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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Extirpan un tumor cerebral con la paciente despierta y hablando para no dañar el área del lenguaje

Le administraron estímulos eléctricos en la corteza cerebral mientras le hacían test verbales, en español y árabe, para indicar a los neurocirujanos el camino adecuado para llegar a la lesión

En el Servet se realizan desde hace más de 5 años entre 15 y 20 intervenciones anuales con enfermos despiertos para tratar problemas de Parkinson, malformaciones congénitas o distintos tipos de tumor

¿Cómo llegar a extirpar una lesión cerebral sin dañar otras áreas próximas, como la del lenguaje? Un equipo de neurocirujanos, neurofisiólogos, anestesistas y neuropsicólogos del Hospital Universitario Miguel Servet (HUMS) se enfrentan a estos retos operando al paciente despierto y pidiéndole que hable mientras quitan la lesión. El pasado 11 de noviembre, intervinieron así a una mujer con la peculiaridad de que su lenguaje nativo es el árabe y los especialistas actuaron de forma que se preservara tanto el área de la lengua materna como el de la adquirida, el español. La complejidad de este tipo de intervenciones radica en que la lesión se sitúa junto a zonas importantes desde el punto de vista funcional, como es la zona del cerebro que controla el habla y si se dañan, o bien las neuronas, o las fibras que las conectan, puede afectar a la capacidad de entender o a la de hablar. Pero el tumor vascular benigno que sufría la mujer podía causar un sangrado intracraneal de riesgo vital, así que la opción más aconsejable era operarla, pero despierta, colaborando ella en su propia intervención. Los especialistas se sirvieron de unos sencillos test bilingües diseñados por ellos mismos para la ocasión. “Para saber por dónde entrar en la corteza cerebral, en una tablet le mostrábamos imágenes y ella las nombraba, tanto en árabe como en español”, explica la neurofisióloga Alicia Sáenz de Cabezón. “Mientras, administrábamos un estímulo eléctrico en la zona de la corteza cerebral en la que el neurocirujano apoya una sonda”, añade. “Si la paciente respondía con normalidad, sabíamos que era una zona segura, pero si se alteraba la capacidad para nombrar las imágenes, sabíamos que era una zona que debíamos evitar tocar”, resume. La secuencia El equipo contó con un traductor, que en este caso fue el estudiante saharaui de Enfermería, Isalkou Saleh, que voluntariamente colaboró en esta operación. La paciente primero fue anestesiada para que le abrieran la zona a operar. Luego la despertaron y mientras le mostraban las imágenes a nombrar en ambos idiomas, la neurofisióloga administraba los estímulos eléctricos y comprobaba las reacciones. Conforme avanzaban los neurocirujanos hasta llegar a la tumoración vascular y extirparla, la paciente debía asumir tareas más complejas del lenguaje, como comprensión, asociación de ideas, lectura… Y todo ello en ambos idiomas. El neurocirujano David Rivero explica que “desde hace más de cinco años se realizan operaciones de este tipo en el Servet”. No son casos frecuentes pero sí de gran importancia para mantener la seguridad de la capacidad del habla. A la complejidad propia de una intervención de este tipo se suma que debe ser más rápida para que el paciente no se canse durante su colaboración. Ya hace más de 15 años, el doctor José Eirás, anterior jefe de servicio, abrió el camino de estas técnicas con operaciones muy puntuales, pero ha sido en los últimos cinco años cuando el actual servicio dirigido por Juan Antonio Alberdi ha podido establecerlas de forma continua y protocolizada, convirtiéndose así el Servet en el único centro de Aragón con esta experiencia. Para este tipo de intervenciones es precisa la implicación de un equipo formado por especialistas de distintos servicios. En el caso de la operación del 11 de noviembre participaron los neurocirujanos David Rivero Celada y Beatriz Novo González; la neurofisióloga Alicia Sáenz de Cabezón Álvarez; las anestesistas Pilar Herranz Andrés, Leticia Olidén Gutiérrez y Mónica Araujo Vázquez, la enfermera instrumentista Raquel Rubio Fernández, el enfermero de Anestesia Omar Gómez García, y la enfermera circulante Eva Donlo Hernández, además del apoyo puntual para este caso del estudiante de enfermería Isalkou Saleh, entre otras colaboraciones.