Manifiesto del Gobierno de Aragón del 8M, Día Internacional de la Mujer

La consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto, ha leído en la concentración celebrada en el edificio Pignatelli y a la que han asistido el Presidente de Aragón, Javier Lambán, y los consejeros el manifiesto del Gobierno de Aragón con motivo del 8M, Día Internacional de la Mujer.   Texto del manifiesto:   Este 8 de marzo de 2018, la ciudadanía de este país, y de muchos países del mundo, ha convocado una jornada de reivindicación y denuncia sin precedentes. Una jornada para hacer visible y poner en evidencia el largo camino que nos queda todavía por recorrer para lograr la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.   En un día como hoy, nuestro primer deber es recordar a todas las luchadoras que nos han precedido en todas las partes del mundo. Mujeres libres y combatientes de las que hemos heredado el derecho al voto, el derecho a nuestra libertad sexual o el acceso al trabajo retribuido.   Mujeres que soñaron con un siglo XXI en que las mujeres fuéramos ciudadanas con igualdad de derechos, libres y sin ataduras.   En un día como hoy, debemos recordar también a todas las mujeres que no podrán salir a la calle porque viven en países en los que la mera reivindicación de los derechos constituye una condena de cárcel, de violencia o de muerte.   Las mujeres somos más de la mitad de la población, y, sin embargo, la discriminación y la falta de oportunidades en relación con los hombres en la vida social, política, económica, cultural o laboral siguen siendo una herida en nuestras democracias.   Para acabar con esta situación, debemos apostar por la sensibilización y concienciación para que la igualdad sea efectiva. Debemos educar en igualdad para conseguir una sociedad igualitaria. Uno de los ámbitos en los que la discriminación es más palmaria es el laboral: el acceso y la promoción en el mercado de trabajo.   La brecha salarial persiste durante la vida laboral activa y, como consecuencia de ello, repercute de forma negativa en las prestaciones, las cotizaciones y las pensiones.   Y, mientras tanto, el trabajo no remunerado y los cuidados, que asumen de forma mayoritaria las mujeres, permanecen invisibles.    La violencia machista es la manifestación más atroz de la desigualdad que sufren las mujeres de todas las violencias y discriminaciones.   No podemos dar ni un segundo de tregua a esta barbarie.   Debemos erradicarla con todos los medios a nuestro alcance.   Para lograr una sociedad en la que las mujeres puedan vivir y desarrollar sus proyectos de vida en espacios, públicos y privados, libres de discriminación y violencia, es necesario el compromiso de todas y todos: administraciones, sociedad y agentes sociales…   Esta huelga del 8 de marzo para reivindicar la igualdad es un grito por los derechos de las mujeres, un acicate más para seguir luchando y trabajando por una sociedad libre de machismo.   Esta huelga es más que una huelga en favor de las mujeres.   Es una huelga por y para la democracia.