Una oftalmóloga y un cirujano general, premios de Investigación Final de Residencia en el Sector II
Un estudio del trastorno bipolar a través del nervio óptico y un análisis sobre el diagnóstico de la apendicitis logran los reconocimientos científicos
El trastorno bipolar también puede investigarse a través del nervio óptico. Así lo ha demostrado un estudio del grupo de Neuroftalmología del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza publicado en la Revista Retina, una de las de mayor impacto en el campo de la Oftalmología. Alicia Gavín, autora de este estudio, y Sixto Javier Genzor Ríos, especialista en Cirugía General y Aparato Digestivo y autor de un estudio sobre el diagnóstico de apendicitis, han sido los galardonados con los dos premios de Investigación Final de Residencia en el Sector II, que se han entregado esta mañana en el acto de entrega de orlas a los residentes que han acabado su periodo de formación.
Investigación cirugía general
Investigación cirugía general
Investigación Oftalmología
La doctora Gavín ha explicado que “en nuestro trabajo hemos comprobado que hay una afectación de las capas de la retina y del nervio óptico en pacientes con trastorno bipolar, lo que nos lleva a considerar este trastorno como una enfermedad neurodegenerativa”. Este trabajo forma parte del Grupo de Investigación e Innovación en Oftalmología del Hospital Universitario Miguel Servet, que dispone de una potente línea de investigación sobre neuroftalmología, cuyo principal objetivo es el estudio del nervio óptico para ayudar al diagnóstico o tratamiento de enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple), además de otro tipo de alteraciones, como el trastorno bipolar.
Los oftalmólogos analizan los cambios que se producen en la retina y en el nervio óptico a través de una prueba denominada tomografía de coherencia óptica (OCT), “una forma rápida, barata y efectiva de ver lo que está pasando en el cerebro directamente, a través del ojo, sin necesidad de hacer estudios invasivos o que emitan radiación, más lentos, más caros y que se requieren para otro tipo de enfermedades”, explica la doctora Gavín. La conclusión del estudio es que “hay una afectación de las capas de la retina y del nervio óptico en pacientes con trastorno bipolar, pero debemos seguir estudiando para ver cómo es la progresión de la enfermedad, la respuesta al tratamiento y cómo podemos utilizar esta prueba como biomarcador de la enfermedad”, concluye.
El estudio, titulado “Función visual y cambios en retina en pacientes con trastorno bipolar”, ha sido dirigido por Luis Pablo, jefe de servicio de Oftalmología, y con la implicación de Elena García Martín, coordinadora del grupo de Investigación de Neuroftalmología, Javier García-Campayo (psiquiatra) y María Satué (oftalmóloga), además de otros especialistas de Neurología y Neurofisiología.
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