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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Médicos aragoneses llevan a cabo una investigación en medicina de montaña en el Annapurna

Profesionales del Hospital Clínico estudian en una expedición al Himalaya cómo responde el cuerpo humano en alturas superiores a los 5.500 metros

Las laderas del Annapurna o ¿Diosa de las cosechas¿, como se conoce en lengua sánscrita, es el escenario donde desde principios de abril se va a continuar con la investigación científica sobre la respuesta del cuerpo humano en expediciones en montaña de alto nivel. Los alpinistas Carlos Pauner, Javier Pérez y el portugués Joao García colaboran en este proyecto, que financia el Gobierno de Aragón, en el que se estudiará desde varios aspectos el comportamiento de los deportistas en alturas superiores a los 5.500 metros.

Médicos aragoneses llevan a cabo una investigación en medicina de montaña en el Annapurna

Médicos aragoneses llevan a cabo una investigación en medicina de montaña en el Annapurna

Médicos aragoneses llevan a cabo una investigación en medicina de montaña en el Annapurna

Médicos aragoneses llevan a cabo una investigación en medicina de montaña en el Annapurna

Médicos aragoneses llevan a cabo una investigación en medicina de montaña en el Annapurna

Para ello, los doctores José Ramón Morandeira y María Antonia Nerín, del Hospital Universitario Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, participan en esta expedición que les conducirá a tierras del Himalaya. Allí recogerán los datos biomédicos y psicológicos necesarios para este estudio, que el Grupo de Investigación Salud y Montaña del Gobierno de Aragón comenzó en 2008. ¿Los objetivos serán la asistencia médica a los expedicionarios y a la poblaciones de la zona; además continuaremos con los proyectos de investigación que desarrollamos conjuntamente la Universidad de Zaragoza y el Hospital Clínico Universitario a través del grupo de investigación Salud y Seguridad en la Montaña, apoyado por el Gobierno de Aragón¿, comenta la doctora Nerín.

De esta forma se pretende desarrollar la medicina de montaña en todas sus facetas, para mejorar en la asistencia y la prevención de accidentes, ya que una vez se analice la respuesta de los montañeros, los resultados se trasladarán al ejercicio del alpinismo y la escalada para así tratar de disminuir el índice de siniestralidad en estos deportes.

El proyecto de investigación se basa principalmente en el estudio de actividades de seguridad de montaña, analizando el deterioro de las habilidades del pensamiento en altitudes distintas y la capacidad de reacción del montañero. Para ello, en el Hospital Clínico ¿estudiamos el deterioro neurocognitivo, es decir, cómo se modifican y se ven alteradas las habilidades del pensamiento¿, explica la doctora María Antonia Nerín.

Antes de comenzar la expedición los alpinistas rellenan un cuestionario psicológico. Después, esas mismas preguntas las vuelven a contestar a más de 6.000 metros de altura y una vez finalizada la expedición. ¿Con esta prueba hemos observado que a cierta altura los montañeros piensan peor y esto puede afectar en la toma de decisiones; saber pensar en altura es fundamental¿, indica el psicólogo Pedro Allueva.

Estas pruebas se complementan con los resultados de una resonancia magnética que lleva a cabo el equipo del doctor Ignacio Pina. ¿Ahí se ven unos puntos blancos o señales hiperintensas con las que se está estudiando si hay algún tipo de correlación entre lo que se ve en la resonancia y los resultados del test psicológico¿, añade María Antonia Nerín.

Otro de los estudios en el que se está trabajando, y que desarrolla el Servicio de Oftalmología que dirige el doctor Javier Ascaso, consiste en ver cómo las capas de las células nerviosas de la retina se ven afectadas por la hipoxia en altitud (falta de oxigeno en altura). ¿Nosotros valoramos cómo afecta el daño de la hipoxia y el esfuerzo del los himalayistas a la capa de fibras nerviosas de la retina. Los ojos son como una especie de ventana que nos permite ver el tejido nervioso en vivo y en directo y así podemos extrapolar a través de la retina el sufrimiento que está teniendo el tejido cerebral¿, expone Javier Ascaso.

Asimismo, en esta expedición al Annapurna se van a valorar los posibles daños que produce la hipoxia en el músculo cardiaco. Para ello, en el Servicio de Cardiología del doctor Rubén Casado se realiza una exploración a los alpinistas para confirmar su adecuada condición física. A continuación se les hace una argometría para comprobar que no haya una respuesta hipertensiva. Además, estas investigaciones también han permitido controlar mejor el problema de las congelaciones ya que se puede medir la coagulación y así evitar lesiones.

En definitiva, todas esta pruebas sirven para detectar el desgaste que ha sufrido el organismo y permitir planificar medidas médicas y de salud en el ámbito de la montaña. ¿El hecho de conocer las patologías a las que nos vamos a enfrentar los médicos y los alpinistas y saber actuar es muy importante, y eso lo debe conocer cualquier persona que está en contacto con la montaña¿, comenta Mª Antonia Nerín.

Un centro de referencia en medicina de montaña

A partir de los años 90, en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa se empezaron a realizar los reconocimientos médicos a alpinistas que realizaban expediciones a grandes montañas. Será en 2004, cuando el hospital comience un proyecto a nivel nacional de ID+I para estudiar por qué alpinistas experimentados perdían la vida a grandes alturas. Entonces se creó el grupo de investigación Salud y Seguridad en la Montaña.

En 2008 se desarrolla el proyecto Himalaya 2008, la primera Expedición Científica Aragonesa al Himalaya, donde se recogieron datos y se analizó la capacidad de respuesta de los montañeros de 4 expediciones diferentes:

- Expedición al Mera Peak, de 6.476 m. de altitud, del Grupo Sexagenarios, del 17 de marzo al 7 de abril.

- Ascenso al Island Peak, de 6.189 m., del Club Pinineísta Mayencos.

- Expedición al Lhotse, de 8.516 m., del  Grupo Militar de Alta Montaña, en los meses de abril y mayo.

- Ascenso al Everest, de 8.848 m., del Grupo de Carlos Pauner, entre abril y mayo.

(Se adjunta foto de una atención en una expedición anterior y audios de la doctora María Antonia Nerín -ma260310AUD1, ma260310AUD2-; Carlos Pauner -CP260310AUD4-; el psicólogo Pedro Allueva  -PA260310AUD5-; y el doctor Javier Ascaso -JA260310AUD3)