SODIAR cerró el ejercicio 2018 con una inversión de 3,3 millones en 37 proyectos empresariales

SODIAR cerró el ejercicio 2018 con una inversión de 3,3 millones de euros en 37 proyectos empresariales, obteniendo resultados positivos por cuarto año consecutivo. Una inversión que supone un crecimiento del 5,3% respecto al año anterior. La industria manufacturera y el comercio son los sectores más habituales y el 89% de la inversión se destinó a microempresas y pymes. Se espera que esos 3,3 millones atraigan una inversión total de 31,9 millones de euros –es decir, que tenga un efecto multiplicador del 8,6- y contribuya a crear o mantener 661 empleos.

En los últimos cuatro años (2015-18), SODIAR ha formalizado 117 operaciones, con una inversión de 10,2 millones de euros. Esto equivale a una media anual de 29 operaciones y 2,6 millones de euros. El valor medio por operación se eleva a 87.514 euros. En este periodo, se espera que la inversión global inducida supere los 67 millones de euros, con un empleo a crear o mantener de 1.992 personas. Las cifras de 2018 superan los valores medios de los últimos 4 años.

Para el año 2019, las previsiones de inversión se mantienen en cifras similares a las de años anteriores, rondando los 3,1 millones de euros.

La Sociedad para el Desarrollo Industrial de Aragón, S.A. (SODIAR), sociedad mercantil pública participada mayoritariamente por el Gobierno de Aragón, es un instrumento concebido para dinamizar la actividad empresarial, apoyando a autónomos y empresas aragonesas, nuevas o existentes, que acometan proyectos de inversión, dotándolas de apoyo financiero. Los instrumentos de inversión que SODIAR utiliza son el Capital Desarrollo (participación minoritaria y temporal, con pacto de desinversión con los socios con un precio prefijado) y los préstamos participativos (a precios de mercado, con las características propias de este tipo de financiación).

SODIAR, además de sus recursos propios, aplica recursos dotados por diversos departamentos del Gobierno de Aragón con destinos concretos (microcréditos, emprendedores y pymes, empresas de economía social, comercio y artesanía, compañías agroalimentarias), otros procedentes de diversas instancias (fondo de apoyo al Jamón de Teruel) y los de origen municipal. El apoyo financiero se suele articular mediante préstamos participativos que sirven para financiar un porcentaje de la inversión global, en proyectos viables que cumplan los requisitos inherentes a cada línea de financiación.