Aragón mejora la estrategia de atención al ictus garantizando la accesibilidad del tratamiento a todos los ciudadanos
La Dirección General de Asistencia Sanitaria ha dictado una instrucción para regular la implantación del tratamiento endovascular de esta patología
El Servet, centro de referencia para toda la comunidad, contará con una guardia de Neurología permanente que cubrirán profesionales de todos los hospitales del SALUD
La Dirección General de Asistencia Sanitaria ha dictado una instrucción para regular la implantación del tratamiento endovascular del ictus en el Sistema Público de Salud de Aragón, garantizando la accesibilidad a los pacientes de todos los sectores sanitarios y realizando una selección eficiente de los mismos, de modo que se eviten desplazamientos innecesarios.
La responsable de Estrategias de la Dirección General de Asistencia Sanitaria, María Bestué, explica las novedades aplicadas al Código Ictus.
El tratamiento endovascular del ictus es una técnica de radiología intervencionista que consiste en la introducción de un catéter guiado por imagen en las arterias cerebrales para eliminar el trombo que causa la obstrucción mediante su extracción. Esta técnica es ya el estándar de atención de estos pacientes en las primeras 6 horas de iniciados los síntomas y es una oportunidad para todos aquellos que no pueden beneficiarse de la fibrinolisis intravenosa. En septiembre del 2016 se incluyó oficialmente en la cartera de servicios este tratamiento para aquellos pacientes en fase hiperaguda y que cumplan criterios clínicos, designándose el hospital Miguel Servet como centro de referencia para aplicarlo. Durante este año, un total de 103 pacientes se han beneficiado ya de esta técnica.
De este modo, se establece como centro de referencia el Hospital Universitario Miguel Servet de Aragón. En concreto, la Unidad Clínica de Neurología y la Unidad de Radiología Vascular, que dispondrán un equipo multidisciplinar compuesto por profesionales de Urgencias, Neurología, Neuroradiología, Neurocirugía, Medicina Interna, Cardiología, Rehabilitación y Enfermería.
Así, se ha implantado una guardia de neurorradiólogos intervencionistas y una guarda específica de Neurología que ofrecen asistencia 24 horas durante los 7 días de la semana. Para atender esta última, y teniendo en cuenta su carácter de referencia, se contará con los especialistas de Neurología de todos los hospitales del SALUD, en un número proporcional a los profesionales de cada hospital.
Asimismo, en los pacientes que se deriven desde otros centros, antes del traslado del paciente, se habrá realizado en origen un escáner y se habrá establecido comunicación previa con el neurólogo de guardia del Servet para valorar la necesidad del traslado. Este neurólogo tendrá la responsabilidad de “gestor del caso” y estará encargado de la atención integral del paciente.
La patología
El ictus es un fallo agudo en la función cerebral por un problema de falta de riego sanguíneo al taparse o romperse una arteria, produciendo un infarto o una hemorragia cerebral. Es la segunda causa de muerte en España y en Aragón. Afecta a unos 2.800 aragoneses cada año.
Cabe recordar que la implantación del Programa de Atención al Ictus ha supuesto una reducción de un 38% de la mortalidad en los afectados por esta patología, además de una notable mejora en la oferta de asistencia integral a la población aragonesa. Si en el 2008 tan solo un 30% de los aragoneses tenía acceso a las unidades especializadas, en la actualidad el 94% de la población puede acceder a estos cuidados y el 100% a recibir el tratamiento de fibrinolisis intravenosa.
El reconocimiento de los síntomas por la población general es fundamental a la hora de detectar un ictus y, en consecuencia, de solicitar asistencia a través del 061 o acudir rápidamente a un hospital, donde se podrá aplicar el tratamiento con celeridad si llegan antes de las primeras 4-6 horas. Los síntomas de alarma que nos deben llevar a pedir asistencia urgente son: dificultades bruscas en el habla, debilidad o imposibilidad de mover un brazo, una pierna, perder la visión en uno o ambos ojos o de sonreír con normalidad (se tuerce la cara), son algunos de los síntomas más llamativos de la enfermedad cerebrovascular. El hecho de que sea transitorio o no provoque dolor no deben llevarnos a la conclusión de que son de poca importancia. Precisan de valoración urgente en un hospital.