Patrimonio Cultural
Una nueva pintura de Francisco de Goya se descubre gracias a la exposición “Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas”
En el Museo del Prado se han llevado a cabo los estudios históricos, artísticos y técnicos que han identificado al pintor aragonés como el autor de la pintura
Una nueva obra de Francisco de Goya luce en la exposición "Goya y Zaragoza 1746-1775: sus raíces aragonesas". Se trata del cuadro Virgen con el Niño y San José, y su descubrimiento ha sido posible gracias a la presentación por primera vez al público de la Virgen con el Niño (colección Félix Palacios Remondo) y comprobar su analogía con esta otra versión de composición similar existente en otra colección privada.
Presentación del cuadro de Goya 'La Virgen, el Niño y San José'. Dolores Serrat (audio2)
Presentación del cuadro de Goya 'La Virgen, el Niño y San José'. Dolores Serrat (audio1)
El nuevo cuadro atribuido a Goya ha sido presentado esta mañana por Dolores Serrat, consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón; Manuela Mena, Jefe de Conservación de Pintura del Siglo XVIII y Goya del Museo Nacional del Prado; Magdalena Lasala, responsable del Programa de Educación y Cultura de la Obra Social de Ibercaja, y Ana Armillas, directora de la Fundación Goya en Aragón. El acto ha contado también con la presencia de Rosario Añaños, directora del Museo Goya. Colección Ibercaja.
En el Museo del Prado se realizaron recientemente los correspondientes estudios, tanto histórico-artísticos como técnicos, que llevaron a la conclusión de que se trataba de una obra de Goya, en la que el artista había incluido la figura de san José tras las de la Virgen y el Niño. Los modelos, tanto de la Virgen como de san José, son los mismos empleados por el artista en el período entre 1772 y 1773, cuando trabajaba en las pinturas murales de la cartuja de Aula Dei. El análisis de las radiografías y fotos de infrarrojos (reflectografías) comparadas con otras obras seguras del artista y fundamentalmente con la Virgen y el Niño de la colección Palacios Remondo, indicaba que Goya había pintado ambas obras sobre lienzos reutilizados, que parece habitual en estos años de su juventud en que varias obras de la exposición revelan ese particular.
Por otra parte, según los datos que los estudios han desvelado, la técnica de la Virgen con el Niño y San José muestra que debió de ser la segunda versión de esta idea iconográfica, ya que en la primera, el artista trabaja con decisión, desde la base misma inicial de la escena, con un ímpetu creativo característico de una primera versión. En la pintura que ahora se presenta, Goya pinta la escena con mayor seguridad, pero con una técnica más superficial, al tener ya resuelta la idea anteriormente. Sin embargo, detalla con mayor cuidado los elementos de la superficie y añade asimismo en un último estadio la figura de San José.
“Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas”, una exposición que muestra la primera etapa de Goya
La nueva obra atribuida a Goya, Virgen con el Niño y San José, formará parte de la exposición “Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas”, abierta al público hasta el próximo 28 de junio. La muestra, organizada por la Fundación Goya en Aragón, el Gobierno de Aragón y la Obra Social de Ibercaja, con la colaboración especial del Museo del Prado, reúne la mayor parte de las obras realizadas por Francisco de Goya en los años de su formación anteriores a 1775, fecha en la que el artista se traslada a Madrid.
A través de 28 piezas, principalmente óleos sobre lienzo, la exposición muestra obras procedentes de diferentes lugares y colecciones, cedidas por la Colección Ibercaja, el Museo Nacional del Prado, el Museo de Zaragoza, la Biblioteca Nacional de España, la Calcografía Nacional y otras fundaciones y colecciones particulares.
Goya vivió su infancia y primera juventud en Zaragoza, una de las pocas ciudades españolas de mediados del siglo XVIII que en ese momento ofrecían la posibilidad de recibir un aprendizaje artístico.
En la primavera de 1769 marchó a Italia para continuar su formación, donde permaneció dos años. De esa época se muestran la pintura “Aníbal vencedor, que por primera vez miró Italia desde los Alpes”, y su boceto. Es la pintura, con la que participó en el concurso convocado en mayo de 1770 por la Real Academia de Bellas Artes de Parma, y la primera obra del artista verdaderamente documentada.
A su vuelta realizó sus primeros encargos oficiales en Zaragoza, en los que se reflejan las lecciones recibidas durante su estancia italiana y a las que dio forma a través de una manera de hacer singular y claramente identificable que permite establecer el catálogo de su producción antes de su definitiva marcha a Madrid en 1775.