El Grupo Pastores muestra su compromiso por la Sostenibilidad con la adhesión al Centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

El Grupo Pastores ha suscrito un convenio de adhesión como nueva entidad patrocinadora del Centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. El acuerdo ha sido firmado entre el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, y el presidente de Pastores Cooperativo, Francisco Santolaria.

Pastores es defensor e impulsor del desarrollo sostenible del medio rural. Actualmente, sus 400.000 corderos son criados en 400 pueblos por 800 pastores socios ganaderos, que pastorean en un millón de hectáreas en todo Aragón. Su objetivo es asegurar la rentabilidad y sostenibilidad de una forma de vida de tradición milenaria, que da lugar a una carne de cordero de alta calidad, como el Ternasco de Aragón.

Apoyo a la ganadería de montaña

El grupo cooperativo, dentro de compromiso con la biodiversidad, desarrolla actualmente varias líneas de trabajo, en colaboración con el Gobierno de Aragón y otras entidades. Por ejemplo, Pastores traslada semanalmente 100 kilogramos de partes de cordero no destinados al consumo humano, como patas y huesos, para formar parte del suplemento alimenticio de buitres, alimoches y especialmente del quebrantahuesos. En los comederos del Parque Nacional y valles anexos. A través del nuevo acuerdo de patrocinio esta cantidad se va a duplicar.

El Grupo Pastores y el Gobierno de Aragón comparten el objetivo de reconocer y apoyar la ganadería de montaña, que constituye un importante patrimonio cultural y natural, y que contribuye a la conservación de los pastos de montaña. En este sentido, el Centenario de Ordesa y Monte Perdido volverá a rendir homenaje en 2019 a los pastores y ganaderos que trabajan por y para el mantenimiento del Parque Nacional, en un acto que se celebrará en La Borda de Pastores, con organización a cargo de Pastores Grupo Cooperativo.

La ganadería extensiva y la trashumancia que se practica en el Alto Aragón, con inviernos en la tierra baja y veranos en los puertos, ha sido durante siglos muestra de una intensa relación entre el hombre, el ganado, el territorio y el medio ambiente.