben estar marcados con el precio de venta anterior o normal y el rebajado, "para que así el consumidor pueda valorar la rebaja que supone o bien indicando el precio normal de venta y el porcentaje de rebaja, pero en cualquier caso la información debe ser clara, comprensible y que no induzca a error". Florencio García ha insistido en que "no deben confundirse las rebajas con otras figuras previstas en la Ley, como las liquidaciones y saldos; las primeras son ventas especiales derivadas de una situación excepcional como cierre de negocio, cambio de orientación del mismo, etc., mientras que los saldos son artículos que presentan algún defecto o tara de fabricación, o que han quedado obsoletos: por eso se venden más baratos". En ningún caso los productos que se vendan en rebajas deberán tener esas características de los saldos. En cuanto a la publicidad, las normas establecidas para los periodos de rebajas determinan que los carteles y la publicidad de los establecimientos y comercios anunciarán los productos rebajados como "REBAJAS", y en ningún caso se prestarán a confusión con la mención de los términos "SALDOS" o "LIQUIDACIÓN". El consumidor debe tener presente que en el periodo de las rebajas "lo que se rebajan son los precios, no la calidad, y tampoco los derechos". Si el producto comprado en las rebajas presenta algún defecto o problema, hay derecho a la garantía legal, consistente en su reparación, cambio o devolución del dinero, igual que en fechas de no rebajas, e igual reflexión se ha de hacer respecto a la admisión de medios de pago, en el sentido de que en aquellos comercios donde se admita habitualmente el pago mediante tarjetas de crédito deben seguir haciéndolo durante el periodo de rebajas. En cualquier caso, siempre que surja alguna discrepancia o conflicto en las compras de rebajas, el consumidor puede acudir a las Oficinas Municipales de Información al Consumidor, a las asociaciones de consumidores, Servicios Provinciales de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, a la Junta Arbitral de Consumo del Ayuntamiento de Zaragoza o la Junta Arbitral de Consumo de Aragón. La Dirección General de Consumo del Gobierno de Aragón pone a su disposición el teléfono gratuito de atención al consumidor 900 12 13 14 para resolver sus dudas sobre éstas u otras cuestiones.