title.site title.site

Viernes, 22 de noviembre de 2024

Al cole, también en el Hospital

El aula del Infantil atiende cada año a un millar de niños, a los que presta una atención individualizada durante su estancia hospitalaria.

Los ocho profesores que integran el equipo del Miguel Servet, del Clínico y de Atención Domiciliaria, distinguidos con la Medalla de la Educación Aragonesa 2012

Los tres maestros que integran el aula del Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza atienden cada año una media de 1.000 niños. Algunos de ellos pueden pasar meses en el hospital, otros apenas unos días, unos pocos requieren que sus profesores estén a pie de cama ayudándoles con Lengua o Matemáticas mientras que otros se pueden sentar codo con codo con sus compañeros de enfermedad en el aula del Infantil. “Nosotros nos adaptamos a las circunstancias de cada niño y a su forma de aprender, y les damos una atención totalmente individualizada”, explica Teresa Callau, la más veterana de los tres maestros del aula del Infantil. Muchos años de experiencia profesional, un conocimiento profundo de la realidad hospitalaria y una entrega docente sin límites permite que este equipo de profesionales pueda cumplir sus tareas en un ámbito tan especial. “Nuestro objetivo es que el niño, una vez que es dado de alta, pueda incorporarse con normalidad al curso escolar y que no pierda el hábito de estudio”, indica Beatriz Pardina. “Intentamos que el alumno pueda continuar en la medida de sus posibilidades con su desarrollo integral, y ello nos hace trabajar en tres áreas: cognitiva, afectiva y social”, añade Callau.

Jesús Ibañez, maestro de las aulas hospitalarias

Beatriz Pardina, maestra del aula del Hospital Infantil Miguel Servet

Teresa Callau, profesora del aula del Infantil

El equipo atiende a alumnos de 3 a 16 años, si bien excepcionalmente tienen algún alumno de 2 años o que ya han superado la ESO. La mayoría está ingresada en el Infantil, pero “siempre hay algún alumno que por su enfermedad permanece en Traumatología o en el Hospital General”, aclara Jesús Ibáñez, el tercero de los profesores y que es quien suele desplazarse a estos otros dos hospitales. “Y cuando un niño que está ingresado en el Infantil no puede venir al aula por sus circunstancias (está ingresado en Quemados, Infecciosos, Cirugía…), vamos a las habitaciones”, dice Pardina.

Cada lunes, los maestros se informan de los nuevos ingresos para distribuir al alumnado. A los padres les piden que traigan los libros de los niños y su agenda y, si es preciso, contactan con el colegio de cada chaval para establecer unos mínimos a seguir. Pero el aula es mucho más que un área donde continuar la labor escolar. “Salir de la habitación y relacionarse con otros niños que están en sus mismas circunstancias les ayuda mucho a estos chavales que intentamos que trabajen en un ámbito distendido y relajado”, explica Callau. En ocasiones, la profesora se retira discretamente si ve que dos alumnos se preguntan por sus tratamientos. Les deja que se relacionen, que se desahoguen, que se ayuden… y luego vuelve a la carga con las ecuaciones.

Más de una mañana, este equipo se lleva una gran alegría cuando algún ex alumno les viene a contar que ya está en la Universidad. Otros no han podido recorrer tanto camino. La enfermedad se los ha llevado. “A eso no te acostumbras nunca por mucha experiencia que tengas”, asegura Teresa Callau. Pero cada día vuelven a empezar con nuevos alumnos, nuevos retos y mucha más esperanza.

17 años enseñando

Las aulas hospitalarias llevan 17 años funcionando en Aragón y el curso pasado atendieron a cerca de 1.300 menores. Los ocho docentes que integran el equipo trabajan en coordinación con el personal sanitario, las familias y los centros educativos de procedencia de los niños. Los responsables de este proyecto recibirán la Medalla el próximo viernes, 30 de marzo, Día de la Educación Aragonesa, durante un acto en el que se entregarán las principales distinciones en materia educativa.