El Gobierno de Aragón ayudará a las Comarcas de La Litera, Ribagorza y Bajo Cinca para optimizar la gestión ambiental de sus residuos ganaderos
El director general de Calidad Ambiental, Roque Vicente, se ha reunido con representantes de las tres comarcas
El director general de Calidad Ambiental, Roque Vicente, ha anunciado hoy que el Departamento de Medio Ambiente va a realizar estudios detallados y propuestas de actuación que permitan optimizar la gestión de los residuos ganaderos de las comarcas de Ribagorza, La Litera y Bajo Cinca. Roque Vicente se ha reunido hoy en Huesca con representantes de las tres comarcas, así como de sus Asociaciones de Defensa Sanitaria de porcino y bovino, con quienes se va a trabajar de manera conjunta, con la asistencia técnica de la empresa pública SODEMASA. De esta manera se da respuesta a la necesidad de estar comarcas, en las que la gestión de los estiércoles supone un problema tanto para los productores como para el medio ambiente.
La Comarca de La Litera tiene un índice de presión de nitrógeno de 163 kilogramos por hidrógeno y año; en La Ribagorza es de 114 Kg, y en Bajo Cinca, 91. De hecho, cuatro de los municipios aragoneses donde más deyecciones ganaderas se registran se encuentran en estas comarcas: Tamarite de Litera, Fraga, Zaidín y Altorricón.
A raiz de la entrada en vigor del Plan de Gestión Integral de los Residuos de Aragón (GIRA) el Departamento de Medio Ambiente puso en marcha proyectos concretos que desarrollaban el Programa de Gestión de los Residuos Ganaderos en tres zonas de Aragón: los municipios de Peñarroya de Tastavins y Tauste y la Comarca del Maestrazgo.
Para estas actuaciones, y a través de SODEMASA, el Gobierno de Aragón ha conseguido un programa europeo LIFE, con un presupuesto de inversión de 6,9 millones de euros en estas tres zonas. Para la elección de estas tres primeras zonas se tuvo en cuenta tanto la elevada presión ganadera que soportan como el interés de las iniciativas locales.
Con el inicio de los estudios en estas tres comarcas, se pretende encontrar las alternativas y modelos de gestión más adecuados para la situación de cada una de las mismas, así como las distintas infraestructuras necesarias y su viabilidad técnica, económica y ambiental, siguiendo los criterios que marca el Plan GIRA.