Cultura
Azaña, intelectual y estadista, en el Museo de Zaragoza
Lambán reivindica la figura de un político muy actual en tiempos de confrontación, en el 80 aniversario de su fallecimiento
El Museo de Zaragoza acoge desde hoy y hasta el próximo 19 de junio la exposición “Azaña: intelectual y estadista. A los 80 años de su fallecimiento en el exilio”, que ha sido inaugurada por el Presidente de Aragón, Javier Lambán, junto al consejero de Educación, Cultura y Deporte, Felipe Faci.
Lambán ha explicado que exposiciones como esta contribuyen a dimensionar en la memoria colectiva y en el acervo cultural de las gentes la singularidad de Don Manuel.
Además, cree en estos tiempos que vive la política nacional es necesario traer al debate actual a un hombre que trató de superar la política española en términos de confrontación entre las dos Españas. El presidente aragonés ha remarcado su faceta culta y su perfil de político moderado y reformista que devino republicano porque la monarquía de la época impidió traer una democracia liberal como la inglesa o la francesa sin necesidad de desmontar el andamiaje de la monarquía pero, en contra de sus desvelos, los acontecimientos discurrieron por otros derroteros.
Según Javier Lambán, Azaña promovió leyes progresistas y trabajó en una dirección en la que solo encontró obstáculos con la Guerra Civil y fue traicionado y vilipendiado hasta el punto de tener que tener que ser enterrado en Montabán sin un apoyo del régimen de Vichy.
La muestra ha sido organizada por el Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, y Acción Cultural Española (AC/E), con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España (BNE), y cuenta, en Aragón, con la financiación del Departamento de Educación, Cultura y Deporte. Comisariada por Ángeles Egido y Jesús Cañete, la exposición repasa la vida Manuel Azaña, presidente de la II República entre 1936 y 1939, y una de las figuras más relevantes de la historia contemporánea de España, que falleció en el exilio en Montauban (Francia), en noviembre de 1940.
La muestra recorre diferentes periodos de la vida de Azaña: su infancia y juventud en Alcalá de Henares, su posterior desarrollo en Madrid, y se adentra en tres etapas cruciales de la historia de España: la Segunda República, la Guerra Civil y el Exilio. La exposición cuenta con cerca de doscientas obras procedentes tanto de la BNE como de otras instituciones españolas y extranjeras.
El Departamento de Educación, Cutura y Deporte del Gobierno, a raíz del compromiso adquirido para que la exposición recalara en la Comunidad Autónoma, ha realizado un importante esfuerzo técnico y presupuestario para adaptar el espacio expositivo de manera que pudiera acoger todos los elementos que incluye la muestra.
La exposición proporciona una imagen completa del hombre que fue en su triple dimensión: humana, intelectual y política, subrayando, además de su labor como ministro, jefe del Gobierno y presidente de la República, su condición de intelectual de prestigio.
Lambán explica el sentido de la exposición de Azaña
Por lo que respecta a la faceta intelectual y de estadista de Azaña, la exposición se adentra en tres etapas cruciales de la historia de España: la Segunda República, la Guerra Civil y el Exilio. En la muestra se exhiben más de 70 piezas procedentes de instituciones públicas y colecciones privadas, además de más de 140 reproducciones en gran formato de imágenes y documentos. Para esta exposición se han rescatado fotografías y videos, muy poco conocidos, que permiten acercarse no sólo a la figura y a la obra de Azaña, sino también a la memoria de su tiempo.
Lambán destaca la actualidad de un político centrado que huyó de la confrontación
El joven Manuel Azaña se involucró en la vida alcalaína fundando revistas y periódicos, de ahí dio el salto al Ateneo de Madrid, del que fue Secretario y Presidente, y desde el que realizó una gran labor en defensa de la causa aliada durante la Gran Guerra. Colaboró en diferentes periódicos, dirigió la revista España y fundó la revista literaria La Pluma. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1926 por un trabajo sobre Juan Valera y fue un notable traductor del inglés y del francés.
En cuanto a su dimensión política, Azaña es uno de los principales promotores de la llegada de la República en abril de 1931. Los grandes debates del periodo cuentan con su destacada, y a veces controvertida, intervención: el Estatuto de Cataluña, la Reforma Agraria, la cuestión religiosa o el voto de la mujer. No en vano, se identificó a la República con Azaña y a Azaña con la República.
Lambán lamenta la traición sufrida por Azaña
En definitiva, el objetivo de la muestra es dar a conocer la figura y el pensamiento de Manuel Azaña, una de las personalidades más significativas desde el punto de vista intelectual y político del siglo XX, que destaca también por su compromiso ético y por la calidad de su pensamiento político, de ahí que haya sido reconocido como un gran estadista.