Consumo
El Gobierno de Aragón recuerda a los usuarios sus derechos en la adquisición de coleccionables
La Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios advierte de que la editorial debe garantizar que completará la colección y que el producto debe estar etiquetado
Los coleccionables son un sector en auge y septiembre, coincidiendo con el inicio de curso, es una de las épocas en la que mayor número de ellos se pone a la venta. Cursos de idiomas, de informática, relojes, miniaturas, cuentos… Se calcula que salen a la venta 200 coleccionables al año en todo el territorio español.
Ante la falta de una regulación específica del sector, la Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios quiere recordar a los ciudadanos que hay una normativa general en lo que se refiere a la publicidad, etiquetado, presentación y garantías del producto.
El director general de Protección de Consumidores y Usuarios, Pablo Martínez Royo, explica que “la editorial debe garantizar que completará la colección una vez haya sido puesta en el mercado” para que, en el caso de que se retire del mercado por poca demanda, se puedan exigir todos los ejemplares. Asimismo, recuerda Martínez Royo, el producto debe ir correctamente etiquetado, señalando sus características, y si se trata de un bien de consumo, la garantía legal es de dos años.
Además, antes de comprar un coleccionable, apunta el director general del ramo, es conveniente seguir una serie de recomendaciones. En primer lugar, hay que valorar si la colección nos interesa realmente y hay que informarse del número de entregas que la conforman y del precio de las mismas, algo de lo que debe informar la editorial en su publicidad.
Con esta información, “es fundamental”, dice Pablo Martínez Royo, calcular el precio total de la colección y si merece la pena adquirirla por fascículos o completa en una tienda. Es conveniente también guardar la lista de los títulos que la componen y que debe incluirse en la primera entrega; ello facilitará al usuario decidir si la quiere entera o no.
Otro de los puntos que debe conocer el consumidor es la periodicidad de los fascículos o entregas, que puede ser desde semanal hasta bimensual, y también que si no puede adquirir alguno de ellos puede solicitarlos a la editorial a través del quiosco o tienda donde suele comprarlos.
En el caso de que el cliente opte por la suscripción en lugar de la adquisición en un establecimiento, debe elegir y dejar muy claro el medio de pago (domiciliación bancaria o contra reembolso) y el lugar al que quiere que se lo envíen. Si se opta por el domicilio, hay que comprobar si esto supone un coste añadido.
Por último, advierte el director general de Protección de Consumidores y Usuarios, “es imprescindible conservar toda la documentación (comprobante de compra, condiciones de la suscripción…) por si en un momento determinado se quiere presentar una reclamación”.