Consumo
Consumo visita cerca de 50 establecimientos en una campaña de inspección de bicicletas
Las actuaciones se han centrado en aspectos como la declaración de conformidad, el manual de instrucciones, la placa de seguridad o la garantía
El 90% de las incidencias detectadas fueron posteriormente subsanadas
Bien sea por respeto al medio ambiente o simplemente por realizar un ejercicio saludable, cada vez son más los ciudadanos que utilizan la bicicleta para sus desplazamientos. El incremento del uso de este medio de transporte ha motivado que la Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios se haya unido a la campaña diseñada en el seno de la Agencia Española de Consumo y han visitado comercios destinados a la venta de bicicletas en las tres provincias de la Comunidad Autónoma de Aragón.
Ros Cihuelo recuerda cómo actuar ante cualquier incidencia en materia de consumo
Ros Cihuelo explica en qué aspectos se ha centrado la inspección que se ha llevado en las tres provincias
“Las actuaciones se han centrado en la declaración de conformidad, que garantiza el control del producto, el manual de instrucciones y la placa de seguridad. Asimismo, la garantía, la factura de compra, la información de los precios y el resto de derechos que asisten a los consumidores fueron, igualmente, objeto de la campaña”, explica la directora general de Protección de Consumidores y Usuarios, Ros Cihuelo. La placa de seguridad informa acerca del modelo, fabricante y otros datos identificativos.
La Inspección de Consumo visitó un total de 47 establecimientos comerciales en las tres provincias y se comprobaron 95 bicicletas. El 67% de los controles realizados fueron negativos, es decir, cumplían con la normativa vigente. Cabe destacar que el 85% de las bicicletas presentaban el manual de instrucciones y alrededor del 50% disponían de la placa.
En cuanto a la declaración de conformidad, inicialmente solo el 9% de los casos disponía de ella. Pero, al tratarse de un documento que deben proporcionar los fabricantes, se remitieron advertencias a los minoristas para que procedieran a solicitarla y se constató posteriormente que “más del 90% de las deficiencias detectadas habían sido subsanadas”, tal y como indica Cihuelo.
El derecho a una garantía, a la entrega de una factura de compra, a la información de precios, así como el resto de derechos generales reconocidos en la normativa son igualmente exigibles.
La seguridad de los productos
La Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios también tiene entre sus funciones garantizar la seguridad de los productos. En este sentido, en 2017 hubo solamente una alerta nacional referida a la categoría de bicicletas y accesorios, que se trataba de una comunicación realizada por la empresa fabricante ante un riesgo de rotura de radios con posibilidad de inutilizar la pinza del freno y fue debidamente gestionada por el responsable. En el ámbito europeo, en el mismo año, se contabilizaron 13 alertas de bicicletas infantiles y de adulto, en su mayor parte por problemas técnicos, de las que tan solo tres se habían comercializado en España y, al igual que en el caso anterior, la retirada fue llevada a cabo por el propio fabricante.
Cómo actuar ante las incidencias
Ante cualquier incidencia, el ciudadano debe, en primer término, contactar con el Servicio de Atención al Cliente de la empresa en cuestión, que está obligado a dar una respuesta en el plazo de un mes. Si no recibe respuesta o esta no es de su agrado, el consumidor puede elevarla ante los servicios provinciales de Ciudadanía y Derechos Sociales.
Además, cualquier consulta se puede plantear ante las oficinas municipales y comarcales de información al consumidor, asociaciones de consumidores y dependencias de la Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios del Gobierno de Aragón.
Los consumidores tienen a su disposición, también, la dirección de correo electrónico consumo.doc@aragon.es, el teléfono 900 12 13 14 y el perfil Consumo Aragón en Facebook y Twitter.
*Se adjuntan audios de la directora general de Protección de Consumidores y Usuarios, Ros Cihuelo*