El Hospital Royo Villanueva cuenta con una nueva área para pacientes que han sufrido un ictus
Podrá atender hasta cuatro pacientes y cuenta con telemetría y control de Enfermería independiente
Repollés ha visitado hoy la unidad, que “supone una mejora sustancial en la atención a estos pacientes”
Este 1 de marzo ha entrado en servicio la nueva Área de Ictus del Hospital Royo Villanova. La consejera de Sanidad, Sira Repollés, ha visitado hoy la nueva sala, que “supone una mejora sustancial en la atención a estos pacientes, facilitando el manejo de estas patologías, la vigilancia de las complicaciones y la recuperación funcional a corto plazo”, ha explicado.
Repollés, en la nueva Unidad de Ictus del Royo VIllanova
Hasta ahora, en este hospital había una habitación doble con monitorización desde el control de Enfermería. Gracias a la ampliación llevada a cabo, el centro cuenta con un área concreta con capacidad para cuatro camas en una misma sala con un control de Enfermería independiente las 24 horas y telemetría incorporada.
La nueva unidad se ubica en la cuarta planta del hospital y está dotada con una central de monitorización con cuatro monitores, uno por paciente, y dos puestos de trabajo para consulta de historia clínica electrónica y redacción de informes por parte del personal.
Además, todas las instalaciones de la unidad se han adaptado para el nuevo uso de la misma, redistribuyendo la iluminación y manteniendo un sistema de llamada paciente enfermera para el contacto directo del control de la unidad con el control general de la planta. El importe total de la actuación, incluyendo el aparataje, ha ascendido a casi 27.000 euros.
Anualmente, en este hospital se atienden en torno a 490 pacientes que sufren un ictus, si bien no todos requieren ingreso ni todos los que ingresan necesitan hacerlo en esta unidad: aquí son atendidos aquellos que han sufrido un ictus grave y necesitan un control más exhaustivo, evitando en la mayoría de los casos el ingreso en uci al tratarse de una unidad intermedia de semicríticos, en la que los pacientes pasan las primeras 24-48 horas tras haber sufrido el ictus.