Logística
Intervención del presidente de Aragón en el acto conmemorativo del inicio del Año Jacobeo 2010
Altezas:
Abrimos hoy oficialmente el Camino, en este Año Jacobeo.
Un acto que nos brinda la oportunidad de dar nuestra más cordial bienvenida y acompañar el pulso de los corazones de cuantos peregrinos quieran cruzar nuestra tierra para dirigirse a Santiago de Compostela.
Al recorrer el Camino, con voluntad y esfuerzo, no sólo dan continuidad a una tradición que cuenta con más de diez siglos de antigüedad, sino que hacen del Camino un lugar habitable y deseado, y contribuyen a crear un futuro para nuestro pasado.
Un Camino que engloba y recorre a la vez un vasto mosaico con infinidad de historias diversas. Un Camino que es un fresco fascinante y refleja el esplendor, los dramas, los avatares, las realidades y los fragmentos de la historia del Viejo Continente.
Un pasado del que el Camino de Santiago es una huella indeleble de un espacio público, crisol de culturas, transmisor de ideas y valores, encuentro de pueblos y lenguas, y eje vertebrador de una primera aproximación a la idea de Europa.En ese tiempo pretérito las peregrinaciones abonaron visiones más amplias del territorio y de la sociedad.
Hoy es la voluntad política quien construye Europa y supera una historia en la que, en poco más de 100 años, los europeos hemos sido protagonistas de dos guerras mundiales y varias guerras civiles. Europa se construye desde la constatación de una pluralidad cultural que está en los cimientos de nuestras sociedades y que ha de servir para armonizar la sociedad contemporánea.
Hoy, Europa se construye sobre la base de la democracia, aleja amenazas y abre la puerta a la esperanza colectiva. En esta esperanza, la actividad generada en torno al Camino se prolonga como la expresión común de valores sociales. Sigue siendo un espacio público que propicia el encuentro y el intercambio entre ciudadanos que provienen de múltiples países; un espacio para la cooperación entre las diversas instituciones; un patrimonio sociocultural que justifica plenamente que se le denomine la calle Mayor de Europa.