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Viernes, 1 de noviembre de 2024

Logística

Intervención de S. E. El Presidente de Aragón en el Postgrado de Experto en Información Económica, organizado por UZ, Fundear y APIE

El pasado mes de septiembre el Ministro de Educación, Ángel Gabilondo, y los presidentes del Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, firmaban un convenio de colaboración para el desarrollo de un Plan de Educación Financiera. El objetivo del Plan es que los estudiantes de Enseñanza Secundaria Obligatoria reciban en horario escolar, enseñanzas que les preparen para enfrentarse al necesario y complicado mundo de la economía y de las finanzas.

Por otro lado, aquí, en Aragón, la Universidad de Zaragoza, Fundear y la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) vienen organizando con éxito, avalado por sus siete ediciones y los más de 130 alumnos formados, el título universitario de postgrado Experto en Información Económica.

Ambos hechos, aunque de distinto nivel, tienen a la formación como protagonista. Y ponen de relieve la importancia y la complejidad que alcanza la formación y la información en materia económica y financiera dada su amplia trascendencia social. Porque una adecuada base de cultura financiera nos ayudará a comprender como consumidores, como trabajadores, como usuarios de servicios o como ciudadanos, las claves del funcionamiento de la economía y sus repercusiones. Porque una información económica rigurosa y accesible al servicio de la sociedad exige de los profesionales que la elaboran el nivel de preparación que garantice el cumplimiento de esa función social.

La trascendencia de la formación y de la información económica y financiera se hace más notoria en un mundo complejo y globalizado como es el actual.  Más aún, cuando todavía estamos bajo los efectos de  la más imprevisible y profunda de las crisis que ha afectado a la economía mundial desde comienzos del siglo XX. Una crisis global que nos ha enseñando dolorosamente por sus secuelas sociales, que sería un error suponer que nos encontramos en un paréntesis entre dos etapas brillantes de crecimiento económico.

Esta situación nos ha mostrado la conveniencia de revisar algunos de los principios sobre los que se ha sostenido la economía mundial, la necesidad de regular y acotar los excesos que el propio mercado produce, y la oportunidad del cambio en profundidad del modelo productivo. Y nos está enseñando que a la lógica de las soluciones económicas, debemos incorporar dimensiones sociales y ecológicas.

No voy a entrar en los orígenes y las causas de una crisis suficientemente analizada. Por el contrario, quiero comentar cómo se ha comportado el sistema productivo aragonés en estas circunstancias y cómo afrontamos el futuro más inmediato cuando ya se atisban algunos indicios del fin de la recesión.

Nuestra economía, es un dato objetivo, ha resistido mejor que la media española. Les ofreceré dos datos ilustrativos para corroborarlo. Uno referido al mercado de trabajo. Los datos publicados por el INE el pasado 29 de enero, correspondientes al cuarto trimestre de 2009, reflejan una tasa de paro en Aragón del 13,3%, cinco puntos y medio por debajo de la media española, que se sitúa en el 18,8%. De este modo, Aragón presenta la quinta menor tasa de paro de las CC.AA.

El segundo dato es la evolución del PIB. A lo largo del año 2009, la economía aragonesa sufrió una fuerte contracción del 4%, una caída similar a la sufrida por el conjunto de la Eurozona y cuatro décimas superior a la media nacional (-3,6%). Esta mayor caída se explica por el importante peso del sector industrial, por la mayor apertura externa de la economía aragonesa, y por la desaparición del impulso extraordinario que supuso la Exposición Internacional del 2008 celebrada en Zaragoza. No obstante, la evolución trimestral a lo largo del año 2009 confirma que la economía aragonesa tocó fondo en el segundo trimestre de ese año. A partir de ese momento comenzó la recuperación y creció el 0¿09% y el 0¿24% en el tercer y cuarto trimestre lo que técnicamente indica que hemos salido de la recesión. Son tasas modestas pero muy estimables si se considera que España ha tenido cifras negativas en ambos trimestres. Aragón muestra así, con los datos de empleo y  de crecimiento, que la velocidad de su recuperación puede ser superior a la española.

La resistencia de nuestra economía ante la crisis no ha sido casual. Hace tiempo se establecieron los principios y se sentaron las bases para la modernización de nuestra economía, que nos han permitido superar mejor este periodo y afrontar en buenas condiciones la nueva fase de crecimiento que seguirá a la actual recesión. Y la modernización es el fruto de la acción política del Gobierno establecida en la Iniciativa Estratégica de Crecimiento, aprobada en el año 2005, y de la concertación social reflejada en el Acuerdo Económico y Social para el Progreso de Aragón que mantenemos vigente con empresarios y sindicatos.

Las propuestas que contienen ambos documentos se fundamentan en tres ejes de intervención:

Uno de los ejes es la reforma del tejido empresarial para la que es fundamental el dinamismo en la creación y el crecimiento de las empresas. La disponibilidad de financiación es clave para el despegue de las iniciativas empresariales y por eso existen programas e instrumentos dirigidos al impulso de proyectos innovadores y a la captación de nuevas empresas. El Gobierno participa en proyectos de especial interés, como la Plataforma Logística de Zaragoza o ARAMÓN, que generan efecto de dinamización y arrastre en sus sectores de referencia.

También la investigación es una prioridad y recibe el necesario apoyo financiero. Hemos potenciado las sinergias entre investigadores y empresas para facilitar la transmisión de conocimientos al tejido productivo y a la sociedad. En esa línea actúan los parques científico-tecnológicos (WALQA para tecnologías de la información y comunicaciones, AULA DEI en el ámbito agroalimentario, ITA en innovación y competitividad, y MOTORLAND para la automoción) y los clusters empresariales como el de la industria auxiliar de la automoción, el de la aeronáutica o el del calzado.

Un segundo eje es la formación del capital humano. En Aragón la cualificación de los trabajadores es cada vez más elevada y ajustada a las demandas del mercado de trabajo. Con los esfuerzos de los últimos años hemos conseguido ensanchar nuestra base de capital humano, tanto cuantitativa como cualitativamente. Por un lado, el alumnado de formación profesional se ha incrementado en un 50% en los últimos ocho años y, por otro, el 40% de nuestros jóvenes entre 25 y 34 años cuentan con titulación universitaria, uno de los porcentajes más altos de Europa.

El tercer eje esta orientado a la diversificación económica. Para ayudar a conseguir este propósito, desde el Gobierno de Aragón hemos mantenido como una de nuestras prioridades políticas el reforzar el tejido empresarial y políticas económicas basadas en el aprovechamiento de los recursos endógenos y de las ventajas geoestratégicas y económicas de la comunidad.

Hemos concentrado esfuerzos para fortalecer la actividad en aquellos sectores que tienen un mayor potencial y para los que podemos ser más competitivos: la logística con PlaZa como referente europeo del sector; el turismo que supone casi el 10% de nuestro PIB; la industria agroalimentaria como factor de cohesión económica y territorial; las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones con el Parque Tecnológico Walqa de Huesca; y las energías renovables cuya producción cubre el 70% de la energía eléctrica que consumimos.Puesto que estamos en Formigal, en una zona turística del sector de la nieve, voy a referirme a él. Aragón alcanzó el pasado año el liderazgo nacional en turismo de invierno y seguimos invirtiendo para reforzar un sector que en plena crisis económica se ha mostrado ajeno a los vaivenes del mercado y ha batido récords históricos. Llevamos años, junto con ARAMÓN, impulsando las estaciones de esquí, lo que ha permitido crear una sólida cultura de nieve y explotar un importante yacimiento de empleo: 800 empleos directos y 13.000 indirectos. Con las mejoras de la presente temporada, presentamos una oferta de 350 kilómetros esquiables en 7 centros invernales, 5 localizados en el Pirineo central y 2 en el Sistema Ibérico turolense. La estación en la que nos encontramos, Formigal, es la mayor de España con 130 kilómetros de pistas.

El empuje de todos los que componen el sector de la nieve aragonés y la capacidad demostrada por nuestra Comunidad para desarrollar grandes eventos, nos han llevado a impulsar la candidatura de Aragón como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno del año 2022, con un triple protagonismo de las ciudades de Zaragoza, Huesca y Jaca. Contamos con bases sólidas para impulsar la candidatura, pero no nos quedamos ahí. Trabajamos para ampliar, mejorar y completar nuestra oferta de instalaciones para albergar las competiciones y nuestra capacidad hotelera y de servicios. Y lo hacemos con una triple exigencia: que sea una candidatura sostenible ambientalmente, que sirva para desarrollar una adecuada política deportiva y que cuente con el máximo apoyo social.

Señoras y señores: Esta es la realidad, compleja e ilusionante, de nuestra Comunidad Autónoma. Un presente de dificultades salvables y un proyecto de futuro esperanzador. Una realidad social y económica que como la de otros territorios, necesita comprenderse y conocerse. De ahí la importancia que adquiere la formación de calidad en materia económica de los que reciben y de los que emiten la información.