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El Gobierno de Aragón conmemora el 80 aniversario del Estatuto de Autonomía de Caspe, el que pudo cambiar el rumbo de Aragón
Lambán apuesta por celebrar el aniversario para renovar el compromiso con el autogobierno y reivindicar su pleno desarrollo
Soro resalta el carácter social y municipalista del texto de junio de 1936 y el alcalde de Caspe defiende un recuerdo vivo de aquel esfuerzo y no vivirlo como una reliquia
El Gobierno de Aragón celebra hoy un acto de conmemoración del 80 aniversario del Estatuto de Autonomía de Caspe en esta misma localidad y que, de no ser por el golpe militar de 1936, se hubiera convertido en ley poco después. Aragón hubiera sido una de las comunidades autónomas que hubiera sido declarada “histórica” cuando se debatió la Constitución de 1978 y hubiera cambiado su devenir a la hora de optar por la vía del artículo 143 o del 151.
LAMBAN acto de memoria democrática y 1976
SORO restitución de las instituciones
LAMBAN renovar el compromiso con el autogobierno
LAMBAN segunda oportunidad histórica logística
SORO sobre la naturaleza social del Estatuto
LAMBAN federalismo colaborativo para el desarrollo de Aragón
LAMBAN acto de justicia
SORO texto firmado por el Gobierno y entregado al ayuntamiento
La celebración contiene elementos de naturaleza institucional, participativa y política, dado que ofrece un reconocimiento a un acontecimiento de relevancia para la historia del autonomismo aragonés, recuerda que el Congreso de Caspe logró dejar expedito el camino hacia un Estatuto de Autonomía y pone en valor la capacidad de autogobierno de las Comunidades Autónomas, además de propiciar la reflexión y el debate sobre la estructura del Estado.
Durante el acto, tanto el Presidente de Aragón, Javier Lambán, como el consejero de Vertebración del Territorio y miembro de la Fundación Gaspar Torrente, José Luis Soro, han compartido la exposición de las aportaciones del Ejecutivo para este aniversario.
Lambán ha asegurado que “impresiona, conmueve y produce una intensa emoción evocar el significado de aquel hecho más trascendente para Aragón” a lo largo del quinquenio repulicano, al tiempo que ha defendido la celebración de este aniversario como un acto de memoria democrática que aboga por actualizar y vivificar llevándolo a las escuelas e institutos. También lo considera un acto de “estricta justicia” porque sirve para homenajear a aquellos hombres y además sirve para “renovar nuestro compromiso con el autogobierno y reivindicar su pleno desarrollo”.
Tras hacer un repaso a la historia desde la edad de oro a la decadencia de Aragón, el Presidente de Aragón ha mostrado su convicción de que “la Historia nos ha dado una segunda oportunidad”, ofreciendo la oportunidad de ser “muy relevantes económicamente en la Europa meridional”. Las razones son la situación geoestratégica de la Comunidad y el talento de su sociedad tan vital en la sociedad del conocimiento. Pero para que estas dos condiciones surtan efecto, Lambán cree fundamental que la Política y las instituciones funcionen.
El jefe del Ejecutivo autonómico también ha reparado en las “imperfecciones” de la dinámica democrática de nuestro país, como la actual redacción del Título VIII de la Constitución, por lo que ha defendido la reforma de la Carta Magna, donde Aragón no debe sentirlo como un riesgo, sino como una oportunidad, lo que permitiría ocupar el lugar que le corresponde en el conjunto de España y desarrollar el Estatuto de Autonomía de 2007 recordando que “ningún gobierno central lo ha hecho”.
Tras su defensa de la reforma constitucional como síntoma de avance democrático, ha vuelto a proponer la institucionalización del federalismo colaborativo o lo que es lo mismo, la construcción de España invirtiendo el actual proceso de imposición del Estado sobre las comunidades autónomas y siendo estas como iguales las que busquen las soluciones a sus problemas y necesidades, a través de alianzas.
Por su parte, José Luis Soro, el consejero de Chunta Aragonesista, formación política que el Presidente ha identificado como “heredera del espíritu de Gaspar Torrente”, ha destacado que “entonces, como hoy, la razón de ser y el objetivo de la autonomía política era, fundamentalmente, de naturaleza social: garantizar lo que hoy conocemos como estado del bienestar, el mayor logro de las últimas generaciones”. En su intervención ha recordado que el Estatuto contemplaba asumir las competencias en sanidad, educación, cultura, y aquello que se denominaba beneficencia y hacía referencia a lo que hoy se entiende por servicios sociales.
Soro ha recordado que era un Estatuto absolutamente municipalista ya que entendía que: los municipios aragoneses, alma y cuna de nuestro Pueblo, serán libres para hacer y deshacer y poseerán la estructura de una autonomía plena”. Y para que esto se llevase a cabo “el Estatuto, en ejercicio de la competencia sobre régimen local, les garantizaba esa autonomía y, además, les otorgaba suficiencia financiera” ha explicado José Luis Soro.
El alcalde de Caspe, Jesús Senante, también ha recordado a los 104 asistentes al Congreso de mayo de 1936 que se reunió en el Ayuntamiento de la ciudad con la intención de redactar las bases del anteproyecto de estatuto que nunca vio la luz y ha reivindicado un recuerdo de aquellos hombres –eran todos hombres-, “no como una reliquia, sino un recuerdo vivo”.
El conocido como “Estatuto de Caspe” vino precedido de un Congreso celebrado en la ciudad del Guadalope durante los primeros días de mayo de 1936, que contó con una amplia participación y numerosas adhesiones por parte de ayuntamientos y entidades del Frente Popular. El 6 de junio se aprobaba el Anteproyecto, que debía ser aprobado posteriormente en Monzón. No hubo tiempo para más. El 18 de julio comenzaba la Guerra Civil tras el alzamiento militar contra el Gobierno constituido de la República, y comenzaba un largo olvido para varias generaciones de aragoneses que duró décadas. De modo que se hizo común la creencia de que no hubo nada similar a un Estatuto de Autonomía anterior a la Guerra Civil.
Aunque en realidad, Caspe no fue el único acercamiento al autonomismo en Aragón, en perspectiva, sí que sirvió para elaborar por vez primera una propuesta viable de Estatuto aragonés con posibilidades de ser insertada en la estructura política de la Constitución republicana. Las dificultades del contexto en el que vio la luz y su posterior silenciamiento no deben suponer, según los organizadores, un impedimento para ubicarlo en el lugar que merece dentro de la historia del Autonomismo Aragonés.
En esta celebración se pone de relieve cómo subrayaban la intención con la que organizaron el Congreso de Caspe los protagonistas. En marzo de 1936, en las octavillas que hicieron imprimir para convocar al Congreso, decían:
“Hasta ahora el pueblo Aragonés ha estado aletargado respecto a una política netamente aragonesista, de tal forma que estuvo siempre pendiente de lo “que pasa en Madrid”, y por lo tanto supeditado en un todo a la política general centrista.
Por desidia de unos, indiferencia de otros y falta de fe en sí mismos los más -continúa el escrito- los aragoneses han dejado pasar con inaudita pasividad momentos propicios para conseguir el que fuesen reconocidas sus aspiraciones como colectividad, como pueblo. Aragón ha podido demostrar y demostrará que tiene perfecto derecho a constituirse autónomamente, con libre ejercicio de sus funciones, pues gobernándose a sí mismo es de la única forma que conseguirá, elevando su nivel cultural, convertirse en un país floreciente dentro de la Península Ibérica”.
Todos los miembros del Gobierno de Aragón presentes en este Salón de Sesiones han firmado un documento que deja testimonio de esta conmemoración y reconoce la tarea de quienes llevaron adelante aquel intento de que Aragón contase con un Estatuto de Autonomía hace ahora ochenta años. Una vez firmado, el Presidente de Aragón ha hecho entrega del mismo al alcalde de Caspe.
El texto del documento firmado por los miembros del Gobierno de Aragón, rodeado por una orla compuesta con el contenido completo de aquel Anteproyecto de Estatuto para Aragón, reza así:
En el 800 Aniversario del Anteproyecto de Estatuto de Aragón, redactado en la ciudad de Caspe los días 6 y 7 de junio de 1936,el Gobierno de Aragón al Ayuntamiento de Caspe, como testimonio de reconocimiento a todos quienes hicieron posible iniciar el camino de la defensa de las libertades desde el convencimiento de que el aragonesismo encarna los valores de compromiso con la sociedad, respeto a la igualdad de los seres humanos, lealtad con las justas aspiraciones de progreso de la ciudadanía, implicación en la defensa de los cauces democráticos de participación, y permanente disposición de acción a favor del interés general de Aragón.
Además, varios representantes de diversas instituciones, han dado lectura a unos artículos del texto de junio de 1936, tratando de simbolizar que no pudo ver la luz en aquellas fechas, pero que no cayó en el olvido.
También, miembros del Gobierno han hecho entrega de una bandera de Aragón al Ayuntamiento de Caspe, como testimonio del cumplimiento de una de las bases aprobadas por el Congreso que se reunió en el Salón del Teatro Goya de la ciudad. El 2 de mayo, Gaspar Torrente dio lectura y dijo: “Se aprueba enviar comunicaciones a los Ayuntamientos y entidades políticas, sociales, culturales y recreativas para que, además de la bandera nacional, se tenga la bandera de Aragón”.
La creación de una bandera propia de Aragón había sido una preocupación constante de los aragonesistas de Barcelona. Así, la“Asamblea Aragonesa, celebrada en esa ciudad en diciembre de 1919, estuvo presidida por las barras aragonesas”. Hubo diferentes intentos y modelos. Incluso, entre julio de 1920 y enero de 1921, se mantuvo abierta una suscripción para la compra de una bandera. Aquellos pasos, y otros más, crearon un camino que hoy se sigue recorriendo.
Las Cortes de Aragón alumbraron una bandera de la mano de los diputados de la I Legislatura, con el consejo de los profesores Guillermo Fatás y Guillermo Redondo.
Tras el acto más institucional los miembros del Gobierno y resto de participantes se han desplazado hasta el Teatro Goya, otro de los dos lugares más significativos de este acto, puesto que junto al Salón de Plenos del Ayuntamiento, está vinculado a los hechos de aquellos acontecimientos de mayo y junio de 1936:
1 de mayo, Ayuntamiento. |
Acto de apertura del Congreso. |
2 y 3 de mayo, Teatro Goya. |
Lectura de las bases del futuro Estatuto. |
6 de junio, Ayuntamiento. |
Aprobación de un anteproyecto de Estatuto. |
Por último, han visitado el centro de interpretación, donde se encuentran todos los elementos simbólicos relacionados con el Estatuto de Autonomía y que durante mucho tiempo estuvieron ubicados en el Teatro Goya.
Esta no será la única actividad del ejecutivo aragonés para celebrar este aniversario; de hecho, está trabajando en una exposición que se mostrará en el Palacio de Sástago el próximo mes de octubre.