Alberto Larraz: “La innovación, la internacionalización y la mejora de la productividad, elementos imprescindibles para impulsar el crecimiento económico”

La política económica del Gobierno de Aragón se ha centrado estos años en reforzar los fundamentos del sistema productivo actual posibilitando que la economía aragonesa siga progresando en su terciarización sin olvidar fijar la industria como perfil diferenciador y sin desatender el trabajo en aquellas áreas más necesarias para el desarrollo futuro. Así lo ha puesto hoy de manifiesto el consejero de Economía, Hacienda y Empleo del Gobierno de Aragón, Alberto Larraz, en la conferencia que ha pronunciado para inaugurar la jornada “El futuro de la economía aragonesa”, que han organizado el Gobierno de Aragón, la Fundación de Economía Aragonesa, la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Zaragoza y el Colegio de Economistas de Aragón. El consejero de Economía ha esbozado una reflexión sobre el contexto internacional, en el que se detecta una consolidación de la senda de recuperación económica, aunque con grandes diferencias entre regiones. Esta situación convive, sin embargo, con la tensión de la deuda de los países periféricos y las dudas de las instituciones internacionales respecto a su solvencia bancaria. Según ha explicado Alberto Larraz, en la economía española el PIB creció durante el cuarto trimestre del pasado año un 0,6% en tasa anual, mejorando las previsiones iniciales, gracias fundamentalmente al sector exterior, que está actuando como un motor de crecimiento. Por lo que respecta al consumo de los hogares y la inversión en equipo, también experimentan crecimiento. Y el mercado laboral sigue moderando su deterioro. La economía aragonesa, por su parte, registró en el último trimestre de 2010 un crecimiento del PIB, en tasa anual, del 0,7%, en el que las exportaciones han tenido mucho que ver. Durante el año 2010, tal y como ha explicado el consejero de Economía, Hacienda y Empleo en el transcurso de su conferencia, la economía aragonesa tuvo un comportamiento paralelo al promedio nacional a lo largo de 2010, con una paulatina recuperación de la actividad, que condujo a tasa anuales crecientemente positivas a lo largo del segundo semestre. Al igual que en España, se aprecia que la recuperación se apoya particularmente en el sector industrial de orientación exportadora. Mientras que el PIB español experimentó una caída media de una décima, el aragonés recogió un descenso del 0,17%. Para 2011 los indicadores parciales indican que la recuperación, aunque frágil, continúa en los primeros meses del año. Para que esta mejoría se traslade al mercado laboral, ha insistido Alberto Larraz, se necesita un ritmo de crecimiento más vigoroso, lo que se espera para la segunda mitad de 2011. El responsable económico del Gobierno ha explicado que la política del Ejecutivo parte de reforzar los fundamentos del actual sistema productivo. Así las cosas, se ha apoyado a la industria de la automoción y se ha impulsado la agroindustria o las tecnologías de la información y la comunicación. A ello hay que añadir la apuesta decidida por las energías renovables y el aprovechamiento del potencial que todavía presenta el turismo en la Comunidad Autónoma. Todo ello ha contribuido a que la economía aragonesa siga progresando en su terciarización, sin olvidar fijar la industria como perfil diferenciador respecto a la media española ni desatender el trabajo en aquellas áreas más necesarias para el desarrollo futuro (internacionalización, diversificación de la actividad económica e impulso a la inversión privada). Alberto Larraz ha finalizado su intervención refiriéndose a los retos a los que se enfrenta la economía de la Comunidad Autónoma. Por una parte, la necesidad de reforzar la competitividad de la economía para favorecer así el cambio de modelo productivo. Por otra, es preciso promover mayores niveles educativos y de capital humano, así como también afrontar el desafío de apostar por la innovación y la tecnología. En este escenario, el Gobierno de Aragón se plantea un triple objetivo: – Compromiso de consolidación fiscal para alcanzar la sostenibilidad presupuestaria.

– Mantenimiento del nivel de las prestaciones del Estado del Bienestar.

– Recuperar el ritmo de crecimiento de la economía y su capacidad de generar empleo.