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Lunes, 25 de noviembre de 2024

Medio Ambiente

Los Picos de Europa esperan al quebrantahuesos

A finales de junio tres ejemplares, iniciarán una nueva etapa en Asturias, tras su nacimiento y crianza inicial en La Alfranca, y la continuación de su desarrollo y aclimatación en Ordesa

Dos veces por semana y sólo una durante los meses de verano se repite la misma y necesaria operación. Un guarda del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido descarga en una borda del Parque la comida que ha recogido en mataderos y carnicerías de la comarca y la traslada monte arriba, cargada en una moto provista de oruga, hasta un comedero o muladar. Patas de cordero y huesos son alimento de buitres, milanos, alimoches y, por supuesto, de los quebrantahuesos de la zona.

Este tranquilo y a la vez sorprendente espectáculo está servido en una ladera en el corazón de Ordesa, que puede otearse desde el observatorio que permite a su vez la vigilancia de la plataforma de aclimatación que estos días sirve de residencia a tres pollos de quebrantahuesos.

La nomenclatura H1, H2 y H3 se corresponde con la denominación de tres pollos o crías de quebrantahuesos que, desde la víspera de San Jorge, viven en esta plataforma de aclimatación o hacking. Cuando aún estaban en el huevo, fueron rescatados de nidos con historiales de fracaso reiterado, y en los que la probabilidad de muerte de los ejemplares era muy alta. Tras el rescate, los huevos fueron incubados en el Centro de Cría en Aislamiento Humano de La Alfranca, en Zaragoza, dependiente del Departamento de Agricultura Ganadería y Medio Ambiente y gestionado por la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos.

Allí los pollos pasaron su primeras semanas, cruciales para su desarrollo y en las que fueron atendidos y alimentados en todo momento sin contacto directo con sus cuidadores, gracias al empleo de unas marionetas o señuelos que emulan la forma y comportamiento de los ejemplares adultos a modo de padres adoptivos.

Si todo va bien, a finales del próximo mes de junio los tres pollos pasarán a formar parte del paisaje de los Picos de Europa, dentro de un Programa Life + en el que trabajan la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos y el Gobierno de Aragón junto a otras tres comunidades autónomas. La meta es que en el año 2018 puedan llegar a ser 30 los ejemplares cedidos.

Cuando rondan los dos meses de vida, su peso está entre los 3,7 y los 4,8 kilos, un peso hasta algo elevado para su edad. Los técnicos de la Fundación les alimentan con señuelos en un habitáculo desde el que los jóvenes ejemplares de quebrantahuesos pueden observar el comportamiento de sus congéneres cuando acuden en búsqueda de la comida, pero también las relaciones de estos con ejemplares de otras especies. Con suerte, como ocurrió hace unos días, pueden llegar a avistar a la vez las cuatro especies de buitres de la Península Ibérica: el alimoche, el buitre leonado, el quebrantahuesos y el buitre negro.

Proyecto pionero

Estos tres quebrantahuesos se suman a los otros tres que, de manera experimental, se cedieron ya al Principado de Asturias en 2010 y 2012. Como aquellos, a finales del mes de junio viajarán a los Picos de Europa para continuar con los primeros pasos de la recuperación de esta especie en el Principado de Asturias, Comunidad de la que desapareció a mediados del siglo pasado.

Pablo Munilla, director general de Conservación del Medio Natural del Gobierno de Aragón, hace una lectura de este Proyecto Life+ “como una constatación muy clara de que el patrimonio natural es un legado que pertenece a todo el mundo, a cualquiera que quiera conocerlo y aprender. La conservación de las especies no tiene fronteras y, a la vez, tiene una importancia decisiva para dotar de más valor a cualquier territorio. Por nuestra parte, estamos convencidos de que estas tres crías pueden a tener un efecto de llamada para otros ejemplares en los Picos de Europa, favoreciendo la conexión natural entre las montañas cantábricas y el Pirineo”.

Los tres ejemplares a punto de viajar a los Picos de Europa fueron objeto de un completo reconocimiento médico para corroborar su aspecto saludable. El veterinario Juan Manuel Blanco los examinó de abajo a arriba. Tomó pruebas de sangre, saliva y heces, además de pesarles y comprobar el estado de sus pulmones con un estetoscopio. Un completo reconocimiento médico. “Trabajamos con estrictos protocolos veterinarios y técnicos. No se trata solo de alimentarles y hacerles crecer, sino también de conocer su estado desde varios puntos de vista, entre ellos el bacteriológico”.

El director de este Proyecto Life+, Gerardo Báguena, de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, entiende que el traslado del quebrantahuesos a los Picos de Europa y la colaboración entre Comunidades Autónomas “es el resultado de 22 años de trabajo, un recorrido que en Aragón nos ha llevado a pasar desde poco más de 30 unidades reproductoras a principios de los años 90 a 75 en la actualidad. Pero, en conservación de la biodiversidad, es bueno que haya huevos en distintas cestas para reducir los riesgos sobre las especies amenazadas; y que avancemos hacia nuevos conceptos que permitan que el patrimonio natural sean cada vez más comprensible”.

Para conocer la experiencia viajó hasta Ordesa el Director General de Medio Ambiente del Gobierno de Extremadura, Enrique Julián Fuentes, para quien el Programa Life+ supone poner en contacto a distintos territorios y demuestra que “Aragón, en este caso, no ha tenido el mínimo problema en mostrar lo que tiene con absoluta naturalidad”.

Ramiro Revestido, alcalde de Escalona, comparte estas opiniones y afirma con rotundidad que este tipo de especies suponen un aporte decisivo para que aumenten el número de visitantes en una comarca que tiene en su riqueza natural el más notables de sus patrimonios.