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Miércoles, 2 de abril de 2025

Museos

Dos restauradoras trabajan con el bastidor de tensado japonés karibari en obras del Museo de Zaragoza

Se están restaurando biombos y kakejikus de la colección oriental del museo y, después, se intervendrá en obra gráfica occidental

Pedro Olloqui, Sayuri Pompa y Nerea Diez de Pinos, este miércoles en el Museo de Zaragoza.
Pedro Olloqui, Sayuri Pompa y Nerea Diez de Pinos, este miércoles en el Museo de Zaragoza.

Dos restauradoras están trabajando con el bastidor de tensado japonés karibari en la recuperación de piezas de la colección del Museo de Zaragoza. El director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Pedro Olloqui, ha conocido este miércoles los trabajos que están llevando a cabo en las obras de arte las restauradoras Sayuri Pompa Fujimura y Nerea Diez de Pinos López, quienes el pasado mes de diciembre elaboraron los dos karibari que permitirán realizar la intervención en las piezas de la colección del museo.

El director general de Cultura, Pedro Olloqui, ha recordado que el Museo de Zaragoza se encuentra “abierto por obras”, ya que se están llevando a cabo trabajos de reforma, pero el centro continúa su actividad expositiva en sus otras sedes y sus labores de conservación de las obras. “Tenemos unas ganas enormes de reabrir este museo”, que tendrá una sección en el futuro Centro Goya de la plaza del Pilar, y que permitirá mostrar en su sede principal, entre otros fondos, la colección de arte de extremo oriente.

Pedro Olloqui pone en valor el empleo de otras técnicas tradicionales para las piezas de la colección del museo

Tras dar a conocer en diciembre esta técnica japonesa “muy novedosa” con la que se intervendrá en la colección del museo, ahora las restauradoras la aplicarán primero en 44 piezas de la colección oriental para después intervenir también en obra gráfica occidental.

Los karibari (“pegado temporal” en japonés) han sido usados tradicionalmente en Japón por los hyogushi, artesanos/restauradores de biombos y kakejikus (pinturas o caligrafías en formato rollo colgante). La particular estructura interna del karibari, muy similar a la de un biombo, permite tensar con gran eficacia y de forma homogénea y respetuosa tanto papeles como textiles laminados en un proceso húmedo.

El laminado, conocido en Japón como urauchi, consiste en la adhesión de un papel (habitualmente papel japonés washi) con engrudo de almidón de trigo, que aporta soporte y estructura al material. Este proceso es clave para la integridad de los elementos que conforman los kakejiku y biombos.

En las últimas décadas se han introducido técnicas tradicionales de restauración japonesas como el uso del papel washi o el tensado con karibari en estudios de conservación y restauración de obra gráfica occidentales, que han adoptado estos procedimientos tanto para la intervención de obra asiática, como occidental.

Biombos y kakejikus

En el caso del Museo de Zaragoza, los karibari están siendo utilizados primero para la restauración de biombos y kakejikus. Este mes de febrero, tras dejar reposar los karibari durante un mes después de su fabricación, Sayuri Pompa Fujimura, conservadora-restauradora de arte y especialista en hyogu (kakejikus y biombos japoneses), contratada por el Gobierno de Aragón para la intervención de varias obras de la colección oriental del museo, ha comenzado la restauración de uno de los biombos de la colección.

Sayuri Pompa Fujimura explica qué técnicas japonesas se van a emplear

Debido a los daños estructurales de este pequeño biombo decorativo, titulado ‘Matsu’ (pino), particularmente en las bisagras de papel, ha sido necesario desmontarlo completamente para su intervención y volver a tensar los paneles con ayuda del bastidor karibari. Tras la restauración de la estructura interna del biombo, las pinturas serán adheridas de nuevo en cada panel para devolverlas a su lugar original, protegidas por un marco de madera lacada.

“El uso del karibari es importante porque permite un tensado de forma controlada, permite el paso del vapor de agua, de la humedad, por ambos lados”, de modo que facilita el secado de las obras de arte, ha detallado Sayuri Pompa.

Pedro Olloqui, Sayuri Pompa y Nerea Diez de Pinos, este miércoles en el Museo de Zaragoza.
Pedro Olloqui, Sayuri Pompa y Nerea Diez de Pinos, este miércoles en el Museo de Zaragoza.

Obra gráfica occidental

Asimismo, en los próximos meses la conservadora-restauradora de obra gráfica del Museo de Zaragoza, Nerea Diez de Pinos, empleará los karibari para laminar y tensar obra gráfica occidental. Es de especial interés por la posibilidad de tensar obra de gran formato, un proceso que puede ser más complicado con metodología occidental.

Nerea Diez de Pinos detalla la forma de actuar ante una posible restauración

Nerea Diez de Pinos ha reivindicado la necesidad de conservar en buen estado estas obras que “son patrimonio de todos” y ha agradecido al Gobierno aragonés su apoyo para poder contratar a una especialista en estas técnicas que pueda transmitir ese conocimiento para aplicarlo después, cuando sea necesario, a la obra gráfica de las colecciones del museo.

El Museo de Zaragoza posee una importante sección de arte oriental que integran más de 1.700 obras de varias colecciones (Torralba, Pasamar-Onila, Tanzan y Kentaro Kotoge, Reijinsha, y Miguel Ángel Gutiérrez). De ellas, la colección más numerosa es la de Torralba, mientras que Pasamar-Onila ha permitido tener al museo una colección de obra gráfica japonesa de excepcional calidad y representatividad por autores.  

Sayuri Pompa y Nerea Diez de Pinos, junto a la primera obra de arte occidental en la que intervendrán con el karibari.
Sayuri Pompa y Nerea Diez de Pinos, junto a la primera obra de arte occidental en la que intervendrán con el karibari.