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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Educación, Universidad e Investigación

La Biblioteca de Aragón acoge la exposición “De vuelta a casa. Francisco Azorín, el turolense errante”

La muestra, que se inaugura este viernes, recuerda a una de las figuras turolenses más destacadas del exilio republicano

La sala de exposiciones de la Biblioteca de Aragón, en Zaragoza, acoge desde este viernes 16 de septiembre, la muestra “De vuelta a casa. Francisco Azorín, el turolense errante” dedicada a la figura del arquitecto, político, escritor, profesor y esperantista Francisco Azorín Izquierdo, nacido en la localidad turolense de Monforte de Moyuela en 1885 y fallecido en Ciudad de México en 1975. Es una de las grandes personalidades turolenses del siglo XX y un referente del exilio republicano en América tras la Guerra Civil española.

La exposición, organizada por la Fundación Amantes de Teruel, llega a Zaragoza después de haber pasado por el claustro de San Pedro de Teruel y Cella. Se compone de doce paneles expositivos de cartón pluma que ofrecen un recorrido por la trayectoria vital y profesional de Azorín, junto a diversas publicaciones en torno a su persona. La muestra sirve para reivindicar y recuperar del olvido una figura prácticamente desconocida en Aragón y, sin embargo, muy reconocida en México.

Este turolense, del que el pasado 12 de septiembre se cumplían 130 años de su nacimiento, fue una persona destacada en las primeras décadas del siglo XX y cuyo recuerdo y memoria histórica fue borrada por la dictadura franquista, habiendo permanecido oculta para la sociedad aragonesa hasta fechas muy cercanas. Comprometido con la labor social, y en especial con la educación, durante los años de la República, fue además figura clave del exilio español en México.

Biografía

Francisco Azorín Izquierdo fue un destacado arquitecto y político que desarrolló la mayor parte de su actividad profesional en Córdoba, lugar al que emigró y donde se asentó sin perder los vínculos con su Teruel natal a pesar de la distancia. Impulsó la creación de grupos escolares así como de viviendas baratas a través de la Fundación Pablo Iglesias. Fue un destacado municipalista y desarrolló una intensa actividad política dentro del PSOE, tanto como concejal y diputado provincial como parlamentario en las Cortes Constituyentes de 1931.

Especialista en esperanto de referencia internacional, escribió varios libros y numerosos artículos en prensa, siendo elegido en 1924 académico de número de la Real Academia de Bellas Artes y Nobles Letras de Córdoba. Durante la Guerra Civil desempeñó cargos de responsabilidad para el Gobierno de la República y fue cónsul en Tarbes y Toulouse, desde donde facilitó la llegada de refugiados a Francia.

Persona de referencia del exilio republicano español en México, la última obra que acometió con casi 90 años fue el monumento de los exiliados a Lázaro Cárdenas en el Parque España de México DF, un proyecto conjunto de su hijo Ángel, su nieto Telmo y él mismo, que hoy día simboliza, con una gigantesca mano abierta tendida que da acogida, el drama de los refugiados y desplazados en todo el mundo.