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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Discursos e intervenciones

Intervención de Miquel Roca i Junyent

Acto de entrega de la Medalla de Aragón a los ponentes vivos de la Constitución, con motivo del 40 aniversario

Señora Presidenta, Señor Presidente, Querido Alfonso, Presidente de las Cortes, Miembros del Gobierno de Aragón, autoridades, señoras y señores.

Estos días en ocasión del 40 aniversario de la Constitución del 78, mis compañeros ponentes y yo mismos nos vemos obligados a señalar, a destacar como quiero hacer en este momento, que reconocimientos como los de este acto nos trascienden.

No es a nosotros a quienes se quiere homenajear sino a toda la sociedad española en su conjunto, protagonista de una de las historias más exitosas de la democracia y de la libertad que ha conocido la Europa contemporánea como fue la de la Transición,  que precisamente la Constitución del 78 simbolizó.

Después de un largo y traumático periodo de falta de libertad, anclado nuestro pasado en contiendas y confrontaciones, España en 1978 y con la Constitución que hoy conmemoramos, alcanzó a definir un marco de libertad y progreso, de convivencia apoyada en el respeto al pluralismo, a la tolerancia y al reconocimiento a la diferencia como riqueza compartida en un proyecto común que fue tenido, y lo sigue siendo, como una experiencia ejemplar en el mundo. Esto es lo que hoy conmemoramos.

Lo que entre todos hicimos en 1978 siga hoy, 40 años después, en plena vigencia.

Que los problemas que acompañan nuestro presente puedan encontrar en aquella Constitución el marco más eficaz para su solución. Y que los anhelos legítimos que puedan conducir a su reforma puedan ampararse en la propia constitución, al margen de la cual nada debiera plantearse.

Ha costado mucho construir el Estado Social y Democrático de Derecho que es la España de hoy. No fue fácil transitar desde aquel duro y triste pasado a la eclosión democrática. Y sabemos que la democracia se ganó entonces, pero se construye cada día, día a día.

Para hacerlo posible está la Constitución.

Aragón, tierra de libertad, sabe mucho de esta historia. Será pues, con orgullo, si me lo permitís, que guardaré como obligación principal la de servir fielmente a los valores que vuestra medalla lleva incorporados.