El consejero de Sanidad apuesta por un pacto para consensuar una nueva Ley de Salud de Aragón
Sebastián Celaya ha manifestado su compromiso por potenciar los Equipos de Atención Primaria con un modelo de gestión propia
La atención a pacientes con patología crónica, frágiles y dependientes será una prioridad, al igual que la salud mental
Promover un pacto para el mantenimiento y la mejora de la Sanidad Pública, con la promulgación de una nueva Ley de Salud de Aragón que cuente con la participación de todos los profesionales, sindicatos y partidos políticos. Este es uno de los objetivos que ha desgranado el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, en la comparecencia en las Cortes de Aragón sobre las líneas generales que marcarán la legislatura, en la que se confeccionará también un nuevo Plan de Salud como instrumento de planificación y programación del sistema. Asimismo, Celaya ha manifestado su apuesta por “potenciar los equipos de Atención Primaria” con un modelo de gestión propia y presupuestos suficientes, “ligados a los resultados en salud y no en función de la rentabilidad”. También por dotar de mayor protagonismo y responsabilidad al equipo de enfermería. De este modo, el objetivo es una Atención Primaria que disponga de una “gestión autónoma”. Para lograrlo, se replanteará el mapa sanitario para adaptar los recursos al crecimiento poblacional. En cuanto a la Atención Especializada, Celaya ha insistido en el compromiso de construir “con fondos públicos” los hospitales de Teruel y Alcañiz. Ha detallado también que la intención del departamento es reordenar la red hospitalaria con el objetivo de que se garantice la accesibilidad territorial y de calidad a los servicios más demandados. En aras a la racionalidad de los recursos, el consejero también ha manifestado su intención de evitar la duplicidad de servicios centrales y de referencia en los centros, así como priorizar la oferta ambulatoria respecto a los ingresos. Para ello, ha explicado, se hace necesario modificar la arquitectura actual de las unidades, según las necesidades de cada proceso asistencial, y la superespecialización de algunos procedimientos. La atención a pacientes con patología crónica, frágiles y dependientes será una prioridad en el diseño de la política sanitaria, así como la salud mental, con la elaboración de un plan y el rediseño de un Consejo de Salud Mental que sea realmente “representativo”, con la inclusión de profesionales y asociaciones de pacientes. En este marco general, Celaya ha considerado fundamental reconocer el papel central de los profesionales sanitarios para reorientar y dirigir su propio desarrollo profesional y social así como en lo referente a la organización y gestión de los servicios de salud. Para ello las unidades clínicas de gestión descentralizada permitirán una participación activa en la toma de decisiones. También es una pata importante en esta política la asignación de presupuestos a los centros y unidades. Además, se abordará la declaración de incompatibilidad, al menos para los responsables de Servicio y Unidad, para el ejercicio de la medicina privada. El consejero de Sanidad ha anunciado también que, de modo transversal, se potenciarán las políticas de Salud Pública, con la puesta en marcha de sistemas de información sobre la salud; así como iniciativas de participación, con el desarrollo de la participación colectiva e individual como principio básico de pluralidad democrática y buen gobierno.