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Lunes, 25 de noviembre de 2024

Industria

Aprobado el Plan Energético de Aragón 2013-2020

Esta planificación indicativa para los próximos años pretende conjugar objetivos de crecimiento económico, seguridad en el abastecimiento energético, mejora de la eficiencia y desarrollo tecnológico preservando además el medio ambiente

El plan contempla que la potencia instalada en renovables crezca en Aragón en casi 4.000 megavatios de aquí a 2020 y concede abundante peso a la actividad de I+D+i ligada a la energía

El Consejo de Gobierno ha aprobado el plan Energético de Aragón 2013-2020, un documento elaborado durante los últimos meses por el Departamento de Industria e Innovación del Ejecutivo autonómico que recoge las principales líneas de acción de la política energética de la Comunidad  para los próximos años.   Su misión última es encontrar el equilibrio en materia energética: conjugar objetivos de crecimiento económico, de generación de empleo, de mantenimiento de la seguridad y calidad en el abastecimiento energético, de mejora de la eficiencia energética y de desarrollo tecnológico, preservando además el medio ambiente.   La elaboración del plan ha sido sumamente participativa, pues han tomado parte en el proceso los principales agentes del sector, pero también los restantes departamentos del Gobierno de Aragón, el Consejo de Industria de Aragón o el Consejo de Ordenación Territorial. Además, este trabajo se ha sometido a la evaluación ambiental de planes y programas que establece la Ley 7/2006, de 22 de junio, de Protección Ambiental de Aragón –que supone evaluar la incidencia del plan antes de ejecutar los proyectos o actividades que pueda incluir y con independencia de la evaluación de impacto ambiental que estos proyectos puedan requerir-, así como a información pública por un periodo de dos meses. Básico ha sido también el proceso de participación ciudadana a que se ha sometido el plan –con la Dirección General de Participación Ciudadana, Acción Exterior y Cooperación del Departamento de Presidencia y Justicia-, tras el que se han incorporado al texto final más del 80% de las alegaciones recibidas. El que ahora se aprueba y que entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) es el tercer Plan Energético de la Comunidad Autónoma. El primero (1994-2013), publicado en 1994, fue actualizado en 2005 con el Plan Energético de Aragón 2005-2012. Durante este tiempo también se han realizado otras planificaciones más específicas en materia de energía renovable, evacuación de régimen especial, eólica y gas.   El texto, aunque coherente con las planificaciones nacionales y comunitarias, reclama un mayor protagonismo para las comunidades autónomas a la hora de definir su política energética, a partir del conocimiento que tienen de su situación energética, tecnológica y económica y del aprovechamiento de las competencias de que disponen en materias como la promoción de las energías renovables, el ahorro y uso eficiente de la energía y la investigación, desarrollo e innovación. El plan dota a la Comunidad de un horizonte y hoja de ruta en materia de energía, lo que cobra importancia teniendo en cuenta que estamos inmersos en profundas reformas legislativas del sector energético y en un escenario de crisis que tiene reflejo en un descenso de los consumos energéticos. Esta situación ha sido tenida en cuenta y ha motivado un ajuste en los objetivos del plan para 2020 respecto a los que contenía el borrador inicial.   El Plan Energético de Aragón 2013-2020 contiene cinco estrategias fundamentales: incrementar el parque de generación eléctrica, desarrollar las infraestructuras energéticas y promover las energías renovables, el ahorro y uso eficiente de la energía y la investigación, el desarrollo y la innovación energética.   El plan contempla una estrategia de futuro ambiciosa pero posible, con objetivos que en los procesos de participación ciudadana e información pública han sido compartidos mayoritariamente. Además recuerda que Aragón posee excelentes recursos renovables, para usos eléctricos y térmicos y aboga por seguir incrementando la generación eléctrica procedente de la eólica y, en menor media, de biomasa, hidráulica y solar, duplicando la aportación actual del parque de generación renovable, que alcanzaría los 7.537 megavatios de potencia instalada, frente a los 3.691 actuales. La potencia eléctrica convencional pasaría de los 3.635 megavatios actuales a 3.902, con lo que la potencia eléctrica total (renovable + convencional) llegaría a los 11.438 megavatios en 2020. También está previsto que se incrementen un 20% las aplicaciones térmicas de las energías renovables, fundamentalmente con las aportaciones de la solar térmica y de la biomasa. Este planteamiento aprovecha nuestros recursos autóctonos y renovables, disminuye la dependencia del suministro exterior, aporta flexibilidad y fiabilidad al sistema, mejora nuestra balanza económica y contribuye a minimizar las posibles afecciones ambientales. Este texto destaca igualmente la importancia de la utilización limpia del carbón, que no puede quedar relegado en las estrategias comunitarias y que cumple un papel esencial en la seguridad de abastecimiento eléctrico y reducción de la dependencia exterior. El escenario que dibuja para 2020 otorga un papel fundamental a las energías renovables y a la eficiencia energética, pero también indica que el gas natural va a ser clave en la estructura energética regional, al igual que el impulso a la investigación en ámbitos como las redes inteligentes, el vehículo eléctrico, el uso limpio del carbón o el hidrógeno.   A la hora de abordar las infraestructuras, el plan contempla las necesarias para la vertebración del territorio en cuanto a generación y consumo de gas y electricidad. En el capítulo eléctrico son, en su mayoría, nuevas líneas y ampliaciones de subestaciones necesarias para garantizar un suministro seguro y de calidad durante los próximos años tanto a la población general como a la actividad económica. Estas propuestas consolidan el crecimiento de ejes económicos como los de Tarazona, Mequinenza o Gurrea y mejoran el mallado de importantes áreas industriales. Entre las nuevas líneas se incluyen algunas como la Mezquita-Valdeconejos 220 kV, Valdeconejos-Escucha 220 kV y Mezquita-PLATEA 400 kV en Teruel y Monte Torrero-PLAZA 220 kV, María-PLAZA 220 kV y Entrerríos-PLAZA 220 kV, en Zaragoza.   En cuanto al gas y aunque el nivel de gasificación de la Comunidad ha mejorado notablemente en los últimos años, se prevén nuevos gasoductos como los de Brea de Aragón-Illueca, Alcolea de Cinca-Sariñena, Calamocha-Daroca, Épila, Cariñena, Monreal del Campo-Molina de Aragón, Onda-Teruel, Calatayud-Yela o Daroca-Calatayud.   Para conseguir todos estos objetivos el plan propone la promoción de inversiones en eficiencia energética y aprovechamiento de las energías renovables mediante subvenciones, líneas de financiación y promoción de las empresas de servicios energéticos; la elaboración de normativa que agilice y racionalice los procedimientos administrativos; la elaboración de planes de acción sobre materias concretas; la potenciación del tejido industrial, la colaboración entre universidades, empresas y centros de investigación; el fomento de la transferencia tecnológica y el impulso a la presencia nacional e internacional.   También en el apartado de inversiones y empleo la planificación contenida en el Plan Energético de Aragón 2013-2020 es indicativa. Partiendo de esa premisa y utilizando baremos de uso común en el sector, se estima un impacto en el empleo para todo el periodo de 20.000 personas en la fase de construcción y de 2.400 en la de explotación de las infraestructuras e instalaciones de generación durante los años posteriores cuando ya estén hechas.

La planificación no pronostica la creación de 22.400 nuevos puestos de trabajo, sino que considera que los relacionados con el desarrollo de este plan –bien nuevos, bien ya existentes- rondarán esta cifra en todo el periodo de vigencia del Plan y distribuidos en la realización de proyectos, ingeniería, construcción, montaje y explotación. Esto afecta a actividades directas como la investigación e innovación, fabricación de bienes de equipo, creación de empresas de servicios energéticos, instaladores, obtención de materias primas renovables y transporte, así como a otras inducidas en la puesta en marcha de las instalaciones y al empleo que se pueda generar en el sector servicios.