Expertos cirujanos debaten las mejores opciones quirúrgicas para complejas reconstrucciones de huesos
El Hospital Miguel Servet y el Departamento de Anatomía e Histología Humana de la Universidad de Zaragoza celebran un curso sobre injertos óseos
Las declaraciones sobre este curso se realizará a las 10:30 horas en el salón de actos Muñoz y Fernández del Hospital Miguel Servet
¿Cómo reconstruir un hueso cuando ha perdido gran parte de su masa? Graves traumatismos, tumores que obligan a una extirpación amplia de la zona afectada o determinadas malformaciones congénitas, hacen que el paciente que sufre una de estas tres situaciones presente severa minusvalía o corra el riesgo de amputación. Especialistas procedentes de distintos hospitales de España que día a día tienen que hacer frente a estos problemas en los quirófanos, ponen en común las mejores opciones para dar viabilidad a reconstrucciones óseas muy complejas durante un curso que se celebra hoy.
Gregorio Martínez Villén, traumatólogo de la Unidad de Cirugía de la Mano y Microcirugía Reconstructiva del HUMS
Gregorio Martínez Villén, traumatólogo de la Unidad de Cirugía de la Mano y Microcirugía Reconstructiva del HUMS
Gregorio Martínez Villén, traumatólogo de la Unidad de Cirugía de la Mano y Microcirugía Reconstructiva del HUMS
La Unidad de Cirugía de la Mano y Microcirugía Reconstructiva, integrada en el Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Miguel Servet -cuyo Jefe de Servicio es el doctor Carlos Martín Hernández-, organizan, junto con el Departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de Zaragoza, este curso sobre reconstrucción de grandes pérdidas de sustancia ósea en las extremidades. Este encuentro, teórico por la mañana y con prácticas en cadáver por la tarde, tiene como objetivo una actualización de conocimientos entre expertos cirujanos en la materia, por lo general especialistas en cirugía ortopédica y traumatología o en cirugía plástica. De manera resumida se analizarán tres técnicas fundamentales de reconstrucción ósea:
• Aloinjertos criopreservados, es decir, injertos que se extraen de cadáveres y que se implantan luego en un paciente receptor.
• Injertos óseos vascularizados autólogos. En este segundo caso, el hueso se extrae del propio paciente, al que se implanta en el lugar donde ha habido pérdida.
• Transporte óseo a través de un fijador externo que procure el crecimiento del propio hueso lesionado.
“Son técnicas complejas que se hacen en hospitales de referencia; intervenciones largas en las que junto a los procedimientos habituales en nuestra especialidad, practicamos otros más complicados con una técnica microquirúrgica depurada”, indica Gregorio Martínez Villén, traumatólogo responsable de la Unidad de Cirugía de la Mano y Microcirugía Reconstructiva del Miguel Servet, y director del curso. El doctor explica que estas estrategias se incluyen en lo que se podría denominar “una cirugía de rescate, a la que recurrimos cuando ya se han agotado otras posibilidades ‘convencionales’ y sólo queda la opción de amputar si no se intentan estas técnicas”.
Para llevar a cabo correctamente un injerto óseo vascularizado es preciso hacer una extracción muy meticulosa del hueso donante autólogo. Por ello el curso contempla una parte práctica de disección en el cadáver. En este sentido, el profesor Juan de Dios Escolar, del departamento de Anatomía e Histología Humana de la Facultad de Medicina de Zaragoza, apuntó que este tipo de sesiones permite que “médicos ya experimentados puedan llevar a cabo entrenamientos de técnicas superespecializadas”. Además, destaca el agradecimiento social que merecen los donantes: “Son ciudadanos que en su vida han manifestado su voluntad de donar su cuerpo a la ciencia”. Ahora, gracias a ello, los especialistas pueden mejorar y entrenar técnicas de alta complejidad para luego aplicar en quirófano.