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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Discursos e intervenciones

DISCURSO DE TOMA DE POSESIÓN DE JAVIER LAMBÁN, PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE ARAGÓN

Un día como este, uno está llamado a ser feliz y por eso se rodea de sus correligionarios, que en mi caso, hoy están encabezados por el secretario general, Pedro Sánchez; se rodea de su familia, de sus amigos, de aquellos que realmente tiene en el fondo de su corazón. Pero la jornada se ha visto enturbiada por el incendio que se desató ayer en las Cinco Villas y que ha hecho que los vecinos de cuatro pueblos de Orés, Farasdués, de Biota y Malpica de Ebro y también de Asín, hayan tenido que irse fuera de su casa a pasar la noche. Yo estuve hasta altas horas con los consejeros del Gobierno saliente, que tuvieron un comportamiento absolutamente impecable; estuvimos acompañando a estas personas que estaban inquietas, angustiadas, preocupadas. Les mando desde aquí un mensaje de apoyo y solidaridad e inmediatamente concluido este acto volveremos a estar con ellos porque es en este tipo de circunstancias donde un Gobierno pone de manifiesto su sensibilidad.

Antecesores

Dicho esto, me apresuro a compartir con ustedes una reflexión con la que siempre me he identificado plenamente. Creo que un político acierta cuando se siente parte de una tradición que le ha precedido y que continuará cuando él desaparezca de la vida pública; una tradición que cuando se conoce, le fortalece a uno para tratar de engrandecerla, en unos casos, y para revisarla en otros y que, sobre todo, le impulsa éticamente a preparar el

camino para que los que le sucedan mejoren a su vez su legado. En este sentido, quiero manifestar mi reconocimiento y gratitud a todos cuantos me ha precedido en el cargo del Gobierno de Aragón, desde la preautonomía de Juan Antonio Bolea Foradada hasta la última presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, pasando por todos y cada uno de ellos y, si me lo permiten, deteniéndome en un hombre al que creo que la historia hasta ahora no ha hecho justicia: fue presidente cuando se aprobó el Estatuto de Autonomía. Con él compartí ocho años de vida municipal en nuestro pueblo natal y allí se fraguó un sentimiento de amistad y admiración por mi parte que ha durado hasta hoy. Me refiero a Don Gaspar Castellano y de Gastón. Todos ellos le prestaron un gran servicio a Aragón; todos ellos embellecieron, esclarecieron y mejoraron algo el mundo en el que vivimos, por utilizar palabras de Santiago Ramón y Cajal y por ello, todos ellos merecen mi reconocimiento y mi gratitud.

Ciudadanos

En este momento, me gustaría dirigirme a todos y cada uno de los ciudadanos aragoneses; me gustaría darles un abrazo; me gustaría hablar con ellos y me gustaría decirles que sus preocupaciones, sus anhelos e inquietudes, sus angustias, sus ambiciones, que la visión del futuro de sus hijos y nietos, van a estar en el centro, de manera exclusiva y absoluta, de las acciones de mi gobierno. Materialmente, hacer ese ejercicio de proximidad y acercamiento, es imposible y, por tanto, lo voy a hacer a través de sus representantes, de la ciudadanía aragonesa, de las fuerzas políticas, tanto de las que el otro día votaron a favor de mi investidura, como de las que lo hicieron en sentido contrario. Con unas me une la afinidad en las ideas, en la visión política inmediata; con todas me une un amor a Aragón, un amor al país que hemos de ser capaces de convertir

en instrumento que forje grandes acuerdos; justamente, aquellos acuerdos que requieren para ser solucionados, los retos y desafíos a lo que se enfrenta la Comunidad autónoma en los próximos años.

Municipios

Permítanme que me dirija también a los alcaldes, a las alcaldesas y a los concejales de la Comunidad autónoma de Aragón. Para mí son la sal política de la tierra aragonesa. Yo me siento muy orgulloso de haber sido educado en la escuela del municipio, en la escuela del ayuntamiento. Es una escuela de transparencia, de honradez, de buena administración, de gastar los euros en aquello que realmente necesitan los ciudadanos y además, en hacerlo bien. Es una escuela de practicar la política desde un inquebrantable sentido de servicio público de la misma. Hasta tal punto estoy convencido de lo que digo, que creo que los alcaldes y los concejales forman parte de lo mejor del acervo ético y político aragonés y por eso me propongo que el aragonés del siglo XXI se construya desde los pueblos y las ciudades por dos razones fundamentales: porque es la única garantía de que el desarrollo cultural y social del territorio de produzca de manera equilibrada y, segundo, porque los retos más inmediatos que tenemos por delante (la erradicación de la pobreza, la erradicación de la exclusión social y la reconstrucción de los servicios públicos) es imposible acometerlos si no es dándonos la mano con los alcaldes y concejales de la Comunidad, de cualquier signo político, que cuentan con mi respeto y admiración y yo casi diría que con mi veneración.

Talento

Quiero dirigirme a todos los aragoneses y aragonesas y quiero hacerlo también, queridos amigos, a todos los representantes

del tejido social aragonés, el mundo de la empresa, el mundo de la universidad, el trabajo, la creación, la investigación. Todos ellos componen un depósito inagotable de talento y compromiso, que siendo bien tratado por la política, se tiene que convertir en una fuente formidable para solucionar los problemas que tiene la comunidad en el terreno de la modernización autonómico, en el terreno de encauzar el crecimiento por la vía de la justicia social, por el terreno, en definitiva, de modernizar el país. Y quiero asociarlos también a una tarea en la que hasta ahora, la sociedad civil aragonesa no ha participado porque los políticos no la hemos dejado: en la tarea de representar a Aragón en el conjunto de España, no con la fuerza que nos da nuestra exigua demografía (apenas un millón, doscientos mil habitantes), sino con la inmensa y formidable fuerza motriz que nos da el talento de nuestra sociedad.

Lealtad

Señor ministro del Gobierno de España, le agradezco su participación en este acto de toma de posesión y le manifiesto que desde el Gobierno que usted forma parte tendrá la lealtad del Gobierno que voy a presidir a partir de ahora mismo. Pero le digo a continuación que esa lealtad ha de ser bidireccional y recíproca porque si no, nunca será nunca bien entendida por las gentes de nuestra tierra. Son tiempos en los que hay que ser atrevido y audaz y en los que hay que llegar más lejos de lo que el simple pragmatismo aconsejaría. Desde la lealtad, señor ministro, dirimiremos nuestras discrepancias, y por cierto, en fechas muy próximas, tendremos que dirimir en dos aspectos que para nosotros resultan fundamentales como es el de la aplicación de la Ley de Educación o el de la Financiación autonómica, cuyo sistema actual hace prácticamente inviable el modelo mismo. Pero con esa misma lealtad y con esa misma

rotundidad, audacia o contundencia, el gobierno que voy a presidir va a tratar por todos los medios de que Aragón se involucre de una vez por todas, sin ningún tipo de sin titubeos en la gobernanza de España. Somos partidarios de una reforma federal de la constitución que cierre el modelo de estado autonómico, que cree una cámara de representación territorial, y que en ella Aragón pueda participar en la construcción de España con todas las Comunidades Autónomas y en pie de igualdad con las mismas.

Vecindad

Cultivaremos y desarrollaremos a fondo las relaciones bilaterales con el Estado pero no desdeñaremos, sino todo lo contario, potenciaremos las relaciones horizontales, en esa tarea de reconstruir España, con el resto de las comunidades autónomas, sobre todo con las vecinas y particularmente con la Comunidad autónoma de Cataluña, cuyos problemas no solo no nos son ajenos, sino que nos sentimos absolutamente concernidos por ellos porque son muchas las razones de afecto y de afinidad en todos los órdenes que nos aconsejan actuar así. Trataremos, por tanto, de que junto con nuestros hermanos del otro lado del Noguera Ribargozana solucionemos algunos problemas que, equivocadamente, algunos piensan que son de ellos pero que son de todos, y son particularmente nuestros porque somos la Comunidad autónoma que, por razones históricas y geográficas, más cerca estamos de ellos.

Aragonesismo

Durante siglos, Aragón ha estado sometido a un proceso de españolización del que yo no reniego en absoluto. Se trata ahora de que España empiece ahora a aragonesizarse y estoy absolutamente convencido de que ello redundará en beneficio de España y de un Estado que ha de ser plural y federal.

Señor presidente, señoras y señores:

Soy aragonés hasta las trancas. Como diría Joan Manuel Serrat, qué le voy a hacer, si yo nací en Ejea de los Caballeros (risas y aplausos).

Un republicano castellano que recaló por estas tierras hace casi un siglo exhortaba a nuestros paisanos de la época, a que asumieran sus obligaciones cívicas y políticas estando siempre a la altura de nuestra historia y les decía que recordaran que eran aragoneses y que Aragón fue un día el país más libre de la tierra.

Yo siento ese orgullo y quiero convertir ese orgullo en motor de cambio cultural y social, motor de creación de prosperidad y riqueza compartida y solidaria.

Quiero que Aragón sea una tierra de hombres y mujeres libres e iguales. Quiero que Aragón sea una tierra de derechos y oportunidades y sobre todo, quiero que Aragón sea una tierra en la que la pobreza esté excluida de una manera definitiva.

Señor presidente, ese es mi propósito en el día de la toma de posesión como presidente del Gobierno de Aragón y ese es también mi propósito con todos y cada uno de los aragoneses.

Muchas gracias